Manuel Camacho vs López Obrador

Martha Anaya / Crónica de Política

Manuel Camacho Solís tiene fama de ser un hombre arrogante, ambicioso, tacaño, obsesivo, malagradecido. Adjetivos poco gratos suelen acompañar la sola mención de su nombre.

Probablemente sea todo ello y más, pero nadie puede regatearle su conocimiento de la política, su talento, su inteligencia, su capacidad de análisis y de estrategia.

No es un secreto que el ex regente es el cerebro, el estratega, de las alianzas opositoras que se enfrentaron al PRI en las elecciones del domingo pasado. Él mismo declaró y escribió lo que buscaba con esas alianzas: contener la veloz carrera del PRI hacia el 2012.

Ese era el objetivo primordial para este 4 de julio. Pero había otro –también con vistas a las elecciones presidenciales del 2012– que miraba únicamente hacia las izquierdas: ir con una candidatura única.

La idea –aceptada originalmente por los principales actores—era que quien se encontrara mejor posicionado para cuando llegase el momento, ese sería el candidato sin mayores regateos ni mezquindades.

Así lo hicieron saber y así lo declaró el propio Andrés Manuel López Obrador en múltiples ocasiones.

Manuel Camacho Solís, coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), comenzó a trabajar en ello. Apenas avanzó el ex regente en su tarea y Andrés Manuel y los suyos notaron que el ánimo de Manuel Camacho se cargó fuertemente hacia Marcelo Ebrard.

No había manera de removerlo del DIA en esos momentos. Decidieron aguardar la oportunidad.

Las alianzas de las “izquierdas” con el PAN, y luego de la renuncia de Fernando Gómez Mont a su partido por el incumplimiento del pacto no-alianzas firmado por entre priistas y panistas, López Obrador decidió que el momento de atacar.

Si antes había guardado silencio contra las alianzas opositoras al PRI para las elecciones de julio –ya se habían pactado la mayoría para entonces–, de pronto comenzó a declarar públicamente su oposición a ellas.

El caso de Oaxaca fue el más significativo para tratar de dinamitar las alianzas. A dos meses de los comicios, el Partido del Trabajo anunció que abandonaría las coaliciones pactadas, incluido su apoyo a Gabino Cué.

En ese momento, Manuel Camacho vio claramente que Andrés Manuel López Obrador intentaría por todos los medios acabar con alianzas y destruir su trabajo. Y pensaba que el actuar del excandidato presidencial no obedecía a su “pureza”, sino a su ambición personal, a su deseo de venganza. Iría por la candidatura presidencial del 2012 costara lo que costara.

El Partido del Trabajo, aseguraba a sus cercanos, “ya hizo su apuesta con López Obrador para el 2012”.

La lectura de Camacho no fue compartida por muchos en ese momento. Consideraban que el ex regente “la trae” con López Obrador y alegaban que ya había declarado el tabasqueño múltiples veces que habría encuestas e iría como candidato quien estuviera mejor posicionado.

Camacho, decían, “ve moros con tranchete”.

Pero ayer por la mañana el propio Andrés Manuel le dio la razón al análisis de Camacho. En una entrevista con Carlos Puig en W Radio, declaró sin dejar lugar a duda alguna que se lanzará como candidato para el 2012 y mencionó la posibilidad de que le otorgaran el registro el Partido del Trabajo y/o Convergencia.

“No pretendemos fundar un partido, buscaremos uno que nos registre de acuerdo a nuestros principios, con el trabajo que hemos hecho desde el 2006”, señaló.

Las palabras del tabasqueño confirmaban así el análisis de Camacho de hace unos meses: que las “izquierdas” no lograrán llegar al 2012 con candidato único.

Tendrá que crear ahora una nueva estrategia con vistas a la gran fecha. Y, por lo que se ve, su gran batalla –ya sea para convencerlo de declinar o para enfrentarlo–será con Andrés Manuel López Obrador.

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