Inundaciones afectan el noreste de México

Una nueva tormenta activó la alerta en tres estados del país. Hay más de 100 mil damnificados.

EFE / AP / PL


Los estados mexicanos Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, al noreste del país, encendieron nuevamente sus alertas, ante la llegada de una segunda depresión tropical, una semana después de que fueron azotados por el huracán Alex, que dejó 15 muertos.

La depresión, que llegó acompañada de lluvias, torrenciales, tocó tierra la noche del jueves y causó un muerto en la ciudad mexicana de Matamoros, Tamaulipas, ya afectada por inundaciones a lo largo del río Bravo y sus afluentes.

La nueva víctima murió al intentar cruzar una calle inundada en la ciudad Matamoros, informó ayer el gobernador Eugenio Hernández en una reunión de emergencia, en la que estuvo el presidente Felipe Calderón.

En la reunión el Sistema Nacional de Protección Civil en México declaró ayer en emergencia otros 12 municipios de Nuevo León, el territorio más devastado por la contingencia climática, con lo que 43 de las 51 ciudades de ese estado obtendrán recursos emergentes.

Según confirmó el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, hasta el momento hay 20 mil familias damnificadas, se han registrado afectadas mil 77 escuelas de nivel básico y más de 20 mil 400 viviendas con algún tipo de daño.

También 25 municipios del vecino Tamaulipas y 19 de Coahuila fueron incluidos en la lista de zonas en emergencia, un mecanismo que deberá ganar en agilidad para asegurar la entrega oportuna del apoyo gubernamental, indicó ayer el Presidente.

Calderón recorrió el jueves las zonas inundadas de Nuevo León y Tamaulipas. Dijo que el gobierno federal dará apoyo “hasta el límite de las posibilidades legales y presupuestales”.

En Matamoros, el gobernante pidió un manejo “muy cuidadoso” de las represas y poner la seguridad de los habitantes por encima de cualquier interés económico. El desfogue de las represas ha ocasionado el desbordamiento de ríos y la afectación en comunidades.

En Nuevo Laredo, Tamaulipas, la Policía evacuaba ayer a residentes de zonas bajas en momentos en que el caudal del río Bravo aumentaba más de nueve metros (30 pies) por encima del nivel de inundación, forzando el cierre de al menos dos puentes que conectan México con Estados Unidos.

Los primeros reportes señalaban que hubo anegamientos menores en las casas cercanas al río, pero el agua crecía cerca del centro de la ciudad, donde se esperaba que la corriente alcanzara ayer su pico.

Soldados de la Guardia Nacional estadounidense llegaron a la zona para ayudar en las evacuaciones.

Decenas de miles de personas ya habían abandonado sus hogares en poblaciones mexicanas, mientras los funcionarios se veían obligados a abrir las esclusas de las represas para evitar que se desbordaran sin control, vertiendo más agua hacia los ríos de la zona ya crecidos tras el paso del huracán Alex la semana pasada.

Humberto Moreira, gobernador del estado mexicano fronterizo de Coahuila, indicó que más de 20.000 casas quedaron inundadas solo en su estado y que unas 80.000 personas perdieron “todos sus pertenencias”.

El Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, pronosticó que la nueva depresión tropical traerá hasta 25 centímetros (10 pulgadas) de lluvia en varias zonas de México.

Esa lluvia se suma a la precipitación de entre 13 y 18 centímetros (5 a 7 pulgadas) que trajo el huracán Alex.

Un alerta de tormenta tropical fue emitido en México para una zona que va del norte del río San Fernando a la frontera y para Texas de la costa sur a la bahía Baffin.

El huracán Alex, que trajo precipitaciones inusualmente fuertes, causó estragos en la ciudad de Monterrey en México. Más de 100.000 personas seguían sin agua esta semana, según funcionarios del estado de Nuevo León.

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