Samuel R. G. / uzkediam@gmail.com
Pasan los días y sigue creciendo la importancia-dependencia de la red de redes Internet en el mundo entero. Junto al asombro surgen también muchas dudas sobre la confidencialidad de la información que envíamos y recibimos. No todos piensan a fondo lo que representa Internet, consideran que contar con un antivirus o cortafuegos instalado en sus equipos es más que suficiente, pero la verdad de las cosas es que nunca estaremos "seguros" de "quién nos ve" y "con qué fines" cuando estamos navegando en Internet.
Me entró esa inquietud después de enterarme de que el gobierno de los Estados Unidos va a facilitar a los servicios de seguridad la vigilancia de los usuarios de Internet. Primera gran pregunta: ¿y quién cuidará a los vigilantes?
La motivación principal del gobierno de Obama para emprender tal medida, deriva de las recientes filtraciones de secretos militares y violaciones cometidas por soldados estadounidenses aparecidas en la red de redes. El gobierno de aquella nación pretende facilitar al Buró Federal de Investigaciones (FBI) el control sin autorización legal de las páginas web visitadas por un interesado.
Mediante un cambio en las leyes vigentes, los agentes federales van a tener acceso a la identidad de los destinatarios de correos electrónicos y el lugar de origen y destino de los mensajes. Lo anterior es una clara violación a los derechos ciudadanos, solamente se puede rescatar que al menos el contenido de los correos se mantendrá protegido. Ya en la práctica no creo que una vez dentro del correo electrónico de "x" persona se vayan a quedar con las ganas de revisar el contenido de los mensajes.
The New York Times considera que tales medidas son algo innecesario y representan un paso atrás. Bajo esa misma tónica los proveedores de acceso a Internet ya han dicho que no van a entregar datos al FBI, porque las leyes del país no son lo suficientemente claras y solo permiten facilitar datos sin permiso judicial referidos a nombre, la dirección, la duración del contrato y las facturas de un usuario.
En el fondo es claro que se pretende que las agencias de inteligencia tengan "mayores" facultades pero esto a costa del detrimento de las libertades individuales. ¿Estados Unidos, la tierra de la libertad? Ja, ja, ja.
De consumarse tales acciones, el gobierno "yankee" estaría sacrificando la seguridad de millones de usuarios de Internet, no únicamente de aquella nación sino del mundo entero incluso, ¿qué nos garantiza que en el intercambio de información entre un usuario de EEUU con otro de alguna nación diferente vaya a ser totalmente rastreada e intervenida?
Se sabe que la decisión gubernamental tiene que ver con la aparición reciente de archivos confidenciales sobre la guerra en Afganistán en el sitio WikiLeaks, lo que según el Pentágono amenaza la integridad de las fuerzas y las redes de informantes en la nación centroasiática.
El soldado Bradley Mannning, trasladado desde Kuwait, a la base militar de Quántico, en Virginia, está acusado de transmitir al sitio un video que muestra la incursión de un helicóptero del ejército que causó la muerte de dos empleados de la agencia de noticias Reuters y de civiles en Bagdad en 2007.
Asimismo se le vincula con la divulgación de 92 mil informes militares sobre la guerra en Afganistán, que datan de 2004 a 2009, acción que generó contrariedad en Estados Unidos y desconfianza de países aliados.
Pues bien, en mi opinión no es suficiente razón como para arremeter contra la privacidad de los usuarios de Internet, mucho menos por razones que derivan de una invasión militar asesina y brutal como lo ha sido la invasión de EEUU a Afganistán. ¿Quién los manda a andar invadiendo países a lo p...?, después de invadir ¿quién les manda a no colocar filtros en sus agencias de seguridad para evitar esa fuga de información?
Para mi que hay mano negra (sin ofender a Obama), de lo que trata este asunto es sobre la misma historia de siempre: el gobierno imperialista de los EEUU se cree la policía del mundo y a fuerza quiere tener controlados, por lo pronto, a los usuarios de Internet, sino es que ya nos controlan desde quien sabe cuando. Asunto que se lee fácil pero que si medimos las consecuencias no acabaríamos de contar los riesgos que corremos al enviar o recibir información a través de Internet.
Pasan los días y sigue creciendo la importancia-dependencia de la red de redes Internet en el mundo entero. Junto al asombro surgen también muchas dudas sobre la confidencialidad de la información que envíamos y recibimos. No todos piensan a fondo lo que representa Internet, consideran que contar con un antivirus o cortafuegos instalado en sus equipos es más que suficiente, pero la verdad de las cosas es que nunca estaremos "seguros" de "quién nos ve" y "con qué fines" cuando estamos navegando en Internet.
Me entró esa inquietud después de enterarme de que el gobierno de los Estados Unidos va a facilitar a los servicios de seguridad la vigilancia de los usuarios de Internet. Primera gran pregunta: ¿y quién cuidará a los vigilantes?
La motivación principal del gobierno de Obama para emprender tal medida, deriva de las recientes filtraciones de secretos militares y violaciones cometidas por soldados estadounidenses aparecidas en la red de redes. El gobierno de aquella nación pretende facilitar al Buró Federal de Investigaciones (FBI) el control sin autorización legal de las páginas web visitadas por un interesado.
Mediante un cambio en las leyes vigentes, los agentes federales van a tener acceso a la identidad de los destinatarios de correos electrónicos y el lugar de origen y destino de los mensajes. Lo anterior es una clara violación a los derechos ciudadanos, solamente se puede rescatar que al menos el contenido de los correos se mantendrá protegido. Ya en la práctica no creo que una vez dentro del correo electrónico de "x" persona se vayan a quedar con las ganas de revisar el contenido de los mensajes.
The New York Times considera que tales medidas son algo innecesario y representan un paso atrás. Bajo esa misma tónica los proveedores de acceso a Internet ya han dicho que no van a entregar datos al FBI, porque las leyes del país no son lo suficientemente claras y solo permiten facilitar datos sin permiso judicial referidos a nombre, la dirección, la duración del contrato y las facturas de un usuario.
En el fondo es claro que se pretende que las agencias de inteligencia tengan "mayores" facultades pero esto a costa del detrimento de las libertades individuales. ¿Estados Unidos, la tierra de la libertad? Ja, ja, ja.
De consumarse tales acciones, el gobierno "yankee" estaría sacrificando la seguridad de millones de usuarios de Internet, no únicamente de aquella nación sino del mundo entero incluso, ¿qué nos garantiza que en el intercambio de información entre un usuario de EEUU con otro de alguna nación diferente vaya a ser totalmente rastreada e intervenida?
Se sabe que la decisión gubernamental tiene que ver con la aparición reciente de archivos confidenciales sobre la guerra en Afganistán en el sitio WikiLeaks, lo que según el Pentágono amenaza la integridad de las fuerzas y las redes de informantes en la nación centroasiática.
El soldado Bradley Mannning, trasladado desde Kuwait, a la base militar de Quántico, en Virginia, está acusado de transmitir al sitio un video que muestra la incursión de un helicóptero del ejército que causó la muerte de dos empleados de la agencia de noticias Reuters y de civiles en Bagdad en 2007.
Asimismo se le vincula con la divulgación de 92 mil informes militares sobre la guerra en Afganistán, que datan de 2004 a 2009, acción que generó contrariedad en Estados Unidos y desconfianza de países aliados.
Pues bien, en mi opinión no es suficiente razón como para arremeter contra la privacidad de los usuarios de Internet, mucho menos por razones que derivan de una invasión militar asesina y brutal como lo ha sido la invasión de EEUU a Afganistán. ¿Quién los manda a andar invadiendo países a lo p...?, después de invadir ¿quién les manda a no colocar filtros en sus agencias de seguridad para evitar esa fuga de información?
Para mi que hay mano negra (sin ofender a Obama), de lo que trata este asunto es sobre la misma historia de siempre: el gobierno imperialista de los EEUU se cree la policía del mundo y a fuerza quiere tener controlados, por lo pronto, a los usuarios de Internet, sino es que ya nos controlan desde quien sabe cuando. Asunto que se lee fácil pero que si medimos las consecuencias no acabaríamos de contar los riesgos que corremos al enviar o recibir información a través de Internet.
Comentarios
El rey de las filtraciones anónimas
Se ha convertido en los últimos días en el centro de todas las miradas. Julian Assange, periodista y activista australiano, es el «padre» de WikiLeaks (wikifiltraciones, en castellano), el portal de internet que ha puesto en jaque al Pentágono tras filtrar casi 92.000 documentos confidenciales sobre las operaciones militares efectuadas por Estados Unidos en la guerra de Afganistán entre 2004 y 2009. Su ascendente carrera en la escena periodística internacional alcanzó su punto de efervescencia hace tres meses cuando WikiLeaks, que desde su creación en 2006 viene desempolvando incómodas informaciones gracias a la colaboración de usuarios anónimos, difundió el vídeo «Collateral Murder», en el que se recoge el ataque de tropas norteamericanas contra civiles en un barrio de Bagdad y en el que murieron un fotógrafo de Reuters y su asistente. Este documento audiovisual circuló en aquellos días de abril a velocidad de crucero en internet llegando a las 3,6 millones de visualizaciones en YouTube en tan sólo 72 horas. La repercusión de esta filtración alcanzó cotas insospechadas, como también lo ha sido desde entonces la relevancia que Assange ha cosechado a través de controvertidas y a veces arrogantes declaraciones sobre el papel que desempeña su organización en la lucha contra la corrupción y las malas prácticas de los gobiernos. Assange se presenta como un «talibán» de la transparencia informativa y dice moverse por un claro objetivo: combatir el oscurantismo que tratan de imponer los Estados al precio que sea. Sus afirmaciones durante una de las entrevistas más polémicas que ha concedido a la prensa, en este caso a la revista alemana «Der Spiegel», así lo demuestran. Envuelto en la bandera de la solidaridad con los más débiles, el fundador de WikiLeaks no dudaba en asegurar a ese semanario con la arrogancia de quien se cree salvador de la humanidad las verdaderas intenciones que se esconden tras sus decisiones: «Me gusta ayudar a la gente que es vulnerable. Me gusta aplastar a los bastardos». Contenido sensible Con estas palabras trataba de justificar la filosofía que mueve a un sitio que a lo largo de sus años de existencia ha logrado acumular un total de 1,2 millones de documentos secretos con contenido sensible en materia religiosa, corporativa o gubernamental bajo la premisa de preservar el anonimato de los autores de las filtraciones.