Fausto Petrelín
Cuando el discurso ideológico-partidista se agota, se apela al patrioterismo.
Patrioterismo: ramificación populista-globalofóbica que se dosifica a las masas en épocas de hambre y/o confusión.
La traducción simultánea de patrioterismo se encuentra duopolizada por políticos y gritoneros del deporte balompédico.
Deporte balompédico. Anquilosado. En la actualidad se le conoce como espectáculo balónmimético gobernado por el imperio de la FIFA.
FIFA: Gerontocracia suiza con mayor poder de convocatoria que Obama en sus mejores tiempos demoscópicos.
Barretina: gorro de la lana en forma de bolsa que comenzaron a utilizar los republicanos durante la Revolución francesa. En la actualidad, la barretina forma parte del activo semiótico catalán.
Semiótica del nacionalismo catalán: Un personaje con la barretina bien puesta, durante la Final del Mundial, tuvo la intención de colocarle una similar a la copa. Los policías se atravesaron entre la intención nacionalista y 700 millones de tele espectadores.
Tele espectadores mundialistas: Xavi y Puyol extendieron la senyera durante la catarsis post partido. En España, a través de un micrófono de radio, un gritón se ofendió. ¡Que es epaña tío! ¡Eppañña!
Ofensa por senyera. Senyera es bandera en catalán y la suya, la de Catalunya, se remonta a los tiempos de la Corona de Aragón.
Por fortuna, la transmisión de la gran final no fue producida por PP TV (Televisión del Partido Popular) o, inclusive TVE (Televisión Española), de lo contrario, se hubiese caído es sistema. Cuéntame cómo pasó.
Coincidencias: la marcha barcelonesa en contra del recorte del Estatuto, realizada por jueces bajo caprichos del PP, más de un millón de personas. 24 horas después, manifestación balompédica en Madrid con objeto de recibir a los campeones, ¿un millón?
Durante el espectáculo de la bienvenida, se realiza una conjura lúdica, ponerle a Cesc Fàbregas, jugador del Liverpool, la camiseta del Barcelona. A unos metros se escucha con claridad una voz, la del portero Casillas, ¡cabrones!
Alguna mente propuso: Estatuto a cambio de jugadores del Barcelona.
Nintendo anuncia el lanzamiento de un videojuego cuyo partido estelar es España en contra de Cataluña.
iPhone 4 invita a los peatones de Passeig de Gràcia a utilizar un GPS para encontrar a Mariano Rajoy, la personificación del No al Estatuto.
En el Matrix político de Rajoy y Aznar se encuentra la España profunda; anti evolucionista, anti europeísta, anti social y anti Barcelona (la de Xavi, Iniesta y un largo etcétera).
La bandera es el cemento del nacionalismo con el que se une a millones de personas con similares actas de nacimiento.
¿Qué hay después del patrioterismo? Posiblemente la Republica Neanderthal, único foco humano sin bandera.
De futbolistas a ídolos. De actores a ídolos. De personas a naciones. De naciones a banderas. De banderas a insultos hacia los extranjeros. Todo es cíclico. De extranjeros a futbolistas.
Cuando el discurso ideológico-partidista se agota, se apela al patrioterismo.
Patrioterismo: ramificación populista-globalofóbica que se dosifica a las masas en épocas de hambre y/o confusión.
La traducción simultánea de patrioterismo se encuentra duopolizada por políticos y gritoneros del deporte balompédico.
Deporte balompédico. Anquilosado. En la actualidad se le conoce como espectáculo balónmimético gobernado por el imperio de la FIFA.
FIFA: Gerontocracia suiza con mayor poder de convocatoria que Obama en sus mejores tiempos demoscópicos.
Barretina: gorro de la lana en forma de bolsa que comenzaron a utilizar los republicanos durante la Revolución francesa. En la actualidad, la barretina forma parte del activo semiótico catalán.
Semiótica del nacionalismo catalán: Un personaje con la barretina bien puesta, durante la Final del Mundial, tuvo la intención de colocarle una similar a la copa. Los policías se atravesaron entre la intención nacionalista y 700 millones de tele espectadores.
Tele espectadores mundialistas: Xavi y Puyol extendieron la senyera durante la catarsis post partido. En España, a través de un micrófono de radio, un gritón se ofendió. ¡Que es epaña tío! ¡Eppañña!
Ofensa por senyera. Senyera es bandera en catalán y la suya, la de Catalunya, se remonta a los tiempos de la Corona de Aragón.
Por fortuna, la transmisión de la gran final no fue producida por PP TV (Televisión del Partido Popular) o, inclusive TVE (Televisión Española), de lo contrario, se hubiese caído es sistema. Cuéntame cómo pasó.
Coincidencias: la marcha barcelonesa en contra del recorte del Estatuto, realizada por jueces bajo caprichos del PP, más de un millón de personas. 24 horas después, manifestación balompédica en Madrid con objeto de recibir a los campeones, ¿un millón?
Durante el espectáculo de la bienvenida, se realiza una conjura lúdica, ponerle a Cesc Fàbregas, jugador del Liverpool, la camiseta del Barcelona. A unos metros se escucha con claridad una voz, la del portero Casillas, ¡cabrones!
Alguna mente propuso: Estatuto a cambio de jugadores del Barcelona.
Nintendo anuncia el lanzamiento de un videojuego cuyo partido estelar es España en contra de Cataluña.
iPhone 4 invita a los peatones de Passeig de Gràcia a utilizar un GPS para encontrar a Mariano Rajoy, la personificación del No al Estatuto.
En el Matrix político de Rajoy y Aznar se encuentra la España profunda; anti evolucionista, anti europeísta, anti social y anti Barcelona (la de Xavi, Iniesta y un largo etcétera).
La bandera es el cemento del nacionalismo con el que se une a millones de personas con similares actas de nacimiento.
¿Qué hay después del patrioterismo? Posiblemente la Republica Neanderthal, único foco humano sin bandera.
De futbolistas a ídolos. De actores a ídolos. De personas a naciones. De naciones a banderas. De banderas a insultos hacia los extranjeros. Todo es cíclico. De extranjeros a futbolistas.
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