Pedro Echeverría V.
1. ¿Por qué carajos la mayoría de tus artículos son sobre México si este no decide nada, vale pura madre a nivel internacional? Me reclamaba de entrada mi querido amigo Luis Arturo. Y a partir de allí me ha soltado mil un argumentos para demostrarme que las decisiones de los EEUU, China, Europa, los países asiáticos, incluso Brasil, eran los que estaban determinando la política, la economía y el comercio mundial. De entrada estuve de acuerdo con él diciéndole que por eso me había preocupado por escribir más por América Latina donde en estos momentos el imperialismo de EEUU encontraba una fuerte oposición y que no contaba con el material suficiente para interpretar bien lo que sucedía en el contexto de aquellos bloques de países de poder que definían el destino del mundo mientras los pueblos producían las riquezas que se les iba de las manos.
2. Y es sin duda una realidad desgraciada, pero así es: mientras miles de millones de indígenas, campesinos, obreros, empleados, de todo el mundo entregan su vida a la producción creando gigantescas riquezas en los campos y ciudades, un puñado de gobernantes de los países más poderosos determinan políticas de intercambio y de mercado para su propio beneficio como países imperialistas. Y le contaba a mi amigo del campesino coreano Lee que se suicidó en septiembre de 2003, en las barricadas de protesta en Cancún por impotencia ante lo que se aprobaba por países imperialistas en la reunión de la OMC. Así como los burgueses explotadores de cada país exigen a los obreros y demás trabajadores producir y producir sin protestar para que los ricos se hagan millonarios, así lo países de más alto nivel someten con sus leyes a los pequeños.
3. México en los sesenta y setenta tuvo cierta presencia en la OEA (no en la ONU) pero a partir de los ochenta –al entregarse atado a los EEUU- se convirtió en un simple apéndice de éste. Por su gran número de habitantes (112 millones), su extensión, riquezas y producción, sería uno de siete o 20 países con mayor influencia, fuerza y determinación. Obvio, si mantiene sus políticas derechistas y proyanquis sería uno más oponiéndose fuertemente a las luchas de los pueblos; pero estaría subrayando su presencia. Hoy es casi inexistente por ser el patio trasero de los EEUU. ¿Tendrá México la posibilidad de llegar a ser independiente mientras mantenga a 10 millones de braceros en los EEUU por su incapacidad para crear empleos y salarios decentes? ¿Podrá ser independiente sojuzgado por inversionistas yanquis y gigantescas deudas?
4. Muy a principios de los sesenta algún amigo trotskista, haciendo paralelismo con Marx, me decía: Vale madre el triunfo de revoluciones en países pequeños porque nada podrán hacer para salir adelante en serio; en cambio si la revolución triunfara en los EEUU todos los países se obligarían a tomar el mismo camino; por eso veíamos entonces con mucho interés las luchas de los negros de las Panteras, de Malcom X, el Poder Negro, así como las grandes batallas en las calles contra la guerra de Vietnam una gran esperanza revolucionaria en los EEUU. Parece que la teoría del “eslabón más débil” sólo llevó a burocracias de partido al poder y a la conformación de un Estado burocrático y represivo. Por eso muchas batallas en pequeños países en lugar de ser anticapitalistas se transformaron en simplemente antiimperialistas o nacionalistas.
5. Así durante décadas luchamos contra políticas privatizadoras en salud, educativas, reformas laborales, de pensiones, etcétera pensando que son determinaciones de algún tonto funcionario mexicano cuando son políticas internacionales que se firman en cumbres mundiales y que, para echarlas abajo, se requiere de grandes fuerzas y batallas. De allí surgieron las grandes batallas de los “globalifóbicos” o altermundistas cuyas protestas en diferentes países se han hecho históricas desde 1999 en Seatlle. ¿Acaso no han sufrido millones de trabajadores mexicanos la criminal competencia en el mercado mundial con competidores subsidiados en los precios en el atún, la leche, la carne, el pescado, etcétera, obligándolos a tirar sus productos por desplome de los precios determinados por acuerdos internacionales?
6. Fidel Castro dijo alguna vez que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución” y alguien más señaló que “cada proletariado debería acabar con su propia burguesía”; todo ello está bien como consigna, pero el asunto es mucho más complicado si se busca ubicar bien al enemigo principal y construir las estrategias para derrotarlo. ¿Cuál es el margen que le queda a un gobierno nacional dependiente frente a una política imperial dominante? ¿Por qué países que con gran voluntad, entusiasmo e inteligencia como Rusia, China, los países del llamado “bloque socialista”, no pudieron construir el socialismo y se quedaron en gobiernos burocráticos? ¿Por qué Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, que voluntariamente buscan construir el socialismo tienen enormes dificultades para hacerlo? ¿No es acaso mayor el peso internacional?
7. Pienso que debemos leer con mayor atención a Petras, Chomski, Wallerstein, Amin, Giddens, Ramonet y muchos más analistas políticos e historiadores que se han dedicado a analizar durante años la política internacional. Las políticas nacionalistas y localistas están bien, pero son muy limitadas. Es necesario apoyarlas con nuestra participación, pero jamás olvidar que las grandes decisiones en la gran política se toman a nivel internacional. ¿Puede olvidarse que México ha firmado que cada año debe someter su política y la distribución de sus presupuestos al Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial? Nuestros pobres gobiernos, aunque se digan independientes, democráticos y lo que quieran, viven arrastrados y con la lengua para fuera esperando las decisiones del gobierno en turno de los EEUU. Por eso y otras cosas sería interesante observar cómo podría gobernar un gobierno realmente antiimperialista.
1. ¿Por qué carajos la mayoría de tus artículos son sobre México si este no decide nada, vale pura madre a nivel internacional? Me reclamaba de entrada mi querido amigo Luis Arturo. Y a partir de allí me ha soltado mil un argumentos para demostrarme que las decisiones de los EEUU, China, Europa, los países asiáticos, incluso Brasil, eran los que estaban determinando la política, la economía y el comercio mundial. De entrada estuve de acuerdo con él diciéndole que por eso me había preocupado por escribir más por América Latina donde en estos momentos el imperialismo de EEUU encontraba una fuerte oposición y que no contaba con el material suficiente para interpretar bien lo que sucedía en el contexto de aquellos bloques de países de poder que definían el destino del mundo mientras los pueblos producían las riquezas que se les iba de las manos.
2. Y es sin duda una realidad desgraciada, pero así es: mientras miles de millones de indígenas, campesinos, obreros, empleados, de todo el mundo entregan su vida a la producción creando gigantescas riquezas en los campos y ciudades, un puñado de gobernantes de los países más poderosos determinan políticas de intercambio y de mercado para su propio beneficio como países imperialistas. Y le contaba a mi amigo del campesino coreano Lee que se suicidó en septiembre de 2003, en las barricadas de protesta en Cancún por impotencia ante lo que se aprobaba por países imperialistas en la reunión de la OMC. Así como los burgueses explotadores de cada país exigen a los obreros y demás trabajadores producir y producir sin protestar para que los ricos se hagan millonarios, así lo países de más alto nivel someten con sus leyes a los pequeños.
3. México en los sesenta y setenta tuvo cierta presencia en la OEA (no en la ONU) pero a partir de los ochenta –al entregarse atado a los EEUU- se convirtió en un simple apéndice de éste. Por su gran número de habitantes (112 millones), su extensión, riquezas y producción, sería uno de siete o 20 países con mayor influencia, fuerza y determinación. Obvio, si mantiene sus políticas derechistas y proyanquis sería uno más oponiéndose fuertemente a las luchas de los pueblos; pero estaría subrayando su presencia. Hoy es casi inexistente por ser el patio trasero de los EEUU. ¿Tendrá México la posibilidad de llegar a ser independiente mientras mantenga a 10 millones de braceros en los EEUU por su incapacidad para crear empleos y salarios decentes? ¿Podrá ser independiente sojuzgado por inversionistas yanquis y gigantescas deudas?
4. Muy a principios de los sesenta algún amigo trotskista, haciendo paralelismo con Marx, me decía: Vale madre el triunfo de revoluciones en países pequeños porque nada podrán hacer para salir adelante en serio; en cambio si la revolución triunfara en los EEUU todos los países se obligarían a tomar el mismo camino; por eso veíamos entonces con mucho interés las luchas de los negros de las Panteras, de Malcom X, el Poder Negro, así como las grandes batallas en las calles contra la guerra de Vietnam una gran esperanza revolucionaria en los EEUU. Parece que la teoría del “eslabón más débil” sólo llevó a burocracias de partido al poder y a la conformación de un Estado burocrático y represivo. Por eso muchas batallas en pequeños países en lugar de ser anticapitalistas se transformaron en simplemente antiimperialistas o nacionalistas.
5. Así durante décadas luchamos contra políticas privatizadoras en salud, educativas, reformas laborales, de pensiones, etcétera pensando que son determinaciones de algún tonto funcionario mexicano cuando son políticas internacionales que se firman en cumbres mundiales y que, para echarlas abajo, se requiere de grandes fuerzas y batallas. De allí surgieron las grandes batallas de los “globalifóbicos” o altermundistas cuyas protestas en diferentes países se han hecho históricas desde 1999 en Seatlle. ¿Acaso no han sufrido millones de trabajadores mexicanos la criminal competencia en el mercado mundial con competidores subsidiados en los precios en el atún, la leche, la carne, el pescado, etcétera, obligándolos a tirar sus productos por desplome de los precios determinados por acuerdos internacionales?
6. Fidel Castro dijo alguna vez que “el deber de todo revolucionario es hacer la revolución” y alguien más señaló que “cada proletariado debería acabar con su propia burguesía”; todo ello está bien como consigna, pero el asunto es mucho más complicado si se busca ubicar bien al enemigo principal y construir las estrategias para derrotarlo. ¿Cuál es el margen que le queda a un gobierno nacional dependiente frente a una política imperial dominante? ¿Por qué países que con gran voluntad, entusiasmo e inteligencia como Rusia, China, los países del llamado “bloque socialista”, no pudieron construir el socialismo y se quedaron en gobiernos burocráticos? ¿Por qué Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, que voluntariamente buscan construir el socialismo tienen enormes dificultades para hacerlo? ¿No es acaso mayor el peso internacional?
7. Pienso que debemos leer con mayor atención a Petras, Chomski, Wallerstein, Amin, Giddens, Ramonet y muchos más analistas políticos e historiadores que se han dedicado a analizar durante años la política internacional. Las políticas nacionalistas y localistas están bien, pero son muy limitadas. Es necesario apoyarlas con nuestra participación, pero jamás olvidar que las grandes decisiones en la gran política se toman a nivel internacional. ¿Puede olvidarse que México ha firmado que cada año debe someter su política y la distribución de sus presupuestos al Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial? Nuestros pobres gobiernos, aunque se digan independientes, democráticos y lo que quieran, viven arrastrados y con la lengua para fuera esperando las decisiones del gobierno en turno de los EEUU. Por eso y otras cosas sería interesante observar cómo podría gobernar un gobierno realmente antiimperialista.
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