Por fin termino el mundial, los paisas del mercadito se enviciaron apostando sus salario juego tras juego, muchos perdiendo hasta 100 dólares como si el dinero cayera del cielo, nada mas que el marcador era mas importante por todo un mes, y en México, mientras que la gente aprendía lo que era una “vuvuzela”, el río Santa Catarina dejaba a la ciudad de Monterrey echa un desastre, pero las tetas de Galilea Montijo eran mas importantes celebrando el gane de España. Y así seguimos celebrando el bicentenario.
Enmascarado en el exilio.
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