“Hubiera querido ese tono para Diego…”

Francisco Garfias

En los pasillos del Senado se multiplicaban ayer las críticas a funcionarios y legisladores del PAN que viajaron a Ciudad Victoria, Tamaulipas, con motivo del asesinato de Rodolfo Torre Cantú.

Se hicieron custodiar, durante sus recorridos en las calles, por carros y tanquetas del Ejército.“¡Es una grosería!”, protestó el diputado del PRI, Francisco Rojas, frente a sus colegas de la Junta de Coordinación Política, incluidos los azules.

A la capital de Tamaulipas viajaron el titular de la Segob, Fernando Gómez Mont; Josefina Vázquez Mota, coordinadora de la bancada del PAN en San Lázaro; y el senador poblano Humberto Aguilar. Inicialmente estaba programado Gustavo Madero, jefe de los senadores azules, pero tuvo que viajar a Oaxaca de última hora.

El priista Manlio Fabio Beltrones sacó el tema en la rueda de prensa que ofreció al término de la sesión de la Comisión Permanente. “Fue ofensivo para los tamaulipecos la manera como ellos buscan protegerse de un crimen que no han podido resolver”, recalcó el sonorense.

Lamentó, en corto, que haya sido necesario el asesinato de Torre Cantú para que el Presidente Calderón se diera cuenta de la urgencia de hablar “del 5 de julio” –el día después de las elecciones– con las distintas fuerzas políticas. “Desde cuando lo vengo diciendo”, puntualizó.

Vázquez Mota no parece haberle dado importancia a la escolta que le pusieron. La diputada azul aseguró que viajaron a Tamaulipas para dar una señal de que la ejecución del candidato priista “es un asunto del estado mexicano”. Es más, nos dijo que el gobernador Eugenio Hernández, la familia de Torre Cantú, y la cúpula del PRI, la recibieron de manera “cálida y afectuosa”.

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En menos de 24 horas los priistas le bajaron al tono. La tribuna de la Comisión Permanente fue plataforma para anunciar que sí acudirán al llamado al diálogo que hizo el presidente Calderón para enfrentar la crisis desatada por el asesinato de su candidato a gobernador en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú.

Están convencidos que llegarán al poder en el 2012, y no quieren un país doblegado por los narcos. Para ponerlo en palabras del perredista Carlos Navarrete. “Si el país se desmorona, se nos desmorona a todos…a los que pretenden quedarse en el 2012; y a los que pretendemos arribar en un relevo para el 2012”, dijo el senador chuchista.

Pristas y perredistas pusieron una sola condición para atender el llamado presidencial: que no sea un diálogo de ocasión, para la foto y tomar café. Exigen que el presidente Calderón modifique su estrategia de combate al narcotráfico, que a todas luces ha fracasado.

“De este dialogo deben emanar acciones concretas que corrijan la ruta que se emprendió hace cuatro años sin diagnóstico, sin estrategia, y sin calcular los alcances del crimen organizado”, precisó el priista Paco Rojas, al posesionar a su partido frente a la crisis provocada por la ejecución de Torre.

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Otro que se sumó al llamado fue el ex jefe panista, Manuel Espino, no muy querido en Los Pinos. Le envió ayer una carta al presiente Calderón, que tardó toda la noche en redactar. En el texto, de cuartilla y media, le reitera su apoyo, y le pide reestablecer el diálogo que tenían “cancelado unilateralmente desde el gobierno.”

El presidente de la ODCA aprovecha para pedirle audiencia, a fin de entregarle algunas propuestas en materia de seguridad que ha recogido en otros países. No sabe si el mandatario lo recibirá. “Tiene una fijación conmigo”, admite.

Espino, por cierto, aprueba el tono ríspido que utilizo Beatriz Paredes para reclamar al al gobierno federal el asesinato de Torre.. “Ya lo hubiera querido para Diego”, dijo.

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Hace dos semanas habíamos adelantado en este espacio que Arely Gómez, titular de la Fepade, preparaba maletas. Ayer le pidieron la renuncia. No daba el ancho. Entra en su lugar Salvador Sandoval Silva, director general jurídico de la Fepade. “Es el que conoce todo el operativo para las 14 elecciones del próximo domingo”, nos dijo el vocero de la PGR, Ricardo Celso Najera. A Gómez, hermana de un ejecutivo de Televisa, le ofrecieron un premio de consolación: coordinar otras fiscalías. No ha aceptado.

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Beatriz Paredes estuvo a punto de meterles un golazo a Los Chuchos en Tlaxcala. Cinco veces estuvo en casa de Minerva Hernández, candidata del PRD al gobierno de la entidad, para convencerla de que declinara a favor del PRI. Casi lo logra. Los sondeos que hicieron entre perredistas revelaron el juego. En el CEN del amarillo se enteraron el pasado jueves y desbarataron el complot. “Por eso Minerva declinó en favor de la panista Adriana Dávila”, explicó Fernando Balaunzarán, delegado del amarillo en Tlaxcala.

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