Joaquín Herrera / GRILLERÍAS
Aunque ignorado oficialmente, ahora que se renuevan los votos de la Segob por el-estado-de-derecho, se cree que, de un momento a otro podría confirmarse que El Jefe Diego vive; que estaría a “horas” de ser liberado.
En su momento, el secuestro de El Jefe Diego, se ubicó como el caso criminal más cercano al magnicidio de Luis Donaldo Colosio, hace 16 años. Y hoy que se cambia de responsable de la seguridad pública nacional -al menos eso dice José Francisco Blake Mora- desde la Segob, no se mencionó el caso del ex candidato presidencial.
La era de secuestros políticos así, parece bautizar a esta nueva etapa, ahora que quisieron “levantar” a Mario Alberto Medina Vela. Sí, para afectar a César Duarte, su tío. El gobernador electo de Chihuahua, que se reunión en Los Pinos con el Presidente Calderón y anunció una cruzada a fondo contra la violencia callejera. La que disputa más y más territorio a Calderón, como gobierno paralelo.
Duarte recién hizo ese anuncio en Los Pinos, de en su sexenio Chihuahua emprendería una cruzada contra ese ¡gobierno” de la violencia criminal...y viene este golpe.
El Jefe Diego desapareció cuando figuraba como la mayor oposición a las alianzas; tanto que se desmarcó del PAN. Orilló a su “pupilo”, Fernando Gómez Mont, a hacer lo mismo e incluso este optó por dejar la Segob.
Sólo que Calderón (en pose típicamente priísta) atajó: “al presidente nadie la renuncia” . Y don Fer se aguantó hasta ser “renunciado”. No se podía ir cuando quisiera.
El Jefe, enemigo de Calderón hasta morir, se ha visto como verdadero titular de la Casa de Covián. Su “desaparición” será otro crimen que jamás se aclare, sin importar lo que venga.
Al gobierno poco o nada le importó cumplir con buscarlo. Fue Fauzi Hamdan, rector del alma mater de Calderón y Diego (la Libre de Derecho) y virtual abogado del ex candidato presidencial en este trance, dio luces sobre la suerte de Diego. Habló ante Carmen Aristegui a dos semanas de la “desaparición”.
Explicó que una serie de avisos mostraron que estaba “vivo y en buen estado de salud.”
Luego se confirmaba que la familia negociaba la liberación del queretano. Ahora se sabe que por 30, ya no 50 millones de dólares iniciales. Siguen suspendidas las pesquisas (siempre negadas) de la PGR y otras dependencias, desde entonces.
Del Jefe se dijo todo, incluso que había sido muerto; luego se publicó (21 de mayo) una foto que El Universal recibió por correo electrónico anónimo y que la familia reconoció como auténtica de Diego.
El PAN de Querétaro publicó mensajes en espectaculares de “Diego, estamos contigo”; en “horas” la familia pidió y logró que retiraran.
La Sedena encontró el “chip” que llevaba desde 2004 el cautivo bajo la piel, que sirve para localizar personas, vía satélite; este y la camioneta tenían huellas.
Pertenecían a cuatro captores; no se tienen identidades en el banco de datos nacional ni de la DEA, que ayudaba.
De aparecer con vida El Jefe Diego será punto menos que imposible que despeje dudas desafiando a sus captores; más si se trata de lo que él bautizó alguna vez como “fuego amigo”, a propósito de enemigos político de casa.
Serán los mas quienes crean que con él se inicia la era de los secuestros políticos, cuando ya no caben todo, en el costal del denominador común del “crimen organizado”.
Aunque ignorado oficialmente, ahora que se renuevan los votos de la Segob por el-estado-de-derecho, se cree que, de un momento a otro podría confirmarse que El Jefe Diego vive; que estaría a “horas” de ser liberado.
En su momento, el secuestro de El Jefe Diego, se ubicó como el caso criminal más cercano al magnicidio de Luis Donaldo Colosio, hace 16 años. Y hoy que se cambia de responsable de la seguridad pública nacional -al menos eso dice José Francisco Blake Mora- desde la Segob, no se mencionó el caso del ex candidato presidencial.
La era de secuestros políticos así, parece bautizar a esta nueva etapa, ahora que quisieron “levantar” a Mario Alberto Medina Vela. Sí, para afectar a César Duarte, su tío. El gobernador electo de Chihuahua, que se reunión en Los Pinos con el Presidente Calderón y anunció una cruzada a fondo contra la violencia callejera. La que disputa más y más territorio a Calderón, como gobierno paralelo.
Duarte recién hizo ese anuncio en Los Pinos, de en su sexenio Chihuahua emprendería una cruzada contra ese ¡gobierno” de la violencia criminal...y viene este golpe.
El Jefe Diego desapareció cuando figuraba como la mayor oposición a las alianzas; tanto que se desmarcó del PAN. Orilló a su “pupilo”, Fernando Gómez Mont, a hacer lo mismo e incluso este optó por dejar la Segob.
Sólo que Calderón (en pose típicamente priísta) atajó: “al presidente nadie la renuncia” . Y don Fer se aguantó hasta ser “renunciado”. No se podía ir cuando quisiera.
El Jefe, enemigo de Calderón hasta morir, se ha visto como verdadero titular de la Casa de Covián. Su “desaparición” será otro crimen que jamás se aclare, sin importar lo que venga.
Al gobierno poco o nada le importó cumplir con buscarlo. Fue Fauzi Hamdan, rector del alma mater de Calderón y Diego (la Libre de Derecho) y virtual abogado del ex candidato presidencial en este trance, dio luces sobre la suerte de Diego. Habló ante Carmen Aristegui a dos semanas de la “desaparición”.
Explicó que una serie de avisos mostraron que estaba “vivo y en buen estado de salud.”
Luego se confirmaba que la familia negociaba la liberación del queretano. Ahora se sabe que por 30, ya no 50 millones de dólares iniciales. Siguen suspendidas las pesquisas (siempre negadas) de la PGR y otras dependencias, desde entonces.
Del Jefe se dijo todo, incluso que había sido muerto; luego se publicó (21 de mayo) una foto que El Universal recibió por correo electrónico anónimo y que la familia reconoció como auténtica de Diego.
El PAN de Querétaro publicó mensajes en espectaculares de “Diego, estamos contigo”; en “horas” la familia pidió y logró que retiraran.
La Sedena encontró el “chip” que llevaba desde 2004 el cautivo bajo la piel, que sirve para localizar personas, vía satélite; este y la camioneta tenían huellas.
Pertenecían a cuatro captores; no se tienen identidades en el banco de datos nacional ni de la DEA, que ayudaba.
De aparecer con vida El Jefe Diego será punto menos que imposible que despeje dudas desafiando a sus captores; más si se trata de lo que él bautizó alguna vez como “fuego amigo”, a propósito de enemigos político de casa.
Serán los mas quienes crean que con él se inicia la era de los secuestros políticos, cuando ya no caben todo, en el costal del denominador común del “crimen organizado”.
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