Francisco Garfias
No tengo duda que la lucha del SME es justa. Poner de patitas en la calle a 44 mil trabajadores es causa de grave conflicto social en cualquier país. No bastan las liquidaciones ofrecidas, aún cuando estén muy por encima de lo que marca la Ley, como presume el secretario de Trabajo, Javier Lozano. Sin ingresos, el dinero se acaba tarde o temprano, y el trabajo no abunda en el sexenio del “presidente del empleo.”
La cosa empeora si se asumen compromisos que no se pueden cumplir. Hablamos, en concreto, de la promesa del gobierno federal de recontratar a los electricistas desempleados que así lo soliciten. Desde la extinción de la CLyF, La Comisión Federal de Electricidad solo ha podido recontratar a 700 trabajadores, según cifras de Roberto Gil, subsecretario de Gobernación. Es decir, ni el 2 por ciento de los despedidos.
La oscura expectativa hacia el futuro de los trabajadores de LyF justifica la utilización de métodos radicales, como puede ser la huelga de hambre, para presionar al patrón –en este caso el gobierno federal-, pero no que se engañe a la opinión pública.
En Arsenal celebramos el arreglo alcanzado, la madrugada del viernes, por José Francisco Blake, titular de la Segob, y Martín Esparza, secretario general del SME. Dijimos entonces que se salvaron dos vidas, la de Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra, quienes supuestamente llevaban 89 y 86 días sin comer; pero también que se evitó una crisis de proporciones mayores.
Nos llamó la atención, sin embargo, que 12 de los 13 huelguistas de hambre atendidos en el IMSS fueron dados de alta al día siguiente de ser internados. Comieron pollo y nada les pasó. Sólo Miguel Ángel Ibarra, el del supuesto “preinfarto”, permaneció hasta ayer en el Siglo XXI, a petición propia, a pesar de encontrarse en condiciones de abandonar el hospital.
Buscamos la orientación de médicos especialistas para formar criterio. Va lo que recogimos:
Después de 40 días de ayuno, un hombre de complexión normal desarrollará pérdida de peso, puede presentar edema, datos de avitaminosis (deficiencia de vitaminas) como es piel seca, pérdida de cabello, uñas quebradizas, fisuras en las comisuras orales, labios engrosados y partidos (queilitis y queilosis), engrosamiento de la lengua (glositis), irribatibilidad, dificultad para respirar y procesos infecciones, entre otros síntomas.
Desarrollará alteraciones en sus signos vitales como bradicardia (disminución de la frecuencia cardiaca); bradipnea (disminución de la frecuencia respiratoria, hipoglucemia (disminución de azúcar en sangre), hipokalemia, hipofosfatemia, hiponatremmia, hipocalcemia (disminución en las cifras de potasio, fósforo, sodio, calcio); acidosis (incremento del ph en sangre) ; leucopenia (disminución de los glóbulos blancos) e hipoproteinemia (disminución de proteínas en sangre)
El comunicado del IMSS sobre el estado de salud de los huelguistas, dado a conocer después de darlos de alta, revela que de la revisión correspondiente se determinó que se encuentran sin evidencia de alteración del órgano-funcional, bioquímicamente íntegros, y de pérdida de masa muscular “tolerando adecuadamente la ingesta de los alimentos.”
Le dejo a usted los comentarios, querido lector.
* * *
Vaya bronca en la que está metido Bernardo de la Garza, luego de echar a la calle, en forma por demás grosera, a Manuel Youshimatz, subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade “Tu posición es insostenible. Regresa y preséntate en el área administrativa…” le mando decir el titular del organismo al ex ciclista, luego que una delegación de deportistas mexicanos que viajaba a los centroamericanos de Puerto Rico sufriera un percance aéreo.
Youshimatz, primer ciclista de America Latina en ganar una medalla olímpica (bronce, Los Ángeles, 1984) se encontraba en Cancún, donde aterrizó el avión después de la emergencia, cuando se enteró de su fulminante cese.
De la Garza le atribuye la responsabilidad de haber contratado a la compañía de vuelos charters Global Air que, según testigos, fletó un avión chatarra para trasladar a la delegación mexicana. El tlaxcalteca asegura que no hizo más que obedecer las órdenes que le dio el titular de la Conade, y califica de “injusto” su despido.
El cese levantó una ola de solidaridad entre deportistas indignados por la forma sucedieron las cosas. Nelson Vargas, Ivar Sisniega, Raúl González –ex titulares de la CONADE—han manifestado su desacuerdo con el trato a Yushimatz, mientras que la tiradora Aída Román, le dedicó las dos medallas que ganó en Puerto Rico. De la Garza ni ha hablado con él, ni lo ha recibido.
No tengo duda que la lucha del SME es justa. Poner de patitas en la calle a 44 mil trabajadores es causa de grave conflicto social en cualquier país. No bastan las liquidaciones ofrecidas, aún cuando estén muy por encima de lo que marca la Ley, como presume el secretario de Trabajo, Javier Lozano. Sin ingresos, el dinero se acaba tarde o temprano, y el trabajo no abunda en el sexenio del “presidente del empleo.”
La cosa empeora si se asumen compromisos que no se pueden cumplir. Hablamos, en concreto, de la promesa del gobierno federal de recontratar a los electricistas desempleados que así lo soliciten. Desde la extinción de la CLyF, La Comisión Federal de Electricidad solo ha podido recontratar a 700 trabajadores, según cifras de Roberto Gil, subsecretario de Gobernación. Es decir, ni el 2 por ciento de los despedidos.
La oscura expectativa hacia el futuro de los trabajadores de LyF justifica la utilización de métodos radicales, como puede ser la huelga de hambre, para presionar al patrón –en este caso el gobierno federal-, pero no que se engañe a la opinión pública.
En Arsenal celebramos el arreglo alcanzado, la madrugada del viernes, por José Francisco Blake, titular de la Segob, y Martín Esparza, secretario general del SME. Dijimos entonces que se salvaron dos vidas, la de Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra, quienes supuestamente llevaban 89 y 86 días sin comer; pero también que se evitó una crisis de proporciones mayores.
Nos llamó la atención, sin embargo, que 12 de los 13 huelguistas de hambre atendidos en el IMSS fueron dados de alta al día siguiente de ser internados. Comieron pollo y nada les pasó. Sólo Miguel Ángel Ibarra, el del supuesto “preinfarto”, permaneció hasta ayer en el Siglo XXI, a petición propia, a pesar de encontrarse en condiciones de abandonar el hospital.
Buscamos la orientación de médicos especialistas para formar criterio. Va lo que recogimos:
Después de 40 días de ayuno, un hombre de complexión normal desarrollará pérdida de peso, puede presentar edema, datos de avitaminosis (deficiencia de vitaminas) como es piel seca, pérdida de cabello, uñas quebradizas, fisuras en las comisuras orales, labios engrosados y partidos (queilitis y queilosis), engrosamiento de la lengua (glositis), irribatibilidad, dificultad para respirar y procesos infecciones, entre otros síntomas.
Desarrollará alteraciones en sus signos vitales como bradicardia (disminución de la frecuencia cardiaca); bradipnea (disminución de la frecuencia respiratoria, hipoglucemia (disminución de azúcar en sangre), hipokalemia, hipofosfatemia, hiponatremmia, hipocalcemia (disminución en las cifras de potasio, fósforo, sodio, calcio); acidosis (incremento del ph en sangre) ; leucopenia (disminución de los glóbulos blancos) e hipoproteinemia (disminución de proteínas en sangre)
El comunicado del IMSS sobre el estado de salud de los huelguistas, dado a conocer después de darlos de alta, revela que de la revisión correspondiente se determinó que se encuentran sin evidencia de alteración del órgano-funcional, bioquímicamente íntegros, y de pérdida de masa muscular “tolerando adecuadamente la ingesta de los alimentos.”
Le dejo a usted los comentarios, querido lector.
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Vaya bronca en la que está metido Bernardo de la Garza, luego de echar a la calle, en forma por demás grosera, a Manuel Youshimatz, subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade “Tu posición es insostenible. Regresa y preséntate en el área administrativa…” le mando decir el titular del organismo al ex ciclista, luego que una delegación de deportistas mexicanos que viajaba a los centroamericanos de Puerto Rico sufriera un percance aéreo.
Youshimatz, primer ciclista de America Latina en ganar una medalla olímpica (bronce, Los Ángeles, 1984) se encontraba en Cancún, donde aterrizó el avión después de la emergencia, cuando se enteró de su fulminante cese.
De la Garza le atribuye la responsabilidad de haber contratado a la compañía de vuelos charters Global Air que, según testigos, fletó un avión chatarra para trasladar a la delegación mexicana. El tlaxcalteca asegura que no hizo más que obedecer las órdenes que le dio el titular de la Conade, y califica de “injusto” su despido.
El cese levantó una ola de solidaridad entre deportistas indignados por la forma sucedieron las cosas. Nelson Vargas, Ivar Sisniega, Raúl González –ex titulares de la CONADE—han manifestado su desacuerdo con el trato a Yushimatz, mientras que la tiradora Aída Román, le dedicó las dos medallas que ganó en Puerto Rico. De la Garza ni ha hablado con él, ni lo ha recibido.
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