México 2010: El país que no fue

Jorge Alejandro Medellín / De orden superior

Para los militares, el 2010 era el año en que la democracia en México iba a consolidarse con la llegada del panismo al poder, el cual traería estabilidad política y social, impulsaría la reactivación económica y traería en consecuencia la inserción del país en una posición privilegiada a nivel internacional.

Tal prospectiva, elaborada en 2003 por uno de los actuales mandos del Ejército Mexicano a partir del análisis situacional y de escenarios en el sexenio del entonces presidente Vicente Fox, indicaba que este cambio sería posible si el gobierno hacía un uso correcto del poder de sus fuerzas armadas.

México, indicaba el entonces Teniente Coronel de Infantería Saúl Luna Jaimes (matrícula B-1148419), “puede expandir su democracia (sic) en el 2010, mejorar su estabilidad (sic), conseguir una mejor posición a nivel internacional (sic) y continuar con su desarrollo económico mediante la utilización más efectiva y eficiente del poder militar.”

Esa era la visión del Coronel en abril de 2002, cuando escribió su “ensayo” titulado “The National Security of Mexico for 2010”, como becario en el U.S. Army War College, en donde formó parte del programa Proyecto de investigación Estratégica (USAWC-STRATEGY RESEARCH PROJECT), asesorado por el Coronel Joseph R. Núñez, del Ejército de los Estados Unidos.

Saúl Luna Jaimes fue ascendido a Coronel en noviembre de 2005 por el presidente Vicente Fox, y el general Clemente Vega García.

El pasado 19 de marzo, tropas del 16 Batallón de Infantería bajo el mando del Coronel Luna Jaimes protagonizaron el enfrentamiento a las puertas del Tecnológico de Monterrey con sicarios del crimen organizado, en el que fueron acribillados los estudiantes de posgrado Jorge Antonio Mercado Alonso y Aurelio Javier Arredondo Rodríguez, quienes quedaron atrapados en el fuego cruzado del enfrentamiento y habrían muerto bajo el fuego de los militares.

Luz verde a operaciones internacionales.

En su análisis, el Coronel recomendaba al siguiente gobierno (2006-2012) revisar la estructura interna del nuevo sistema de seguridad nacional que vivía una etapa de renovación bajo el régimen del primer mandatario de oposición en la historia del país.

Además, el militar aseguraba que con el nuevo sistema de seguridad nacional en funciones en el gobierno de Vicente Fox, una de sus misiones sería “la de hacer un estudio para regular la participación de las Fuerzas Armadas (Mexicanas) en operaciones internacionales, tomando en cuenta que México no debe separar lo militar de su política de relaciones exteriores.”

En su “ensayo”, Luna Jaimes dejaba en el pasado una de las posturas históricas del Ejército Mexicano respecto a la participación de los militares en operaciones de paz en el extranjero, en acciones de ayuda humanitaria.

“A pesar de la renuencia histórica para actuar internacionalmente, México tiene que considerar que su interés nacional será beneficiado mediante la participación de tropas mexicanas en operaciones específicas de paz o de ayuda humanitaria o bien protegiendo su territorio de amenazas terroristas o de otros actores no estatales,” señala el documento clasificado con el número 20020806-338, elaborado en el Colegio de Guerra de los Estados Unidos, en Carlisle, Pennsylvania.

Paradójicamente, con su pronunciamiento y las recomendaciones emitidas desde los Estados Unidos casi a mitad del sexenio de Vicente Fox, el Coronel Saúl Luna echaba por tierra uno de los argumentos que caracterizó al entonces secretario de la Defensa, quien en al menos tres ocasiones aseguró que nunca ningún militar mexicano estaría bajo las órdenes de un general norteamericano y que las fuerzas armadas nacionales no participarían nunca en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz.

El “ensayo” fue escrito por el Coronel Saúl Luna, actual comandante del 16 Batallón de Infantería con sede en el Municipio de Escobedo, en Monterrey, Nuevo León.

Dicha unidad de combate fue la que protagonizó, la noche del 21 de marzo, el enfrentamiento contra sicarios a las puertas del Tecnológico de Monterrey en el que fueron acribillados los estudiantes Jorge Antonio Mercado y Francisco Arredondo pese a los gritos de sus compañeros quienes les repetían a los militares que ellos eran estudiantes, no delincuentes.

Un paso adelante, dos atrás.

Luna Jaimes forma parte de la antigüedad de mandos castrenses que ingresaron al Heroico Colegio Militar (HCM) en 1979, y que cuatro años más tarde se graduaron como Subtenientes para incorporarse de inmediato al arma de Infantería.

Esta antigüedad inició su carrera militar a principios de los ochentas. Veinticinco años después, sus elementos más destacados ocupan posiciones clave como parte de una nueva generación de comandantes con una mentalidad distinta a la de sus jefes, proclive a la internacionalización de las fuerzas armadas mexicanas, a su participación en operaciones de paz y ayuda humanitaria y a niveles de cooperación con el extranjero impensables hace dos décadas.

Sin embargo, pese a la apertura de esta nueva generación de jefes militares impulsada por su lectura en torno al nuevo orden mundial y la necesidad de insertarse en el desde diversas plataformas, persiste en la agenda de temas abordados uno que sigue intocable: la transformación estructural de las fuerzas armadas mexicanas, su reorganización y la consecuente creación de mecanismos civiles para controlar y hacer rendir cuentas al Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México.

Sobre estos aspectos el Coronel Saúl Luna Jaimes se limita a describir la organización actual del Ejército y Fuerza Aérea, puntualizando que en dicha estructura el Presidente de la República es el Comandante Supremo de las fuerzas armadas, que a su vez delega la responsabilidad de la conducción del ejército de tierra y aire al Secretario de la Defensa, mientras que la conducción de la Armada recae en el secretario de Marina.

El Coronel aclara entonces que en el esquema de las fuerzas armadas mexicanas “no existe un Comando Unificado para los tres servicios, como ocurre en otros países, ni existe un civil como secretario de la Defensa”.

Empero, el militar asegura que “esto no significa que las fuerzas armadas no estén subordinadas a las autoridades civiles, ni que estén reguladas por un orden distinto que las separe del alcance político.”

Para el Luna Jaimes esta situación de las fuerzas armadas mexicanas puede definirse sencillamente como un “organización especial”, pese a la cual existe “una firme subordinación de los militares mexicanos al poder civil y a la voluntad popular.”

Esto es evidente si se observa la subordinación militar a los presidentes civiles en el actual sistema político mexicano, añade Luna Jaimes al argumentar a favor de la estructura y organización del Ejército y Fuerza Aérea, justificando su permanencia al advertir que en otros países latinoamericanos con esquemas diferentes los golpes de Estado encabezados por militares han estado a la orden del día.

Esto no sucede en México, porque aquí las fuerzas armadas se mantienen leales al poder civil, agrega el Coronel al analizar el papel de los militares en el esquema de la Seguridad Nacional modificado durante el gobierno foxista.

En esta parte de su ensayo Luna Jaimes analiza las circunstancias del anterior régimen político, resaltando que en el priismo hubo una democracia simulada, con instituciones que cumplían con los requisitos formales de la democracia pero que en los hechos se caracterizaban por una conducta autoritaria.

En cuanto al Ejército, el Coronel señala que “durante el anterior sistema político, las fuerzas armadas, al igual que otras instituciones del país, no estuvieron apropiadamente vigiladas por el poder Legislativo o por el Poder Judicial, sólo el (Poder) Ejecutivo tuvo control directo sobre ellas.”

Pero ahora (bajo el gobierno de Vicente Fox), las fuerzas amadas están sujetas a una revisión y a un profundo cambio democrático en el cual deberán reportar a los poderes legislativo y judicial sus actividades.

Los militares y el escrutinio civil.

El ensayo del Coronel Jaimes enfatiza el hecho de que a partir del régimen foxista, las fuerzas armadas viven un cambio en el que gradualmente se están abriendo a la supervisión de los tres poderes, especialmente del Poder Legislativo. La apertura incluirá también la supervisión de la sociedad y de la opinión pública (sic), añade en el texto.

En esta dinámica de apertura el Coronel Saúl Luna planteaba la dimensión del fenómeno del narcotráfico y la encomienda del presidente en turno para combatir este fenómeno “debido a su gran poder de penetración y al debilitamiento de los elementos de poder que ocasiona, como: poder político, poder económico, poder militar (sic) y poder social dado que esta actividad ilegal tiene la capacidad de corromper a oficiales y de afectar a la sociedad entera.”

Además de ocasionar severos problemas de salud, el narcotráfico “crea una cultura en comunidades específicas, en donde las gente escucha música en la que se menciona a los traficantes más famosos y se veneran imágenes religiosas que supuestamente protegen a los narcotraficantes”, afirma Luna Jaimes.

Combatir a la “insurrección” es la segunda misión que las fuerzas armadas mexicanas ven como prioritaria. La actividad de la guerrilla es “otro riego para la seguridad nacional causada por el descontento y por grupos insurgentes armados que le han declarado la guerra al Estado mexicano y al Ejército, trayendo como consecuencia un peligro latente que puede desbalancear al país”, advierte el Coronel.

El tema de la participación de efectivos de la Sedena en futuras operaciones de mantenimiento de paz y en ejercicios militares con otros países es recurrente en el ensayo del Coronel Luna. Sobre este punto, señala que respecto al despliegue de tropas mexicanas fuera del país, “México ha protegido cuidadosamente su política exterior, que se caracteriza por la no intervención en asuntos de otras naciones y por la solución pacífica de controversias.”

Luna Jaimes abunda en el asunto y señala que con la excepción de la participación militar de México en la Segunda Guerra Mundial, ha habido una negativa constante para que las fuerzas armadas se unieran a fuerzas multinacionales.

En este sentido reconoce que “hoy, los cambios a nivel local e internacional han ocasionado que en México se comience a debatir su posible participación en operaciones de mantenimiento de la paz, integrándose a coaliciones o fuerzas multinacionales.”

Casi al final del texto, el mando militar va más allá en sus consideraciones y anticipa que la verdadera carga en cuanto a los cambios y avances en materia de seguridad nacional y en torno al rol de las fuerzas armadas mexicanas lo tendrá la siguiente administración (el sexenio de Felipe Calderón).

El siguiente presidente deberá tomar “decisiones clave para el futuro de México, como llevar adelante el debate sobre la participación de militares mexicanos en operaciones de mantenimiento de la paz o alguna otra actividad que deba desarrollarse bajo la mirada internacional”.

El Coronel Saúl Luna anticipaba en 2003 que para este año el gobierno federal estaría discutiendo a fondo “la creación de un Comando Unificado (Estado Mayor Conjunto) y la posible designación de un civil como Secretario de la Defensa Nacional, integrando a las tres fuerzas armadas (Ejército, Fuerza Aérea y Marina).”

En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, el comandante del 16 Batallón de Infantería adelantaba que para el 20101, “México debe ser capaz de resolver diversos retos de tipo doméstico mediante una correcta toma de decisiones, usando mecanismos que le garantice una visión a largo plazo para alcanzar el ansiado desarrollo del país y para combatir otros riesgos a la seguridad nacional, como el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo y la insurrección.”

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Saúl Luna Jaimes

Es Coronel de Infantería, Diplomado de Estado Mayor (DEM). En enero de 2005, el Poder Legislativo ratificó el grado militar a Luna Jaimes.

Saúl Luna ingresó al Colegio Militar el 1 de septiembre de 1979. El 1º de septiembre de 1983 ascendió al grado de Subteniente. Cuenta con la condecoración de perseverancia en 2ª Clase.

Comanda el 16º Batallón de Infantería, destacado en Monterrey, e integrado a la 7ª zona militar. Como becario en los Estados Unidos, el entonces Teniente Coronel Luna Jaimes estuvo adscrito en el US Army War College, donde en 2003 publicó el documento “La Seguridad Nacional para México en 2010”.

Su hoja de Servicio Militar es la B-1148419. Al ser responsable del 16º Batallón de Infantería, 7ª Zona Militar, IV Región Militar, Saúl Luna Jaimes comanda a las tropas que se han enfrentado a narcotraficantes en su teatro de operaciones, delimitado por la territorialidad geográfica.

En ese sentido, son tropas de línea del 16 Batallón las que realizan operativos de guerra en Nuevo León.

Soldados del 16º batallón mataron en Monterrey, el 19 de marzo de 2010 a los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Jorge Antonio Mercado Alonso y Aurelio Javier Arredondo Rodríguez, en el curso de un enfrentamiento con miembros del narcotráfico.

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