Gloria Leticia Díaz
“No tengo nada qué hacer ahí”, respondió el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, a los cuestionamientos sobre su eventual participación en el mitin que, el próximo domingo, encabezará en el Zócalo el excandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Entrevistado al término de la entrega de credenciales a ciudadanos que participan en un programa de prevención del delito, el jefe de gobierno intentó darle un bajo perfil a la movilización convocada por el político tabasqueño, al señalar que es uno de tantos “eventos públicos como tenemos todos los domingos”.
Sobre un eventual plantón al término del mitin, Ebrard Casaubón rechazó la especie.
“No tenemos ninguna noticia de que pretendan quedarse (los seguidores de López Obrador). Lo que sabemos es será una manifestación, una reunión y punto. No pensamos que se vayan a quedar ahí”, dijo el jefe de gobierno, al señalar que el Zócalo “no es posesión de nadie, es una plaza pública de todas y todos”.
La última vez que Ebrard asistió a un evento convocado por López Obrador fue el 18 de marzo de 2008, ocasión en la que el excandidato presidencial encabezó una manifestación en “defensa del petróleo” de Reforma al Zócalo.
En el templete también estuvieron Alejandro Encinas y Leonel Cota Montaño, entonces líder nacional del PRD, ente otros.
El mitin convocado para este domingo 25 a las 10:00 horas, tiene como objetivo la presentación de una versión actualizada del Proyecto Alternativo de Nación, así como el posicionamiento de 32 representantes del movimiento lopezobradorista en el país.
Según analistas políticos, el evento marcaría un virtual arranque de campaña de López Obrador con miras al relevo presidencial del 2012, ya sea bajo las siglas del PT, Convergencia y, menos probable, del PRD.
En un programa radiofónico, López Obrador presumió ser la cabeza de un movimiento integrado por entre 10 y 15 millones de personas, con una estructura territorial con más de 2 mil comités municipales y 8 mil comités regionales, lo que para el tabasqueño es fuerza suficiente para aspirar por segunda ocasión a la Presidencia de la República.
El pasado miércoles 7 de julio, López Obrador advirtió que a finales de 2011 o principios de 2012 presentaría a cada partido de izquierda su Proyecto Alternativo de Nación, y solicitaría que lo registraran como candidato presidencial.
“Nosotros no vamos a esperar, nosotros vamos al 2012, ya, que quede claro”, apuntó.
Tras esas declaraciones, Ebrard recordó que se mantiene vigente el pacto que hicieron él y López Obrador, en el sentido de dejar libre el camino para quien “esté arriba en las preferencias”.
Sin embargo, Ebrard anunció que en el segundo semestre de 2011 presentará su proyecto presidencial, por lo que estará “muy activo en el ámbito político, porque ya es el momento oportuno de estar presentando y defendiendo el punto que yo defiendo”.
Sin mencionar a López Obrador por su nombre, le pidió hacer a un lado “las aspiraciones personales que tengamos” para que sea uno solo el candidato “legítimamente correcto”, pues de lo contrario, “las posibilidades de la izquierda se van a reducir considerablemente”.
Las diferencias políticas entre ambos punteros de los partidos de izquierda se manifestaron con mayor claridad en los procesos electorales del 4 de julio pasado, luego de las alianzas de PRD y PAN en algunas entidades de la República.
Mientras Ebrard simpatizó con esas alianzas --consolidadas por quien fuera su mentor, Manuel Camacho Solís, actual coordinador del DIA--, López Obrador reprobó esas coaliciones.
El 24 de febrero en Texcoco, Estado de México, el tabasqueño advirtió que “uno no debe caer en el zigzagueo político, no debe desdibujarse. No debemos nosotros andar con esos vaivenes que no ayudan en nada. Lo digo desde ahora, para que conozcan mi opinión”.
Otra diferencia se manifestó por la construcción de la llamada Supervía Poniente, proyecto que ha causado el rechazo de vecinos y ambientalistas por el presunto daño al parque Tarango, considerado reserva ecológica.
El 16 de junio, López Obrador envió una carta a Ebrard en la que retoma las preocupaciones de los ambientalistas y vecinos de las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, y le recuerda que para conservar las zonas de recarga de agua fue que emitió el Bando Dos, que restringe crecimiento urbano en Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Venustiano Carranza.
Un día después de recibir el documento, Ebrard Casaubón rechazó la recomendación de López Obrador y aseguró que las obras que dejó su antecesor, como los segundos pisos o los puentes de Los Poetas, en la zona de Santa Fe, los llevaría a término porque “quedaron prácticamente a la mitad”.
Sobre los presuntos daños ecológicos, Ebrard apuntó: “La preocupación que manifiesta respecto al impacto ambiental la hemos estudiado dos años, de manera que podamos evitar que (la Supervía Poniente) tenga un impacto negativo. Entonces, la obra seguirá adelante”.
De esa forma la batalla por la candidatura presidencial de los partidos de izquierda se arrecia, luego de que en las encuestas de preferencias electorales la distancia entre Ebrard y López Obrador se cierra.
En febrero pasado, Consulta Mitofsky reportó que 59% de los perredistas preferían a López Obrador contra 27% que registraba Ebrard.
En mayo pasado, otro sondeo de la consultora GEA ISA daba a López Obrador 41% de las preferencias, en tanto que Ebrard acumulaba 34%.
“No tengo nada qué hacer ahí”, respondió el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, a los cuestionamientos sobre su eventual participación en el mitin que, el próximo domingo, encabezará en el Zócalo el excandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Entrevistado al término de la entrega de credenciales a ciudadanos que participan en un programa de prevención del delito, el jefe de gobierno intentó darle un bajo perfil a la movilización convocada por el político tabasqueño, al señalar que es uno de tantos “eventos públicos como tenemos todos los domingos”.
Sobre un eventual plantón al término del mitin, Ebrard Casaubón rechazó la especie.
“No tenemos ninguna noticia de que pretendan quedarse (los seguidores de López Obrador). Lo que sabemos es será una manifestación, una reunión y punto. No pensamos que se vayan a quedar ahí”, dijo el jefe de gobierno, al señalar que el Zócalo “no es posesión de nadie, es una plaza pública de todas y todos”.
La última vez que Ebrard asistió a un evento convocado por López Obrador fue el 18 de marzo de 2008, ocasión en la que el excandidato presidencial encabezó una manifestación en “defensa del petróleo” de Reforma al Zócalo.
En el templete también estuvieron Alejandro Encinas y Leonel Cota Montaño, entonces líder nacional del PRD, ente otros.
El mitin convocado para este domingo 25 a las 10:00 horas, tiene como objetivo la presentación de una versión actualizada del Proyecto Alternativo de Nación, así como el posicionamiento de 32 representantes del movimiento lopezobradorista en el país.
Según analistas políticos, el evento marcaría un virtual arranque de campaña de López Obrador con miras al relevo presidencial del 2012, ya sea bajo las siglas del PT, Convergencia y, menos probable, del PRD.
En un programa radiofónico, López Obrador presumió ser la cabeza de un movimiento integrado por entre 10 y 15 millones de personas, con una estructura territorial con más de 2 mil comités municipales y 8 mil comités regionales, lo que para el tabasqueño es fuerza suficiente para aspirar por segunda ocasión a la Presidencia de la República.
El pasado miércoles 7 de julio, López Obrador advirtió que a finales de 2011 o principios de 2012 presentaría a cada partido de izquierda su Proyecto Alternativo de Nación, y solicitaría que lo registraran como candidato presidencial.
“Nosotros no vamos a esperar, nosotros vamos al 2012, ya, que quede claro”, apuntó.
Tras esas declaraciones, Ebrard recordó que se mantiene vigente el pacto que hicieron él y López Obrador, en el sentido de dejar libre el camino para quien “esté arriba en las preferencias”.
Sin embargo, Ebrard anunció que en el segundo semestre de 2011 presentará su proyecto presidencial, por lo que estará “muy activo en el ámbito político, porque ya es el momento oportuno de estar presentando y defendiendo el punto que yo defiendo”.
Sin mencionar a López Obrador por su nombre, le pidió hacer a un lado “las aspiraciones personales que tengamos” para que sea uno solo el candidato “legítimamente correcto”, pues de lo contrario, “las posibilidades de la izquierda se van a reducir considerablemente”.
Las diferencias políticas entre ambos punteros de los partidos de izquierda se manifestaron con mayor claridad en los procesos electorales del 4 de julio pasado, luego de las alianzas de PRD y PAN en algunas entidades de la República.
Mientras Ebrard simpatizó con esas alianzas --consolidadas por quien fuera su mentor, Manuel Camacho Solís, actual coordinador del DIA--, López Obrador reprobó esas coaliciones.
El 24 de febrero en Texcoco, Estado de México, el tabasqueño advirtió que “uno no debe caer en el zigzagueo político, no debe desdibujarse. No debemos nosotros andar con esos vaivenes que no ayudan en nada. Lo digo desde ahora, para que conozcan mi opinión”.
Otra diferencia se manifestó por la construcción de la llamada Supervía Poniente, proyecto que ha causado el rechazo de vecinos y ambientalistas por el presunto daño al parque Tarango, considerado reserva ecológica.
El 16 de junio, López Obrador envió una carta a Ebrard en la que retoma las preocupaciones de los ambientalistas y vecinos de las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras, y le recuerda que para conservar las zonas de recarga de agua fue que emitió el Bando Dos, que restringe crecimiento urbano en Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Venustiano Carranza.
Un día después de recibir el documento, Ebrard Casaubón rechazó la recomendación de López Obrador y aseguró que las obras que dejó su antecesor, como los segundos pisos o los puentes de Los Poetas, en la zona de Santa Fe, los llevaría a término porque “quedaron prácticamente a la mitad”.
Sobre los presuntos daños ecológicos, Ebrard apuntó: “La preocupación que manifiesta respecto al impacto ambiental la hemos estudiado dos años, de manera que podamos evitar que (la Supervía Poniente) tenga un impacto negativo. Entonces, la obra seguirá adelante”.
De esa forma la batalla por la candidatura presidencial de los partidos de izquierda se arrecia, luego de que en las encuestas de preferencias electorales la distancia entre Ebrard y López Obrador se cierra.
En febrero pasado, Consulta Mitofsky reportó que 59% de los perredistas preferían a López Obrador contra 27% que registraba Ebrard.
En mayo pasado, otro sondeo de la consultora GEA ISA daba a López Obrador 41% de las preferencias, en tanto que Ebrard acumulaba 34%.
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