Martha Anaya / Crónica de Política
Les llegó su turno. Ahora van por Ulises Ruiz y los suyos.
Flavio Sosa –uno de los líderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (Appo) y hoy diputado plurinominal por el Partido del Trabajo–, nos dice que empujarán una Comisión de la Verdad en Oaxaca porque “tiene que saberse qué pasó en Oaxaca en 2006”.
Se siente confiado, cree que lo lograrán pues el propio gobernador electo, Gabino Cué, hizo un compromiso en ese sentido y porque “hay consenso de distintos actores…, eso nos puede ayudar”.
-Ulises Ruiz tiene que enfrentar un juicio; un juicio justo, no como el que nos aplicaron a nosotros, sin pruebas ni nada. Ahí tenemos ya la resolución de la (Suprema) Corte para empezar.
Sosa, quien fue detenido en diciembre de 2006 por los disturbios que asolaron Oaxaca durante ese año y pasó 16 meses en prisión enfrentando un proceso que concluyó con su libertad por falta de pruebas, sabe que llegó su momento. Niega que se trate de la revancha o de una venganza pero los ímpetus con los que ocupará una curul en el Congreso local a partir del 15 de noviembre, se vuelcan hacia la creación de la Comisión de la Verdad, con todo lo que ello pueda significar.
Pero no sólo eso, impulsará también una ley anticorrupción y una auditoría “a fondo” de la administración de Ulises.
-¿Irán también tras Eviel (Pérez Magaña)?-, le pregunto.
-Eviel no se qué tanta responsabilidad tenga, pero sí se debe auditar su paso por la administración y deslindarse responsabilidades.
El ex dirigente de la Appo vuelve a los buenos tiempos. Llamadas van y vienen, el celular no para de sonar. Habla incluso del “buen ambiente” que percibe ahora en las calles de Oaxaca, tras el resultado de las elecciones que sacaron al PRI del poder. Cree que eso ayudará a que Ulises no intente dejarles algunas bombas sembradas en el camino.
Seis meses es mucho tiempo. Y ese es el tiempo que se abre desde el momento de la elección hasta que toma posesión el nuevo gobernador. Es “un vacío terrible”, apunta Flavio Sosa. Lapso que se vuelve más pesado si los gobernadores saliente y entrante no pueden ni verse y la traen jurada desde hace años, cuando ambos contendieron juntos por la gubernatura.
Muestra ya de lo que hay de por medio es el silencio de Ulises frente a Gabino aún y cuando ya pasaron ocho días de la jornada electoral, de que ya el candidato del PRI reconoció su derrota y de que Gabino Cué recibió este fin de semana su constancia de mayoría.
Pero lo que acontece ahora en la tierra de Juárez no pasa sólo por el tamiz local y la animadversión entre unos y otros, pasa también por los rejuegos que a nivel nacional se están dando en otras de las entidades en que hubo elecciones, donde negociaciones, jaloneos, manoteos y demás no paran.
Bajo ese panorama, la alternancia y una transición semi decente en Oaxaca dependerá en buena medida de los acuerdos que la dirigencia nacional logre en otras entidades. Sin descontar, por supuesto, la posibilidad de que el PRI lleve la elección de Oaxaca a tribunales “nomás por joder”.
Y entre más suena la posibilidad de crear una Comisión de la Verdad para investigar los sucesos del 2006, los priistas más se envaran y se irritan. Pero no se van a dejar. De aquí al primero de diciembre, aseguran en el tricolor, a Gabino Cué “lo vamos a doblegar”. Ya comenzaron, el silencio es el primer paso.
Les llegó su turno. Ahora van por Ulises Ruiz y los suyos.
Flavio Sosa –uno de los líderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (Appo) y hoy diputado plurinominal por el Partido del Trabajo–, nos dice que empujarán una Comisión de la Verdad en Oaxaca porque “tiene que saberse qué pasó en Oaxaca en 2006”.
Se siente confiado, cree que lo lograrán pues el propio gobernador electo, Gabino Cué, hizo un compromiso en ese sentido y porque “hay consenso de distintos actores…, eso nos puede ayudar”.
-Ulises Ruiz tiene que enfrentar un juicio; un juicio justo, no como el que nos aplicaron a nosotros, sin pruebas ni nada. Ahí tenemos ya la resolución de la (Suprema) Corte para empezar.
Sosa, quien fue detenido en diciembre de 2006 por los disturbios que asolaron Oaxaca durante ese año y pasó 16 meses en prisión enfrentando un proceso que concluyó con su libertad por falta de pruebas, sabe que llegó su momento. Niega que se trate de la revancha o de una venganza pero los ímpetus con los que ocupará una curul en el Congreso local a partir del 15 de noviembre, se vuelcan hacia la creación de la Comisión de la Verdad, con todo lo que ello pueda significar.
Pero no sólo eso, impulsará también una ley anticorrupción y una auditoría “a fondo” de la administración de Ulises.
-¿Irán también tras Eviel (Pérez Magaña)?-, le pregunto.
-Eviel no se qué tanta responsabilidad tenga, pero sí se debe auditar su paso por la administración y deslindarse responsabilidades.
El ex dirigente de la Appo vuelve a los buenos tiempos. Llamadas van y vienen, el celular no para de sonar. Habla incluso del “buen ambiente” que percibe ahora en las calles de Oaxaca, tras el resultado de las elecciones que sacaron al PRI del poder. Cree que eso ayudará a que Ulises no intente dejarles algunas bombas sembradas en el camino.
Seis meses es mucho tiempo. Y ese es el tiempo que se abre desde el momento de la elección hasta que toma posesión el nuevo gobernador. Es “un vacío terrible”, apunta Flavio Sosa. Lapso que se vuelve más pesado si los gobernadores saliente y entrante no pueden ni verse y la traen jurada desde hace años, cuando ambos contendieron juntos por la gubernatura.
Muestra ya de lo que hay de por medio es el silencio de Ulises frente a Gabino aún y cuando ya pasaron ocho días de la jornada electoral, de que ya el candidato del PRI reconoció su derrota y de que Gabino Cué recibió este fin de semana su constancia de mayoría.
Pero lo que acontece ahora en la tierra de Juárez no pasa sólo por el tamiz local y la animadversión entre unos y otros, pasa también por los rejuegos que a nivel nacional se están dando en otras de las entidades en que hubo elecciones, donde negociaciones, jaloneos, manoteos y demás no paran.
Bajo ese panorama, la alternancia y una transición semi decente en Oaxaca dependerá en buena medida de los acuerdos que la dirigencia nacional logre en otras entidades. Sin descontar, por supuesto, la posibilidad de que el PRI lleve la elección de Oaxaca a tribunales “nomás por joder”.
Y entre más suena la posibilidad de crear una Comisión de la Verdad para investigar los sucesos del 2006, los priistas más se envaran y se irritan. Pero no se van a dejar. De aquí al primero de diciembre, aseguran en el tricolor, a Gabino Cué “lo vamos a doblegar”. Ya comenzaron, el silencio es el primer paso.
Comentarios