Marco A. Flota / Grillotina
Si ya es usado el Zócalo para dar clases de yoga en posición de flor de loto, bien puede emplearlo el Peje que fue flor de un día. Si no hicieron reflexionar a los huelguistas de hambre las clases de meditación trascendental, menos modificarán la mentalidad de AMLO.
Si en la Plaza de la Constitución cantó Vicente Fox- en dueto con Mijares, pero sin Lucerito ni Martita-, se justifica que ahí tome el micrófono otro que no fue presidente. Si un fotógrafo extranjero encueró ahí a miles de personas, bien puede tratar Obrador de sacarle sus trapitos al sol a sus enemigos políticos.
Si ya lo llenaron a tope las chavas histéricas de Alejandro Fernández, ahora lo rebasarán las adelitas históricas de Andrés Manuel. Si en diciembre se convierte en pista de hielo, en pleno verano volverá a agarrar su patín el tabasqueño y Ebrard pondrá el hielo, pero de la ya congelada amistad.
Aparte de que, como ha llovido tanto, se sentirá en el Zócalo como Peje en el agua.
Y es que el próximo domingo volverá el señor López al Corazón de México para presentar una vez más su Proyecto Alternativo de Nación, más nativo que alter, según el panismo que nos gobierna.
¿Será una versión corregida y aumentada del Proyecto que presentó en 2006? Posiblemente, sí, corregida, porque el anterior se lo redactó Manuel Camacho, quien ya debe estar escribiendo el discurso de toma de posesión de Marcelo.
Definitivamente aumentada, pero a lo bestia, porque el nuevo quizá se lo escribió Porfirio. Aunque sólo la parte doctrinaria, porque el mensaje político será obra de Fernández Sí roña.
Será su segundo destape para el 2012, del cual se retractará, seguramente, el lunes. Porque, la semana pasada, tras declarao “nosotros vamos ya para el 2012”, rectificó diciendo que no se ha roto el acuerdo con Ebrard. Aunque dejaría éste de estar cuerdo si cree que subsiste el acuerdo.
Antes dijo que Marcelo “no escucha el canto de las sirenas”. Y es cierto: Ebrard debe ser alérgico al ruido de las sirenas, pues las mandó callar cuando debió mandar patrullas a Tláhuac para evitar el asesinato de los judiciales, como jefe policiaco del mismo AMLO.
En fin...
¿Ya fue usted invitado a la concentración obradoresca? Si no es así, tampoco se preocupe: en cualquier momento sonará su teléfono y escuchará usted la voz, de inconfundible acento tabasqueño, invitándole a acompañarlo en el Zócalo. Sí: él mismo le hablará telefónicamente y sin miedo, como los gobernadores priístas, a que le graben la llamada pues, de todos modos, lo que oirá usted es una grabación.
Pero se duda que algunas personas acepten tal invitación.
No asistirá Ebrard, no tanto por respeto a investidura, sino por las embestidas duras de su ex mentor, ahora mentador.
El ingeniero Cárdenas, si recibió ya la llamada, habrá comentado: “¡Sí, Chucha”. Y los Chuchos: “¡Sí, Cuauhtémoc!” Lazarito no reaccionaria con un “¡Su abuela!”, porque él respeta mucho a los abuelos, especialmente al suyo.
En fin, como decía Zabludovzky, si no tiene usted nada mejor que hacer, vaya el domingo al Zócalo. Y si tiene usted algo mejor qué hacer, por ejemplo recorrer el Centro Histórico..... tampoco lo podrá hacer por el previsible embotellamiento.
Si ya es usado el Zócalo para dar clases de yoga en posición de flor de loto, bien puede emplearlo el Peje que fue flor de un día. Si no hicieron reflexionar a los huelguistas de hambre las clases de meditación trascendental, menos modificarán la mentalidad de AMLO.
Si en la Plaza de la Constitución cantó Vicente Fox- en dueto con Mijares, pero sin Lucerito ni Martita-, se justifica que ahí tome el micrófono otro que no fue presidente. Si un fotógrafo extranjero encueró ahí a miles de personas, bien puede tratar Obrador de sacarle sus trapitos al sol a sus enemigos políticos.
Si ya lo llenaron a tope las chavas histéricas de Alejandro Fernández, ahora lo rebasarán las adelitas históricas de Andrés Manuel. Si en diciembre se convierte en pista de hielo, en pleno verano volverá a agarrar su patín el tabasqueño y Ebrard pondrá el hielo, pero de la ya congelada amistad.
Aparte de que, como ha llovido tanto, se sentirá en el Zócalo como Peje en el agua.
Y es que el próximo domingo volverá el señor López al Corazón de México para presentar una vez más su Proyecto Alternativo de Nación, más nativo que alter, según el panismo que nos gobierna.
¿Será una versión corregida y aumentada del Proyecto que presentó en 2006? Posiblemente, sí, corregida, porque el anterior se lo redactó Manuel Camacho, quien ya debe estar escribiendo el discurso de toma de posesión de Marcelo.
Definitivamente aumentada, pero a lo bestia, porque el nuevo quizá se lo escribió Porfirio. Aunque sólo la parte doctrinaria, porque el mensaje político será obra de Fernández Sí roña.
Será su segundo destape para el 2012, del cual se retractará, seguramente, el lunes. Porque, la semana pasada, tras declarao “nosotros vamos ya para el 2012”, rectificó diciendo que no se ha roto el acuerdo con Ebrard. Aunque dejaría éste de estar cuerdo si cree que subsiste el acuerdo.
Antes dijo que Marcelo “no escucha el canto de las sirenas”. Y es cierto: Ebrard debe ser alérgico al ruido de las sirenas, pues las mandó callar cuando debió mandar patrullas a Tláhuac para evitar el asesinato de los judiciales, como jefe policiaco del mismo AMLO.
En fin...
¿Ya fue usted invitado a la concentración obradoresca? Si no es así, tampoco se preocupe: en cualquier momento sonará su teléfono y escuchará usted la voz, de inconfundible acento tabasqueño, invitándole a acompañarlo en el Zócalo. Sí: él mismo le hablará telefónicamente y sin miedo, como los gobernadores priístas, a que le graben la llamada pues, de todos modos, lo que oirá usted es una grabación.
Pero se duda que algunas personas acepten tal invitación.
No asistirá Ebrard, no tanto por respeto a investidura, sino por las embestidas duras de su ex mentor, ahora mentador.
El ingeniero Cárdenas, si recibió ya la llamada, habrá comentado: “¡Sí, Chucha”. Y los Chuchos: “¡Sí, Cuauhtémoc!” Lazarito no reaccionaria con un “¡Su abuela!”, porque él respeta mucho a los abuelos, especialmente al suyo.
En fin, como decía Zabludovzky, si no tiene usted nada mejor que hacer, vaya el domingo al Zócalo. Y si tiene usted algo mejor qué hacer, por ejemplo recorrer el Centro Histórico..... tampoco lo podrá hacer por el previsible embotellamiento.
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