El costoso cambio climático

Claudia Rodríguez

En México, hasta ahora, la aventura del cambio climático genera más gastos que beneficios. Tan sólo habría que preguntarnos cuánto se erogó para que en Kampala, la capital de Uganda en África, el señor Felipe Calderón y su comitiva participaran en fin de semana anterior en la Conferencia de jefes de Estado y de Gobierno africanos sobre cambio climático.

Debido a que en octubre de este mismo año se realizará la XVI Cumbre de Cambio Climático en Cancún, Quintana Roo, lugar que se cotiza como una de los destinos turísticos más caros de nuestro país, ya los hoteleros de la zona se preparan para recibir la derrama económica que esto les provocará y luego, quizá, para tomar verdaderas acciones que limiten el daño de una zona turística de playa que ha sido vulnerada indiscriminadamente en pro de las ganancias hoteleras. Siempre llaman la atención, los comentarios de quienes visitan Cancún en cuánto si un hotel es mejor que otro, respecto a lo grande o lujoso de sus habitaciones y luego, casi al último del listado de los encantos de Cancún y su zona hotelera quedan las alusiones al entorno natural, la playa y la calidez de los servidores hoteleros.

Somos en primer lugar, los clientes quienes exigimos elementos suntuarios en nuestras estancias de vacación y recreo e incluso en reuniones de trabajo, sin que nos importe el impacto negativo que se provoca al entorno y a la sociedad residente de los lugares de veraneo.

Al final, el cambio climático es el resultado de la búsqueda de ganancias económicas sin pensar un poquito en las huellas destructivas que se dejan en los espacios naturales e incluso más tarde, en los trastocados por la acción del hombre.

Justo en estos momentos, los hoteleros de Cancún, la Riviera Maya y también de Cozumel –todos puntos del estado de Quintana Roo--, se encuentran en una loca y apresurada tarea por conseguir la mayor cantidad de certificaciones que les relacione con empresas sustentables. La zanahoria de la ganancia económica no es para menos.

El comité organizador en Cancún de la Cumbre en cuestión, ha señalado que se prevé la llegada de entre 100 a 180 mil personas a dicho evento, lo que significaría antes que nada, una importante derrama económica para la zona.

Por su parte la Asociación de Hoteles de Cancún, ya reporta que más de 25 mil cuartos se han reservado hasta los meses de octubre y noviembre de este año, específicamente para asistir al evento internacional en donde incluso asistirán jefes y gobernadores de diversos países.

El asunto es que nuestro país tendría que presentar resultados sobre las acciones para contrarrestar los grandes pasos con los que avanza el cambio climático en nuestro territorio, pero la verdad es que hasta ahora, todo es cosmético y con esos risibles avances, a mí me daría pena ser el anfitrión.

Los gastos en los magnos eventos para trabajar en contra de este flagelo mundial, aquí en México contrastan con el abandono que se da a la verdadera educación ecológica, que debe ser de acciones y no de teoría, y al trato preferencial que se da, a cientos de empresas para que produzcan productos con empaques muy difíciles de reciclar.

Acta Divina… En Uganda, el presidente de México, Felipe Calderón, planteó su intención de escuchar las inquietudes de las naciones africanas con miras al trabajo que se realizará en Cancún con respecto al cambio climático y prometió desarrollar un proceso incluyente.

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