domingo, julio 11, 2010

La isla de los desconectados

Raúl Trejo Delarbre

A pesar de la censura que impone el gobierno en Cuba, jóvenes como Yoani Sánchez dejan testimonio de la defensa de los derechos humanos

Desde su cama de hospital en Santa Clara, un hombre enjuto, débil, maltratado por un ayuno de 153 días, venció la intolerancia del gobierno cubano. Guillermo Fariñas, el disidente que se puso en huelga de hambre para exigir la libertad de los presos políticos en ese país, accedió ayer a suspender el ayuno que le ha ocasionado un grave deterioro físico y que nadie imaginó hasta dónde llegaría. El miércoles pasado se anunció la liberación inmediata de cinco presos políticos y la excarcelación paulatina de otros 47, de acuerdo con el compromiso obtenido gracias a la mediación del gobierno de España y la iglesia católica en Cuba.

La huelga de hambre ya no tenía motivos para mantenerse. Fariñas había triunfado. Pero tuvo que viajar una comisión de defensores de los derechos humanos en Cuba para explicárselo y convencerlo de levantar el ayuno. En ese grupo iba Yoani Sánchez, autora de Generación Y, uno de los blogs más famosos del mundo.

La noticia de la decisión de Guillermo Fariñas fue anunciada por Yoani a través de su cuenta en Twitter. Allí se difundieron las fotos del militante que arriesgó su vida siguiendo el ejemplo de Orlando Zapata, el ex albañil convertido en preso político debido a la sevicia del gobierno de Cuba y que murió el 23 de febrero a consecuencia de una huelga de hambre.

Fariñas ganó y su éxito podría iniciar otros cambios en la vida política y social de Cuba, aunque ya es costumbre que las pequeñas expresiones de flexibilidad a las que accede sean preámbulo de nuevas muestras de intolerancia del gobierno en esa isla. Paulatinamente, sin embargo, la exigencia internacional y sobre todo la inquietud dentro de una sociedad que parece cada vez menos dispuesta a seguir resignada a las imposiciones y los sacrificios van moldeando el cambio en Cuba.

En esa transformación, el papel de Internet y de blogueros jóvenes y valientes como Yoani Sánchez está resultando fundamental. Aunque con tantas restricciones que su crecimiento se mantiene estancado, el uso de Internet está constituyendo una ventana por donde los cubanos, especialmente los jóvenes, reciben algunas bocanadas de aire fresco. El testimonio que algunos de ellos ofrecen en los pocos blogs que se escriben con regularidad desde dentro de la isla, permite tomarle el pulso al azoro y el cansancio de la sociedad cubana.

Ese ha sido el mérito del blog que Yoani Sánchez mantiene desde abril de 2007. Generación Y recoge las impresiones de esa joven filóloga, reconvertida en especialista informática que cumplirá 35 años en septiembre próximo y que después de haber vivido un par de años en Suiza decidió regresar a su país para ser parte del cambio social que quieren cada vez más cubanos.

Las vicisitudes para conseguir alimentos y otros artículos racionados, las astucias del mercado negro y las muchas formas de resistencia que los cubanos manifiestan en el canto, el baile, el recuerdo o la ilusión, son tema de los relatos de esa autora. La notoriedad que le dieron tales contenidos llevó a Yoani a ocuparse de asuntos más políticos, especialmente la situación de los defensores de derechos humanos. Así es como se involucró en la difusión y denuncia de casos como los de Zapata y Fariñas.

Ese compromiso le ha acarreado amenazas, persecuciones e incluso golpes. La bitácora digital que mantiene a pesar de esas intimidaciones y de las dificultades para conectarse a Internet, ha sido motivo para que Yoani Sánchez gane reconocimientos y premios como el de periodismo Ortega y Gasset que no pudo recoger porque el gobierno cubano le prohibió viajar a Madrid.

Respaldada y acreditada en el resto del mundo, a Yoani Sánchez no la pueden leer en su país porque con frecuencia el acceso a su blog es bloqueado por el gobierno y porque muy pocos compatriotas suyos tienen acceso regular a Internet. Las estimaciones sobre la cantidad de cubanos que se conectan a la Red varían entre 2% y 10%.

En Cuba las conexiones a Internet son escasas y caras. Y aún disponiendo de ellas, será difícil que conduzcan a sitios como el de Yoani. Un reciente informe de Amnistía Internacional sobre restricciones a la libertad de expresión en Cuba denuncia el bloqueo de blogs como el de Yoani Sánchez y explica que “el acceso a Internet sigue estando bajo control del Estado. Está regulado por la Ley de Seguridad de Información, que prohíbe el acceso a servicios de Internet en domicilios particulares. El gobierno cubano alega que el embargo estadounidense, que no permite a Cuba el acceso a las redes subacuáticas de fibra óptica que conectan las islas del Caribe, le obliga a depender de las conexiones vía satélite, que proporcionan a la isla un ancho de banda limitado a un coste mucho más alto. Por ello, Internet en Cuba tiene una vocación social, y se puede acceder a ella en centros educativos, lugares de trabajo y otras instituciones públicas. También se puede acceder en hoteles, pero a un costo muy elevado. En octubre de 2009, el gobierno adoptó una nueva ley por la que permitía a los servicios postales cubanos establecer cibercafés en sus instalaciones y ofrecer acceso a Internet a la población. Sin embargo, las conexiones domésticas aún no están permitidas para la inmensa mayoría de los cubanos, y sólo los que cuentan con el favor del gobierno pueden acceder a Internet desde sus casas. En marzo de 2010, el Departamento del Tesoro estadounidense autorizó la exportación de ciertos servicios de comunicación personal por Internet –como la mensajería instantánea, el chat, el correo electrónico y las redes sociales– a Cuba”.

Desde hace tres años, los gobiernos de Cuba y Venezuela anunciaron la instalación de un cable submarino que conduciría líneas de fibra óptica que agilizarían el acceso de los cubanos a la Red de redes. Ese proyecto ha sido reiteradamente postergado y ahora se dice que estará listo dentro de un año. El gobierno de Cuba no tiene prisa para que sus ciudadanos tengan accesos más amplios a Internet.

Mientras tanto, los usuarios de la Red crecen aunque con lentitud. En su blog, Yoani Sánchez incluye enlaces a una treintena de bitácoras personales escritas en Cuba, la mayor parte de ellas de contenido cultural aunque también hay algunas de explícita disidencia política. Todos ellos batallan a diario para expresarse más allá de la que, sobrellevando limitaciones tecnológicas y amenazas personales, Yoani Sánchez denomina la isla de los desconectados.

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