Reforma
México.- En menos de 24 horas, grupos de narcotraficantes pusieron en jaque a dos de los principales pasos fronterizos a Estados Unidos, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, con acciones de terror que incluyeron un coche-bomba, por lo menos 16 muertos y 28 heridos, y secuestros de decenas de vehículos para bloquear calles.
Todo inició la noche del jueves en Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando policías federales llegaron a un crucero luego de recibir un reporte sobre el ataque a un policía municipal.
Cuando se desarrollaban las labores de auxilio, estalló un explosivo que estaba dentro de un vehículo, lo que dejó un saldo de cuatro muertos, dos de ellos civiles, y siete heridos, también civiles en su mayoría.
El comandante de la Quinta Zona Militar, General Eduardo Zárate, informó que en el lugar se encontraron 10 kilogramos de explosivos y restos de un teléfono celular, que pudo ser utilizado como detonador.
Ayer, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se registraron tres enfrentamientos entre sicarios y soldados que provocaron 12 personas muertas y 21 lesionados.
Según un comunicado de la Secretaría de Gobernación los muertos son 9 sicarios, 2 civiles y un militar, mientras que los heridos son todos civiles.
Personal del IMSS, donde anoche eran atendidos los heridos graves, señaló que entre ellos hay tres menores de edad.
La violencia desató caos y miedo en la ciudad. Los testimonios médicos ratifican que decenas de civiles quedaron atrapados en el fuego cruzado y fueron alcanzados por las balas.
Los enfrentamientos iniciaron al mediodía en una colonia del sur de Nuevo Laredo, cuando un convoy del Ejército topó con un grupo armado.
Tras una primera batalla se desencadenó una persecución hacia el poniente de la ciudad. Durante la huida, los delincuentes robaron vehículos a particulares para atravesarlos en los cruceros e impedir la circulación vial; también robaron camiones urbanos, tráileres, pipas, recolectores de basura, de volteo y de reparto de comestibles.
Unas 50 calles fueron bloqueadas por los gatilleros y permanecieron así por más de seis horas, ya que ninguna autoridad se acercó para liberarlas.
Algunos centros comerciales y restaurantes ubicados cerca de los lugares donde ocurrieron los enfrentamientos cerraron sus puertas por temor de que los delincuentes entraran a refugiarse. Además, el servicio de transporte colectivo fue suspendido para proteger a los pasajeros.
Ante la falta de información oficial, mediante mensajes en redes sociales las personas aconsejaron no salir a las calles y quedarse en casa, o en los centros de trabajo, ya que trascendió el robo de automóviles para utilizarlos en los bloqueos.
México.- En menos de 24 horas, grupos de narcotraficantes pusieron en jaque a dos de los principales pasos fronterizos a Estados Unidos, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, con acciones de terror que incluyeron un coche-bomba, por lo menos 16 muertos y 28 heridos, y secuestros de decenas de vehículos para bloquear calles.
Todo inició la noche del jueves en Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando policías federales llegaron a un crucero luego de recibir un reporte sobre el ataque a un policía municipal.
Cuando se desarrollaban las labores de auxilio, estalló un explosivo que estaba dentro de un vehículo, lo que dejó un saldo de cuatro muertos, dos de ellos civiles, y siete heridos, también civiles en su mayoría.
El comandante de la Quinta Zona Militar, General Eduardo Zárate, informó que en el lugar se encontraron 10 kilogramos de explosivos y restos de un teléfono celular, que pudo ser utilizado como detonador.
Ayer, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se registraron tres enfrentamientos entre sicarios y soldados que provocaron 12 personas muertas y 21 lesionados.
Según un comunicado de la Secretaría de Gobernación los muertos son 9 sicarios, 2 civiles y un militar, mientras que los heridos son todos civiles.
Personal del IMSS, donde anoche eran atendidos los heridos graves, señaló que entre ellos hay tres menores de edad.
La violencia desató caos y miedo en la ciudad. Los testimonios médicos ratifican que decenas de civiles quedaron atrapados en el fuego cruzado y fueron alcanzados por las balas.
Los enfrentamientos iniciaron al mediodía en una colonia del sur de Nuevo Laredo, cuando un convoy del Ejército topó con un grupo armado.
Tras una primera batalla se desencadenó una persecución hacia el poniente de la ciudad. Durante la huida, los delincuentes robaron vehículos a particulares para atravesarlos en los cruceros e impedir la circulación vial; también robaron camiones urbanos, tráileres, pipas, recolectores de basura, de volteo y de reparto de comestibles.
Unas 50 calles fueron bloqueadas por los gatilleros y permanecieron así por más de seis horas, ya que ninguna autoridad se acercó para liberarlas.
Algunos centros comerciales y restaurantes ubicados cerca de los lugares donde ocurrieron los enfrentamientos cerraron sus puertas por temor de que los delincuentes entraran a refugiarse. Además, el servicio de transporte colectivo fue suspendido para proteger a los pasajeros.
Ante la falta de información oficial, mediante mensajes en redes sociales las personas aconsejaron no salir a las calles y quedarse en casa, o en los centros de trabajo, ya que trascendió el robo de automóviles para utilizarlos en los bloqueos.
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