Martha Anaya
Menos mal que uno de los grandes logros de la defenestrada Jefa de Oficina de la Presidencia de la República, Patricia Flores, fueron los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
Menos mal, digo, porque su organización sigue dando tumbos, pasando de mano en mano. Aunque ¡al fin!, alguien del gobierno federal reconoció que ha privado el desorden en torno al tema y su aplicación.
Bueno, la nota: resulta que ya no será la Secretaría de Gobernación quien tutele las celebraciones sino la secretaría de Educación.
Ello, según la información oficial, porque desde el pasado 1 de julio el Instituto de Investigaciones Históricas de las Revoluciones de México (INEHRM) –a cargo de los festejos–, que antes dependía de la Secretaría de Gobernación, ahora forma parte de la SEP.
Ayer, Alonso Lujambio, titular de la SEP, explicó en una conferencia de prensa que él personalmente presidiría las sesiones de trabajo relacionadas con los onomásticos y que uno de los principales objetivos sería contrarrestar la falta de difusión precisa sobre lo que el Gobierno federal organiza para las conmemoraciones.
“Debemos empezar por una autocrítica –indicó–, creo que ha sido dispersa la manera en que el Gobierno federal ha informado del cúmulo extraordinario de actividades que hemos desplegado, de modo que se ha percibido ciertamente un desorden”.
Entonces, el Gobierno se valdrá de la infraestructura de la SEP para dar a conocer un conjunto de acciones que –en su opinión–, está más organizado de lo que se ha percibido.
Indicó que José Manuel Villalpando, como director del INEHRM, seguirá al frente de la comisión organizadora, pero lo hará bajo la tutela de la SEP: “El comité se integra del mismo modo, pero yo voy a presidir esas sesiones. Se trata que esta celebración y las labores cotidianas del INEHRM estén bajo la cabeza del sector cultural y educativo de México”.
Insistió en que se seguirá el plan de trabajo que se tenía antes planteado pero todo lo referente a la vocería del bicentenario pasa a la Secretaría de Educación.
El Secretario puntualizó que hasta ahora se tienen comprometidos 2 mil 900 millones de pesos en los proyectos que se desarrollan alrededor de las celebraciones de estas gestas históricas, pero que podrían incrementarse si fuese necesario.
“Hay algunos asuntos que tiene que ver con el 20 de noviembre que todavía no están bien definidos estamos trabajando en ellos, por lo tanto puede subir, yo diría ya marginalmente, el monto que hoy es efectivamente de 2 mil 900 millones de pesos”, comentó.
En eso va hoy la vapuleada organización de los festejos.
Menos mal que uno de los grandes logros de la defenestrada Jefa de Oficina de la Presidencia de la República, Patricia Flores, fueron los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.
Menos mal, digo, porque su organización sigue dando tumbos, pasando de mano en mano. Aunque ¡al fin!, alguien del gobierno federal reconoció que ha privado el desorden en torno al tema y su aplicación.
Bueno, la nota: resulta que ya no será la Secretaría de Gobernación quien tutele las celebraciones sino la secretaría de Educación.
Ello, según la información oficial, porque desde el pasado 1 de julio el Instituto de Investigaciones Históricas de las Revoluciones de México (INEHRM) –a cargo de los festejos–, que antes dependía de la Secretaría de Gobernación, ahora forma parte de la SEP.
Ayer, Alonso Lujambio, titular de la SEP, explicó en una conferencia de prensa que él personalmente presidiría las sesiones de trabajo relacionadas con los onomásticos y que uno de los principales objetivos sería contrarrestar la falta de difusión precisa sobre lo que el Gobierno federal organiza para las conmemoraciones.
“Debemos empezar por una autocrítica –indicó–, creo que ha sido dispersa la manera en que el Gobierno federal ha informado del cúmulo extraordinario de actividades que hemos desplegado, de modo que se ha percibido ciertamente un desorden”.
Entonces, el Gobierno se valdrá de la infraestructura de la SEP para dar a conocer un conjunto de acciones que –en su opinión–, está más organizado de lo que se ha percibido.
Indicó que José Manuel Villalpando, como director del INEHRM, seguirá al frente de la comisión organizadora, pero lo hará bajo la tutela de la SEP: “El comité se integra del mismo modo, pero yo voy a presidir esas sesiones. Se trata que esta celebración y las labores cotidianas del INEHRM estén bajo la cabeza del sector cultural y educativo de México”.
Insistió en que se seguirá el plan de trabajo que se tenía antes planteado pero todo lo referente a la vocería del bicentenario pasa a la Secretaría de Educación.
El Secretario puntualizó que hasta ahora se tienen comprometidos 2 mil 900 millones de pesos en los proyectos que se desarrollan alrededor de las celebraciones de estas gestas históricas, pero que podrían incrementarse si fuese necesario.
“Hay algunos asuntos que tiene que ver con el 20 de noviembre que todavía no están bien definidos estamos trabajando en ellos, por lo tanto puede subir, yo diría ya marginalmente, el monto que hoy es efectivamente de 2 mil 900 millones de pesos”, comentó.
En eso va hoy la vapuleada organización de los festejos.
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