Huracán Alex se hace más poderoso

Golfo: viento y olas esparcen crudo y complican limpieza

ANSA Y AP


MÉXICO | El huracán Alex siguió avanzando ayer desde México hacia el Sur de Texas, haciéndose más "amplio" e "intenso", según advirtió el centro federal para los huracanes de EE.UU., y complicando las tareas de limpieza del derrame de petróleo.

Autoridades de Texas reportaron que una avanzada del huracán empezó a impactar en el estado sureño, con algunas lluvias en el centro del territorio y dos pequeños tornados, que no provocaron heridos.

El huracán comenzó a golpear desde el mediodía local las costas del noreste de México, en la frontera con EE.UU., en especial del estado de Tamaulipas, que junto con Texas se perfilan como el blanco del fenómeno meteorológico, con vientos de hasta 105 kilómetros por hora y olas fuertes, de más de tres metros. La alerta se extendió a los estados vecinos de Coahuila y Nuevo León, donde las autoridades habilitaron albergues y se alistaron para la evacuación de habitantes.

Alex, que ya dejó una secuela de daños y una decena de muertos a su paso por América Central, continuaba ayer afectando las actividades de las plataformas petroleras en la zona de los mayores yacimientos de crudo de México, frente a las costas de Campeche.

También sigue perjudicando las tareas de contención del derrame de petróleo en el Golfo de México, provocado por la explosión de la plataforma de la empresa británica BP. En particular, los vientos y oleajes provocados por Alex retrasaron la apertura de un pozo de alivio que debería desviar el crudo que sigue brotando del suelo marino, a 1.500 metros de profundidad.

En Luisiana, la tormenta empujó una mancha de crudo hacia la Grand Isle y la Isla Elmer, dejando en la playa bolas de alquitrán del tamaño de manzanas. "Lo triste es que habían pasado tres semanas desde que llegó petróleo aquí", dijo el técnico de ciencias marinas Michael Malone. "Hemos perdido todo el progreso que habíamos logrado".

La suspensión de los trabajos, combinada con los fuertes vientos que están empujando el agua hacia la costa, han dejado las playas especialmente vulnerables. En Alabama, playas normalmente prístinas estaban surcadas de rayas negras de petróleo y bolas de alquitrán.

Las autoridades reubicaron las barreras de contención para proteger la costa, y tuvieron que sacar barcazas que habían estado impidiendo que el crudo llegase a humedales ecológicamente delicados.

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