Roberto Vizcaíno / Tras la puerta del poder
Este es nuestro México al revés que existe porque las mayorías nacionales, o sea usted y yo y el de al lado, no salimos y decimos ¡basta!, y no ejercemos nuestro derecho a revocar mandatos.
Seguramente está Usted enterado que del Cereso (Centro de Rehadaptación Social), número 2 de la ciudad de Gómez Palacios, Durango, salían reos a asesinar y cometer otros delitos.
Y que por ello ahora está detenida la directora del penal, la abogada Margarita Rojas.
¿Pero sabe Usted que todo eso se conoce porque el temible grupo de asesinos conocido como los Zetas capturó a un custodio de ese penal, al que luego torturó e hizo confesar frente a una cámara de video todo lo que ocurría dentro y fuera de ese Cereso con nombres, fechas y datos de involucrados y los lugares donde se cometían las ejecuciones y los otros delitos, para al final darle un tiro al policía?
Ese video fue después “colocado” en youtube para hacerlo del conocimiento de millones de personas en el mundo entero y destapar así una insospechada cloaca más de nuestra sociedad.
Sólo después de todo eso actuaron las autoridades. Antes, a confesión de parte, ni siquiera sospechaban que eso ocurría.
El video es durísimo. Si Usted puede, véalo. No por morbo, por supuesto, sino como terapia social para tener el pulso exacto de lo que ocurre a nuestro alrededor.
¿Qué clase de sociedad somos, hemos construido que genera este tipo de asuntos y conductas?, ¿Cómo es posible que un grupo de asesinos tenga que hacer este tipo de acciones –capturar a un custodio, torturarlo, hacerlo confesar ante una cámara, subir el video a Internet y luego matarlo- para que la autoridad actúe?
En toda esta trama falta algo muy importante, vital: la sensibilidad de todos nosotros para decir ¡BASTA! Para movilizarnos y actuar.
El video está ahí, en youtube, en Internet y nosotros le hacemos al Tancredo, y nos quedamos quietos, como si todo lo que está ocurriendo aquí, en México, pasara en la Luna.
Tenemos que exigirle a la autoridad que limpie los penales, demandarle que vigile lo que ocurre en ellos y que impida de una vez por todas, ya, hoy, no mañana ni el año que entra, todo lo que ocurre ahí y que se expresa en mayores actos de delincuencia.
Es nuestra obligación poner un alto a quienes nos gobiernan y obligarlos a darnos las condiciones de seguridad, gobernabilidad y paz sociales para poder recuperar nuestras ciudades, parques, escuelas, banquetas y calles, para poder caminar por ellas sin sobresaltos, sin tenernos que enterar por videos de narcos lo que otros narcos nos hacen como sociedad coludidos con la autoridad.
Eso de que la directora del penal les daba permiso para salir a asesinar es un cuento. Ella y sus jefes estaban coludidos con los jefes de un cartel para enviar a los reos a ejecutar personas. Nadie sale limpio de eso.
Otros malos pusieron en evidencia ese juego. Y no hubo más que entrarle.
¿En cuantos otros lugares ocurre lo mismo o cosas peores?
Mire, le doy algunos datos espeluznantes, para que Usted no le siga haciendo al Tancredo y se mueva:
En todo el país existen 429 penales como ese Cereso número 2 de Gómez Palacios, Durango.
Eso quiere decir que seguramente todos nosotros, hablo de Usted y yo y el resto de los mexicanos, tenemos varios Ceresos o como se llamen cerca de nosotros y nuestras queridas familias.
¿No me cree?... ahí le va otro dato: sólo en el DF hay 10 penales repletos de delincuentes de toda la especie.
En Aguascalientes, estado pequeño, 4; en Baja California, no tan chico, 5; en BC sur, 6;en Campeche, 2; en Chiapas ¡22!; en Chihuahua, 15; en Coahuila, 7; en Colima, 3; en Durango, ¡13! –¿pues cómo no les va a ocurrir lo que les pasa?; en el Estado de México –el más poblado-, 22; en Guanajuato, 18; en Guerrero, 18; en Hidalgo, 17; en Jalisco, ¡33¡ para ser el estado con mayor número de penales.
En Michoacán no se quedan atrás y tienen 24; en Morelos, 7; en Nayarit ¡21!; en Nuevo león, 15; en Oaxaca, 14; en Puebla, 22; en Querétaro, 4; en Quintana Roo, 6; en San Luis Potosí, 13; en Sinaloa, 18; en Sonora, 15; en Tabasco, 18; en Tamaulipas, 9; en Tlascala, 2; en Veracruz, 17; en Yucatán, 3 y en Zacatecas, 19.
En la lista de penales están las Islas Marías, que se encuentran en el Pacífico y que creo están en la jurisdicción de Nayarit, así que súmele ese penal a ese estado.
Pero también están los Centros Federales de Readaptación Social o Ceferesos número 1 del Altiplano; el 2 de Occidente; el 3 y 4 del Noroeste y el 5 de Oriente, que no se dónde se ubiquen, pero que igual puede estar alguno de esos a la vuelta de la casa de Usted.
Bien, ¿y?.
Bueno, el caso es que en todos ellos hay 227 mil 426 presos de todo tipo algunos de los cuales a lo mejor son enviados a hacer lo mismo que los del Cereso 2 de Gómez Palacios.
En mantenerlos –a penales, reos, custodios y sus jefes-, nos gastamos cada año 7 mil 433 millones de pesos que seguramente no les alcanza porque, ya ve, luego los tienen que enviar a hacer lo que quedó al descubierto con el video de youtube.
Ya ni le pongo aquí la población que tiene cada uno de ellos. Lo único que consigno es que existe –no podía faltar-, una peligrosa sobrepoblación en ellos.
Esto ocurre, dicen quienes saben del asunto, porque ha crecido la delincuencia y porque se han endurecido las penas. Se suma a todo ello que los jueces no se dan abasto y tardan más en dictar sentencias.
Entonces los penales son un hervidero de hacinamiento.
Todo lo que ha escuchado además es cierto: los estudios indican que quienes están en estos penales son los más pobres y jodidos, quienes al ser capturados no tuvieron para darle lo suficiente al policía para que lo dejara en libertad.
Mire, ahí le van otros datos. De acuerdo a una investigación y estudio realizados por el Centro de Investigación y Docencia Económica, el CIDE:
- La mayoría de los presos lo son por robo. En ese estudio realizado durante 2002 se encontró que el 25 por ciento de los presos están encarcelados por haber robado menos de mil pesos; el 50 por ciento de ellos por haber robado menos de 6 mil pesos y sólo el 5 por ciento por haber hurtado hasta 75 mil pesos.
De los sentenciados por delitos contra la salud (que son el 8 por ciento de los 227 mil, 426), el 50 por ciento los capturaron por haber comercializado droga con valor menor a los mil 250 pesos; y otro 25 por ciento por obtener ganancias de menos de 200 pesos.
La conclusión es simple: quienes delinquen por más ni pisan la cárcel. Tienen recursos para comprar a sus captores o a los jueces que los sentencian.
La saturación de los penales, y la composición social de quienes las habitan, impide que se cumpla el objetivo central de la rehabilitación y la reinserción social. Así los penales son simples espacios donde los reos socializan contactos y experiencias delictivas y donde se victimiza a quienes no tienen recursos para comprar buenos tratos o espacios preferentes.
Por ello hay quienes viven en condiciones muy holgadas y sumamente cómodas dentro de los penales, con aire acondicionado o sistemas de calefacción –según sea el caso geográfico-, y quienes se hacinan en pequeñas celdas, que son la mayoría.
Nada nuevo, pues.
Este es nuestro México al revés que existe porque las mayorías nacionales, o sea usted y yo, no salimos y decimos ¡basta!, y no ejercemos nuestro derecho a revocar mandatos.
Así de simple... Vea el video, a ver si así se mueve.
Este es nuestro México al revés que existe porque las mayorías nacionales, o sea usted y yo y el de al lado, no salimos y decimos ¡basta!, y no ejercemos nuestro derecho a revocar mandatos.
Seguramente está Usted enterado que del Cereso (Centro de Rehadaptación Social), número 2 de la ciudad de Gómez Palacios, Durango, salían reos a asesinar y cometer otros delitos.
Y que por ello ahora está detenida la directora del penal, la abogada Margarita Rojas.
¿Pero sabe Usted que todo eso se conoce porque el temible grupo de asesinos conocido como los Zetas capturó a un custodio de ese penal, al que luego torturó e hizo confesar frente a una cámara de video todo lo que ocurría dentro y fuera de ese Cereso con nombres, fechas y datos de involucrados y los lugares donde se cometían las ejecuciones y los otros delitos, para al final darle un tiro al policía?
Ese video fue después “colocado” en youtube para hacerlo del conocimiento de millones de personas en el mundo entero y destapar así una insospechada cloaca más de nuestra sociedad.
Sólo después de todo eso actuaron las autoridades. Antes, a confesión de parte, ni siquiera sospechaban que eso ocurría.
El video es durísimo. Si Usted puede, véalo. No por morbo, por supuesto, sino como terapia social para tener el pulso exacto de lo que ocurre a nuestro alrededor.
¿Qué clase de sociedad somos, hemos construido que genera este tipo de asuntos y conductas?, ¿Cómo es posible que un grupo de asesinos tenga que hacer este tipo de acciones –capturar a un custodio, torturarlo, hacerlo confesar ante una cámara, subir el video a Internet y luego matarlo- para que la autoridad actúe?
En toda esta trama falta algo muy importante, vital: la sensibilidad de todos nosotros para decir ¡BASTA! Para movilizarnos y actuar.
El video está ahí, en youtube, en Internet y nosotros le hacemos al Tancredo, y nos quedamos quietos, como si todo lo que está ocurriendo aquí, en México, pasara en la Luna.
Tenemos que exigirle a la autoridad que limpie los penales, demandarle que vigile lo que ocurre en ellos y que impida de una vez por todas, ya, hoy, no mañana ni el año que entra, todo lo que ocurre ahí y que se expresa en mayores actos de delincuencia.
Es nuestra obligación poner un alto a quienes nos gobiernan y obligarlos a darnos las condiciones de seguridad, gobernabilidad y paz sociales para poder recuperar nuestras ciudades, parques, escuelas, banquetas y calles, para poder caminar por ellas sin sobresaltos, sin tenernos que enterar por videos de narcos lo que otros narcos nos hacen como sociedad coludidos con la autoridad.
Eso de que la directora del penal les daba permiso para salir a asesinar es un cuento. Ella y sus jefes estaban coludidos con los jefes de un cartel para enviar a los reos a ejecutar personas. Nadie sale limpio de eso.
Otros malos pusieron en evidencia ese juego. Y no hubo más que entrarle.
¿En cuantos otros lugares ocurre lo mismo o cosas peores?
Mire, le doy algunos datos espeluznantes, para que Usted no le siga haciendo al Tancredo y se mueva:
En todo el país existen 429 penales como ese Cereso número 2 de Gómez Palacios, Durango.
Eso quiere decir que seguramente todos nosotros, hablo de Usted y yo y el resto de los mexicanos, tenemos varios Ceresos o como se llamen cerca de nosotros y nuestras queridas familias.
¿No me cree?... ahí le va otro dato: sólo en el DF hay 10 penales repletos de delincuentes de toda la especie.
En Aguascalientes, estado pequeño, 4; en Baja California, no tan chico, 5; en BC sur, 6;en Campeche, 2; en Chiapas ¡22!; en Chihuahua, 15; en Coahuila, 7; en Colima, 3; en Durango, ¡13! –¿pues cómo no les va a ocurrir lo que les pasa?; en el Estado de México –el más poblado-, 22; en Guanajuato, 18; en Guerrero, 18; en Hidalgo, 17; en Jalisco, ¡33¡ para ser el estado con mayor número de penales.
En Michoacán no se quedan atrás y tienen 24; en Morelos, 7; en Nayarit ¡21!; en Nuevo león, 15; en Oaxaca, 14; en Puebla, 22; en Querétaro, 4; en Quintana Roo, 6; en San Luis Potosí, 13; en Sinaloa, 18; en Sonora, 15; en Tabasco, 18; en Tamaulipas, 9; en Tlascala, 2; en Veracruz, 17; en Yucatán, 3 y en Zacatecas, 19.
En la lista de penales están las Islas Marías, que se encuentran en el Pacífico y que creo están en la jurisdicción de Nayarit, así que súmele ese penal a ese estado.
Pero también están los Centros Federales de Readaptación Social o Ceferesos número 1 del Altiplano; el 2 de Occidente; el 3 y 4 del Noroeste y el 5 de Oriente, que no se dónde se ubiquen, pero que igual puede estar alguno de esos a la vuelta de la casa de Usted.
Bien, ¿y?.
Bueno, el caso es que en todos ellos hay 227 mil 426 presos de todo tipo algunos de los cuales a lo mejor son enviados a hacer lo mismo que los del Cereso 2 de Gómez Palacios.
En mantenerlos –a penales, reos, custodios y sus jefes-, nos gastamos cada año 7 mil 433 millones de pesos que seguramente no les alcanza porque, ya ve, luego los tienen que enviar a hacer lo que quedó al descubierto con el video de youtube.
Ya ni le pongo aquí la población que tiene cada uno de ellos. Lo único que consigno es que existe –no podía faltar-, una peligrosa sobrepoblación en ellos.
Esto ocurre, dicen quienes saben del asunto, porque ha crecido la delincuencia y porque se han endurecido las penas. Se suma a todo ello que los jueces no se dan abasto y tardan más en dictar sentencias.
Entonces los penales son un hervidero de hacinamiento.
Todo lo que ha escuchado además es cierto: los estudios indican que quienes están en estos penales son los más pobres y jodidos, quienes al ser capturados no tuvieron para darle lo suficiente al policía para que lo dejara en libertad.
Mire, ahí le van otros datos. De acuerdo a una investigación y estudio realizados por el Centro de Investigación y Docencia Económica, el CIDE:
- La mayoría de los presos lo son por robo. En ese estudio realizado durante 2002 se encontró que el 25 por ciento de los presos están encarcelados por haber robado menos de mil pesos; el 50 por ciento de ellos por haber robado menos de 6 mil pesos y sólo el 5 por ciento por haber hurtado hasta 75 mil pesos.
De los sentenciados por delitos contra la salud (que son el 8 por ciento de los 227 mil, 426), el 50 por ciento los capturaron por haber comercializado droga con valor menor a los mil 250 pesos; y otro 25 por ciento por obtener ganancias de menos de 200 pesos.
La conclusión es simple: quienes delinquen por más ni pisan la cárcel. Tienen recursos para comprar a sus captores o a los jueces que los sentencian.
La saturación de los penales, y la composición social de quienes las habitan, impide que se cumpla el objetivo central de la rehabilitación y la reinserción social. Así los penales son simples espacios donde los reos socializan contactos y experiencias delictivas y donde se victimiza a quienes no tienen recursos para comprar buenos tratos o espacios preferentes.
Por ello hay quienes viven en condiciones muy holgadas y sumamente cómodas dentro de los penales, con aire acondicionado o sistemas de calefacción –según sea el caso geográfico-, y quienes se hacinan en pequeñas celdas, que son la mayoría.
Nada nuevo, pues.
Este es nuestro México al revés que existe porque las mayorías nacionales, o sea usted y yo, no salimos y decimos ¡basta!, y no ejercemos nuestro derecho a revocar mandatos.
Así de simple... Vea el video, a ver si así se mueve.
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