J. Jesús Esquivel / Apro
El gobierno estadunidense anunció hoy que a partir del 1 de agosto se iniciará la militarización de la frontera con México, con el despliegue de mil 200 efectivos de la Guardia Nacional y el uso de equipo aéreo del Pentágono.
Con esa acción, la administración Obama pretende contener el narcotráfico y el flujo de indocumentados.
Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Barack Obama, sostuvo que “en los últimos 18 meses se ha puesto en práctica una nueva estrategia de seguridad fronteriza con un carácter de urgencia sin precedente, realizando inversiones históricas en personal, tecnología e infraestructura”.
Según el proyecto de militarización, anunciado desde mayo pasado, los mil 200 integrantes de la Guardia Nacional que serán desplazados se distribuirán de la siguiente manera: 224 en California, 524 en Arizona, 72 en Nuevo México, 250 en Texas, y 130 que se dedicaran a tareas de comando y control de apoyo en los servicios fronterizos, labor que realizarán en puntos distantes a la frontera.
En un comunicado, Napolitano aclaró que “esos efectivos brindarán apoyo directo a los oficiales de la ley y agentes federales que trabajan en zona de alto riesgo combatiendo a las organizaciones criminales que tratar de trasladar gente y productos ilegalmente a través de la frontera sur”.
De su lado, el general Craig McKinley, jefe del Buró de la Guardia Nacional, explicó en conferencia de prensa en el Pentágono que el despliegue integral de los mil 200 miliatres concluirá a fines de agosto.
Puntualizó que las labores de sus subordinados serán exclusivamente de respaldo a las agencias federales encargadas del combate al flujo indocumentado de personas, drogas y cualquier otra cosa que se considera como contrabando.
“Nos aseguraremos que todos nuestros soldados y pilotos estén bien calificados e integrados para cumplir con la misión que se nos ha encargado”, anotó el general McKinley.
También aclaró que aunque sus efectivos estarán armados cuando realicen la labor de apoyo fronterizo, éstos sólo responderán con fuego cuando sea necesario y para su protección personal, tratando de evitar a toda costa los estados de confrontación.
Claro que, advirtió McKinley, “cuando se encuentren bajo algún tipo de peligro, entonces tendrán que defenderse... Es una práctica común para nuestros soldados el cumplir con la regla de usar las armas sólo cuando sea necesario y evitar cualquier situación de provocación”.
El gobierno de Obama insistió en que el despliegue de la Guardia Nacional a la frontera con México es en parte en respaldo a los servicios de inteligencia, reconocimiento y en los operativos de combate al tráfico de drogas.
Asimismo, en un principio operarán durante un año para respaldar las acciones para contener al contrabando transfronterizo y el contagio de la narcoviolencia que priva en buena parte del territorio mexicano.
A ese contingente se sumarán 300 agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), helicópteros y aviones a control remoto que estarán a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
El comisionado de CBP, Alan Bersin, indicó que bajo la nueva estrategia de fortalecimiento de la vigilancia en la frontera sur, el gobierno estadunidense tendré la capacidad de realizar sobrevuelos a control remoto para detectar y facilitar la captura tanto de indocumentados como de drogas provenientes del territorio mexicano.
“También estamos agregando 68 efectivos de la Guardia Nacional, quienes despacharán como analistas de inteligencia en cuatro estados a lo largo de la frontera, para ayudar a que nos concentremos en las investigaciones de tráfico transfronterizo”, remató John Morton, subsecretario de Seguridad Interior.
El gobierno estadunidense anunció hoy que a partir del 1 de agosto se iniciará la militarización de la frontera con México, con el despliegue de mil 200 efectivos de la Guardia Nacional y el uso de equipo aéreo del Pentágono.
Con esa acción, la administración Obama pretende contener el narcotráfico y el flujo de indocumentados.
Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Barack Obama, sostuvo que “en los últimos 18 meses se ha puesto en práctica una nueva estrategia de seguridad fronteriza con un carácter de urgencia sin precedente, realizando inversiones históricas en personal, tecnología e infraestructura”.
Según el proyecto de militarización, anunciado desde mayo pasado, los mil 200 integrantes de la Guardia Nacional que serán desplazados se distribuirán de la siguiente manera: 224 en California, 524 en Arizona, 72 en Nuevo México, 250 en Texas, y 130 que se dedicaran a tareas de comando y control de apoyo en los servicios fronterizos, labor que realizarán en puntos distantes a la frontera.
En un comunicado, Napolitano aclaró que “esos efectivos brindarán apoyo directo a los oficiales de la ley y agentes federales que trabajan en zona de alto riesgo combatiendo a las organizaciones criminales que tratar de trasladar gente y productos ilegalmente a través de la frontera sur”.
De su lado, el general Craig McKinley, jefe del Buró de la Guardia Nacional, explicó en conferencia de prensa en el Pentágono que el despliegue integral de los mil 200 miliatres concluirá a fines de agosto.
Puntualizó que las labores de sus subordinados serán exclusivamente de respaldo a las agencias federales encargadas del combate al flujo indocumentado de personas, drogas y cualquier otra cosa que se considera como contrabando.
“Nos aseguraremos que todos nuestros soldados y pilotos estén bien calificados e integrados para cumplir con la misión que se nos ha encargado”, anotó el general McKinley.
También aclaró que aunque sus efectivos estarán armados cuando realicen la labor de apoyo fronterizo, éstos sólo responderán con fuego cuando sea necesario y para su protección personal, tratando de evitar a toda costa los estados de confrontación.
Claro que, advirtió McKinley, “cuando se encuentren bajo algún tipo de peligro, entonces tendrán que defenderse... Es una práctica común para nuestros soldados el cumplir con la regla de usar las armas sólo cuando sea necesario y evitar cualquier situación de provocación”.
El gobierno de Obama insistió en que el despliegue de la Guardia Nacional a la frontera con México es en parte en respaldo a los servicios de inteligencia, reconocimiento y en los operativos de combate al tráfico de drogas.
Asimismo, en un principio operarán durante un año para respaldar las acciones para contener al contrabando transfronterizo y el contagio de la narcoviolencia que priva en buena parte del territorio mexicano.
A ese contingente se sumarán 300 agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), helicópteros y aviones a control remoto que estarán a cargo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
El comisionado de CBP, Alan Bersin, indicó que bajo la nueva estrategia de fortalecimiento de la vigilancia en la frontera sur, el gobierno estadunidense tendré la capacidad de realizar sobrevuelos a control remoto para detectar y facilitar la captura tanto de indocumentados como de drogas provenientes del territorio mexicano.
“También estamos agregando 68 efectivos de la Guardia Nacional, quienes despacharán como analistas de inteligencia en cuatro estados a lo largo de la frontera, para ayudar a que nos concentremos en las investigaciones de tráfico transfronterizo”, remató John Morton, subsecretario de Seguridad Interior.
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