Francisco Garfias
Las malas noticias se acumulaban la noche del domingo en el PRI. El “carro completo” que les prometieron los reyes magos en los encuestas quedó en puras ilusiones.
Las emblemáticas derrotas en Oaxaca y Puebla; la sorpresiva victoria de Malova en Sinaloa; lo cerrado de los resultados en Durango e Hidalgo; obliga a los tricolores a replantearse la estrategia anti alianzas que han seguido hasta ahora.
El otrora partidazo pagó el costo de las divisiones internas provocadas por la terquedad de los gobernadores de imponer a sus delfines como candidatos, y la tibieza de la dirigencia nacional al dejarlos hacer. Lo mismo va para Aguascalientes, con el PAN; y Zacatecas, con el PRD.
Los signos de que el PAN, PRD, PT, Convergencia repetirán candidato común en el Estado de México, el año que viene, se multiplicaban ayer en cada declaración de panistas y chuchoperredistas. El objetivo es bajar a Peña Nieto con una derrota en su estado; evitar que llegue siquiera a la candidatura en el 2012. “Le apuntan con un cañón desde hace tiempo”, ilustró, la víspera de las elecciones, uno de los poderosos del tricolor.
Fernando Gómez Mont, “testigo de honor” de un pacto anti alianzas que no respetó; y Andrés Manuel López Obrador, adversario declarado de las coaliciones con el PAN, se quedaron con las ganas de gritar “se los dije” a Cesar Nava y Jesús Ortega. Dos era el número mágico para que los aliancistas justificaran las coaliciones entre opuestos, pero tres es la gloria. Y todavía van por el cuatro…
* * *
A las nueve de la noche del domingo en el PRI aún esperaban que se manifestara “el factor Ulises” en Oaxaca. Los colaboradores de la tlaxcalteca decían que el voto de los 312 municipios indígenas, donde prevalecen los usos y costumbres, revertiría los resultados de las encuestas de salida que daban triunfador a Gabino Cue.
Media hora después les cayó el veinte. “Mitosfky nos acaba de dar siete puntos abajo”, comentó, helado, Eduardo García Puebla, secretario de Estrategia y Comunicación del CEN del PRI, después de recibir una llamada. La voz de Tomas Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, ubicó a todos en la realidad. “Ulises tendría que hacer una descomunal para que ganara Eviel. La puede hacer, pero el costo en la opinión pública sería altísimo”, advirtió.
Por cierto que las palabras de Cesar Nava de que el PAN “está de regreso y en la ruta para el 2012”, arrancaron una amplia sonrisa al ex gobernador. “No se qué festeja. Perdió Aguascalientes, perdió Tlaxcala; la alianza ganó dos gubernaturas con los nuestros, y otra con un pejista, que fue priista. En estricto sentido, el PAN no ganó nada”, recalcó.
La cosa, sin embargo, no es tan simple. La pérdida del corredor Puebla-Oaxca es muy significativa para los adversarios del tricolor, de cara a las próximas elecciones presidenciales. El peso electoral de ambos estados es mucho mayor que el de Aguascalientes, Zacatecas y Tlaxcala juntos.
El domingo se vino abajo el mito de que los gobernadores son los “grandes electores” en sus estados. A Ulises Ruiz, al gober precioso, a Jesús Aguilar Padilla los derrotaron con todo y mañas. Esa es, quizás, la gran enseñanza de estas elecciones. “Derrotamos al PRI mas arcaico”, celebró José González Morfín, secretario general del PAN, en charla con este reportero.
* * *
El triunfo de Gabino en Oaxaca desbarató los planes de Ulises Ruiz de contender por la presidencia nacional del PRI. El plan del gobernador saliente era auto destaparse para suceder a Beatriz Paredes con el triunfo de Eviel Pérez. Pero su delfín perdió y sus sueños –no eran más que eso— se esfumaron. Lo sentimos por Eviel. Nos parece un hombre honorable. Lo afectó aquello de “dime con quien andas…”
* * *
Gobiernos de coaliciones con candidatos comunes, esa es la línea que triunfó en las elecciones del 4 de julio, nos dice el Santiago Creel. El senador del PAN no cabía en sí de gusto. En todas las declaraciones que hizo ayer, incluida la charla con este reportero, festinó el “des Peña dero” del PRI en Oaxaca, Puebla, Sinaloa. “Vamos por él en 2011”, aseveró. La inercia ganadora que traía el PRI está quebrada. “Se les cayó el castillo de naipes”, repitió, exultante, el ex secretario del Gobernación.
Las malas noticias se acumulaban la noche del domingo en el PRI. El “carro completo” que les prometieron los reyes magos en los encuestas quedó en puras ilusiones.
Las emblemáticas derrotas en Oaxaca y Puebla; la sorpresiva victoria de Malova en Sinaloa; lo cerrado de los resultados en Durango e Hidalgo; obliga a los tricolores a replantearse la estrategia anti alianzas que han seguido hasta ahora.
El otrora partidazo pagó el costo de las divisiones internas provocadas por la terquedad de los gobernadores de imponer a sus delfines como candidatos, y la tibieza de la dirigencia nacional al dejarlos hacer. Lo mismo va para Aguascalientes, con el PAN; y Zacatecas, con el PRD.
Los signos de que el PAN, PRD, PT, Convergencia repetirán candidato común en el Estado de México, el año que viene, se multiplicaban ayer en cada declaración de panistas y chuchoperredistas. El objetivo es bajar a Peña Nieto con una derrota en su estado; evitar que llegue siquiera a la candidatura en el 2012. “Le apuntan con un cañón desde hace tiempo”, ilustró, la víspera de las elecciones, uno de los poderosos del tricolor.
Fernando Gómez Mont, “testigo de honor” de un pacto anti alianzas que no respetó; y Andrés Manuel López Obrador, adversario declarado de las coaliciones con el PAN, se quedaron con las ganas de gritar “se los dije” a Cesar Nava y Jesús Ortega. Dos era el número mágico para que los aliancistas justificaran las coaliciones entre opuestos, pero tres es la gloria. Y todavía van por el cuatro…
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A las nueve de la noche del domingo en el PRI aún esperaban que se manifestara “el factor Ulises” en Oaxaca. Los colaboradores de la tlaxcalteca decían que el voto de los 312 municipios indígenas, donde prevalecen los usos y costumbres, revertiría los resultados de las encuestas de salida que daban triunfador a Gabino Cue.
Media hora después les cayó el veinte. “Mitosfky nos acaba de dar siete puntos abajo”, comentó, helado, Eduardo García Puebla, secretario de Estrategia y Comunicación del CEN del PRI, después de recibir una llamada. La voz de Tomas Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, ubicó a todos en la realidad. “Ulises tendría que hacer una descomunal para que ganara Eviel. La puede hacer, pero el costo en la opinión pública sería altísimo”, advirtió.
Por cierto que las palabras de Cesar Nava de que el PAN “está de regreso y en la ruta para el 2012”, arrancaron una amplia sonrisa al ex gobernador. “No se qué festeja. Perdió Aguascalientes, perdió Tlaxcala; la alianza ganó dos gubernaturas con los nuestros, y otra con un pejista, que fue priista. En estricto sentido, el PAN no ganó nada”, recalcó.
La cosa, sin embargo, no es tan simple. La pérdida del corredor Puebla-Oaxca es muy significativa para los adversarios del tricolor, de cara a las próximas elecciones presidenciales. El peso electoral de ambos estados es mucho mayor que el de Aguascalientes, Zacatecas y Tlaxcala juntos.
El domingo se vino abajo el mito de que los gobernadores son los “grandes electores” en sus estados. A Ulises Ruiz, al gober precioso, a Jesús Aguilar Padilla los derrotaron con todo y mañas. Esa es, quizás, la gran enseñanza de estas elecciones. “Derrotamos al PRI mas arcaico”, celebró José González Morfín, secretario general del PAN, en charla con este reportero.
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El triunfo de Gabino en Oaxaca desbarató los planes de Ulises Ruiz de contender por la presidencia nacional del PRI. El plan del gobernador saliente era auto destaparse para suceder a Beatriz Paredes con el triunfo de Eviel Pérez. Pero su delfín perdió y sus sueños –no eran más que eso— se esfumaron. Lo sentimos por Eviel. Nos parece un hombre honorable. Lo afectó aquello de “dime con quien andas…”
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Gobiernos de coaliciones con candidatos comunes, esa es la línea que triunfó en las elecciones del 4 de julio, nos dice el Santiago Creel. El senador del PAN no cabía en sí de gusto. En todas las declaraciones que hizo ayer, incluida la charla con este reportero, festinó el “des Peña dero” del PRI en Oaxaca, Puebla, Sinaloa. “Vamos por él en 2011”, aseveró. La inercia ganadora que traía el PRI está quebrada. “Se les cayó el castillo de naipes”, repitió, exultante, el ex secretario del Gobernación.
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