El rostro de Calderón y su lectura acusa amagos autoritarios

Álvaro Cepeda Neri

Un fotógrafo, con el alias de Platón (el sobrenombre, a su vez, del célebre Aristocles, autor de los famosos diálogos que acusan su proclividad a la autocracia, o sea, al autoritarismo), logró que Calderón posara para la foto, en septiembre de 2009, hace menos de un año, y en un reportaje de Juan José Millas, (para la revista semanal del periódico de España: El País, del 28 de marzo de 2010), apareció una “lectura” del rostro del todavía inquilino de Los Pinos, quien dicho sea de paso, se mantiene en su terquedad sangrienta del ojo por ojo y diente por diente contra los delincuentes, sobre todo si se trata de los narcotraficantes que lo han puesto ya en jaque-mate.

Auxiliado por las “lectoras” de rostros, de Esther Mellado y Deogracias Mellado, el reportero dice que la cara de Calderón, de 47 años, acusa “un pensamiento sensato (¿) e inteligencia analítica(¿). Calculador y precavido (¿) y con principios (¿). Espíritu conservador con prospecciones a la tradición y patrocinador de la moral limpia (¿). Hay cierta elegancia en su porte general (¿) y desecha el prosaísmo (¿). Se propone moderación en sus conductas (¿). El poder es el objetivo prioritario de su proyecto general, lo que puede hacerlo caer en amagos autoritarios (¿)”. Los signos de interrogación agregados al párrafo son de mi cosecha, por lo cual relevo de toda implicación a Juan José Millás, el fotógrafo y las dos colaboradoras citadas.

Calderón no ha demostrado tener sensatez, ya que ni piensa ni habla de manera acertada y ha cometido imprudencias. Su inteligencia no es analítica, ya que nunca analizó lo del combate al narcotráfico, y simplemente mandó a policías y soldados a tontas y locas. Lo de calculador, como no sea para calcular lo que se embolsa cada quincena, tampoco. Precavido tampoco, ya que hasta ahora no ha actuado con precaución ni previsión. En cuanto a que tiene principios, salvo que sean los de su metafísica religiosa, como político ha carecido de principios democráticos, pues se ha mantenido aferrado a sus necedades. Espíritu conservador, indudablemente. Que tiende a la tradición derechizante, sin duda. Patrocinador de la moral limpia, de ninguna manera, pues los panistas en el poder se están hartando del botín.

Respecto a la moderación en sus conductas, es totalmente falso, ya que públicamente abusa del poder. ¿Elegancia en general? Tal vez. Y de que el poder por el poder es su objetivo, está más que demostrado y no son amagos sus inclinaciones autoritarias, ya que ejecuta decisiones al estilo de “Yo soy el Estado” y nadie logra hacer que rectifique sus arbitrariedades. Aumentar los precios de los productos y servicios gubernamentales, fallar en su promesa de fomentar el empleo, sus políticas económicas han empobrecido más a los pobres y creado otros tantos. Con Ebrard paralizó al país cuando la epidemia gripal, y causó un desastre económico que no se ha podido remontar. Así que la lectura de su rostro es una lectura fallida. Es mejor la teoría de Lombroso sobre los hijos de padres con adicciones.

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