• Nuevos retos
• La lista del capo…
Para Emiliano y Diego
El carácter, mi estimado, es la mitad del destino. Aciagos los momentos que Vive México enfrentando una descontrolada ola de violencia que tiñe de rojo al país y que ocupa y preocupa a tirios y troyanos. Delicados los momentos políticos, sociales que, sumados al ¿atinado? pronóstico de Carstens sobre una probable desaceleración económica, esbozan contextos complejos pero a la vez llenos de retos y desafíos.
Y al final, my friend, la vida está atiborrada de ellos. Hoy le escribo desde este irreverente espacio para decirle un hasta pronto. La circunstancia, convicción y amistad me han llevado a tomar otro simpático rumbo en mi vida personal ofreciéndome la valiosa oportunidad de colaborar en el servicio público (go figure) para el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.
Desde aquí quiero agradecerle en primerísimo lugar al queridísimo Pancho González Sánchez por la divertida oportunidad que hace algunas lunas me brindó para ser parte de este fantástico, entretenido, dinámico y poca madre equipo que es el de MILENIO. Aquí donde al escribir por primera vez una columna diaria fue toda una experiencia y una curva de aprendizaje que me ayudó a fortalecer el carácter, la visión, la responsabilidad y, of course, el sentido del humor.
Hoy le quiero dar las gracias también a Francisco González Albuerne por tantas extraordinarias pláticas e intercambio de puntos de vista, y con todo mi cariño a mis amigos Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva. Para Jairo Calixto todo mi afecto, y mi reconocimiento a mi compañero de página Félix Cortés y a otro muy buen amigo como Carlos Mota, sin dejar atrás, por supuesto, a Román Revueltas. Ciro y Carlos, no me queda más que decirles gracias por su apoyo incondicional en atractivos y también difíciles momentos que acompañaron siempre una actividad como ésta del periodismo.
Actividad, mi estimado, que en estos momentos de guerra, perdón, lucha contra esa “ridícula minoría”, es de un alto riesgo para compañeros en diversas entidades que, literalmente, se juegan la vida por entregar información de la peligrosa e insostenible situación que… Vive México. Quiero compartirle que MILENIO siempre fue mi casa donde se respetaron mis irreverentes puntos de vista (y mi estilo del, digamos, sugestivo idioma), y donde, pese a diferencias de opiniones en algunos asuntos, prevaleció siempre la solidaridad, el cariño y la risa, que es pilar fundamental de todo este equipo editorial.
Hoy es innegable la ola de retos que me acompañarán en mi nueva y divertida ruta y creo, but of course, en la importancia de los cambios.
Así que no se me agobie (ni que el gymboree de la PANdilla & associates hagan fiestas), my friend, esto, aunque no lo parezca, no es un adiós, sino un hasta luego… so chill.
Por la mirilla
Uno. Especial reconocimiento a Claudia Amador por su paciencia, sin ella todos los textos de MILENIO serían un divertido desmadre. Un saludo al buen Memo González y un abrazo afectuoso a todos mis colegas que hacen de MILENIO un espacio… chingón y priceless.
Dos. La muerte del capo Ignacio Coronel se derivó de la presión y el aparato de inteligencia de nuestros simpáticos vecinos que para este caso hace lunas, aquí lo platicamos, venían trabajando. No pierda de vista, porfa, la simpática lista de (todos colores) complicidades, al más alto nivel, del importante narcotraficante. La misma que será epicentro de movimientos y balconeos. Este (des)gobierno deberá estar listo para las sugestivas secuelas, el boomerang… y la historia detrás de este operativo. So stay tuned…
Y tres. Mmmta… ¿Y Diego Fernández de Cevallos, apá…?
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