Francisco Garfias
No hace mucho escuché al senador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, decir, muy en corto, que sólo aceptaría dialogar directamente con el Presidente Calderón. Nada de intermediarios. Y no es que viera mal a Fernando Gómez Mont, pero el poco o nulo respaldo de Los Pinos a los compromisos asumidos por el secretario de Gobernación (fue “testigo de honor” en el abortado pacto antialianzas en el Estado de México) lo tiene inhabilitado como interlocutor válido con la oposición.
Gómez Mont ya se va. Lo confirmamos ayer con fuentes de alto nivel. No le bastó ser hombre de diálogo, serio, respetado. Empeñó su palabra. No pudo sostenerla. No dependía de él. Ese es el problema. Fue víctima de un doble juego. Lo sabe él; lo saben en el PAN, lo saben en la presidencia de la República. Ya no era útil. Sus amigos del PRI no confiaban en él, por razones obvias; sus críticos del PRD, PT, y Convergencia tampoco. Firmó el pacto a sus espaldas.
Hay nombres que se manejan para el relevo. Uno sonaba con insistencia era el de Roberto Gil. A este joven lo sacaron de la Cámara de Diputados para llevarlo a Bucareli como subsecretario de Gobiero. Su capacidad de interlocución con el resto de las fuerzas políticas lo colocaba como fuerte aspirante. Ya entrada la noche nos enteramos que no será él. Otro mencionado es Javier Lozano Alarcón, pero su pésima relación con los sindicatos, con la izquierda y con el PRI, parecían descalificarlo.
* * *
Las palabras de Manlio regresaron a mi memoria con el encuentro que el sonorense sostuvo ayer con el Presidente Calderón en Los Pinos. No podía ser más oportuno. Las relaciones entre el Ejecutivo y el PRI, la primera fuerza política del país, no están en su mejor momento.
El triunfo de los candidatos del tricolor en Durango, Hidalgo y Veracruz ha prolongado la tensión política. Ayer mismo, Beatriz Paredes le recordaba al primer mandatario que la diferencia con la que el candidato del PRI, Javier Duarte, ganó en Veracruz es seis veces mayor a la ventaja que él obtuvo en las elecciones presidenciales del 2006. ¿Se le habrá olvidado a la tlaxcalteca que para dirimir los conflictos post electorales están los tribunales, o estaría pidiéndole al presidente el manotazo que permita los acuerdos políticos? Son preguntas
Nada dice el comunicado oficial del encuentro Calderón-Beltrones sobre los pasados comicios. Tampoco la tarjeta informativa que el equipo del senador dio a conocer después de la reunión. Pero puede usted jurar que inevitablemente lo abordaron. Es el tema que va a detonar lo que sigue.
En el entorno de Beltrones dicen que el senador pugnó ante el Presidente por retomar la agenda de reformas legislativas en temas como la reforma del Estado, la modernización del régimen político y los órganos regulados del Estado mexicano. “Le dijo que las prioridades del grupo parlamentario del PRI son la promoción de mayor transparencia y rendición de cuentas, crecimiento, empleo y combate a la pobreza”, dice la tarjeta informativa.
El comunicado de la presidencia pone énfasis en el tema de la seguridad. El llamado al diálogo de Felipe Calderón, hecho después del asesinato del candidato del PRI en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, era, primordialmente, para discutir como afinar la estrategia de combate al crimen organizado.
Beltrones es el primer priista que responde positivamente al llamado presidencial. Es la cuarta vez que va a Los Pinos desde el 13 de febrero del 2009. Ese día acudió solo a la residencia oficial. Discutió con el primer mandatario temas parlamentarios. La segunda fue el 28 de agosto.. El presidente lo invitó a celebrar su cumpleaños. El 12 de octubre de ese año volvió por tercera vez. Acompañó a Beatriz, en su calidad de presidenta del PRI. Desde entonces no había vuelto.
* * *
Patricia Flores, jefa la oficina de la Presidencia, se va también. Los constantes pleitos en el equipo del presidente Calderón obligaron su salida. Ella hacia cabeza de grupo. Se la cortaron. El lugar donde irá era ayer motivo de especulaciones. Unos la veían en Fonatur, otros en una embajada. No tardaremos en saberlo.
No hace mucho escuché al senador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, decir, muy en corto, que sólo aceptaría dialogar directamente con el Presidente Calderón. Nada de intermediarios. Y no es que viera mal a Fernando Gómez Mont, pero el poco o nulo respaldo de Los Pinos a los compromisos asumidos por el secretario de Gobernación (fue “testigo de honor” en el abortado pacto antialianzas en el Estado de México) lo tiene inhabilitado como interlocutor válido con la oposición.
Gómez Mont ya se va. Lo confirmamos ayer con fuentes de alto nivel. No le bastó ser hombre de diálogo, serio, respetado. Empeñó su palabra. No pudo sostenerla. No dependía de él. Ese es el problema. Fue víctima de un doble juego. Lo sabe él; lo saben en el PAN, lo saben en la presidencia de la República. Ya no era útil. Sus amigos del PRI no confiaban en él, por razones obvias; sus críticos del PRD, PT, y Convergencia tampoco. Firmó el pacto a sus espaldas.
Hay nombres que se manejan para el relevo. Uno sonaba con insistencia era el de Roberto Gil. A este joven lo sacaron de la Cámara de Diputados para llevarlo a Bucareli como subsecretario de Gobiero. Su capacidad de interlocución con el resto de las fuerzas políticas lo colocaba como fuerte aspirante. Ya entrada la noche nos enteramos que no será él. Otro mencionado es Javier Lozano Alarcón, pero su pésima relación con los sindicatos, con la izquierda y con el PRI, parecían descalificarlo.
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Las palabras de Manlio regresaron a mi memoria con el encuentro que el sonorense sostuvo ayer con el Presidente Calderón en Los Pinos. No podía ser más oportuno. Las relaciones entre el Ejecutivo y el PRI, la primera fuerza política del país, no están en su mejor momento.
El triunfo de los candidatos del tricolor en Durango, Hidalgo y Veracruz ha prolongado la tensión política. Ayer mismo, Beatriz Paredes le recordaba al primer mandatario que la diferencia con la que el candidato del PRI, Javier Duarte, ganó en Veracruz es seis veces mayor a la ventaja que él obtuvo en las elecciones presidenciales del 2006. ¿Se le habrá olvidado a la tlaxcalteca que para dirimir los conflictos post electorales están los tribunales, o estaría pidiéndole al presidente el manotazo que permita los acuerdos políticos? Son preguntas
Nada dice el comunicado oficial del encuentro Calderón-Beltrones sobre los pasados comicios. Tampoco la tarjeta informativa que el equipo del senador dio a conocer después de la reunión. Pero puede usted jurar que inevitablemente lo abordaron. Es el tema que va a detonar lo que sigue.
En el entorno de Beltrones dicen que el senador pugnó ante el Presidente por retomar la agenda de reformas legislativas en temas como la reforma del Estado, la modernización del régimen político y los órganos regulados del Estado mexicano. “Le dijo que las prioridades del grupo parlamentario del PRI son la promoción de mayor transparencia y rendición de cuentas, crecimiento, empleo y combate a la pobreza”, dice la tarjeta informativa.
El comunicado de la presidencia pone énfasis en el tema de la seguridad. El llamado al diálogo de Felipe Calderón, hecho después del asesinato del candidato del PRI en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, era, primordialmente, para discutir como afinar la estrategia de combate al crimen organizado.
Beltrones es el primer priista que responde positivamente al llamado presidencial. Es la cuarta vez que va a Los Pinos desde el 13 de febrero del 2009. Ese día acudió solo a la residencia oficial. Discutió con el primer mandatario temas parlamentarios. La segunda fue el 28 de agosto.. El presidente lo invitó a celebrar su cumpleaños. El 12 de octubre de ese año volvió por tercera vez. Acompañó a Beatriz, en su calidad de presidenta del PRI. Desde entonces no había vuelto.
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Patricia Flores, jefa la oficina de la Presidencia, se va también. Los constantes pleitos en el equipo del presidente Calderón obligaron su salida. Ella hacia cabeza de grupo. Se la cortaron. El lugar donde irá era ayer motivo de especulaciones. Unos la veían en Fonatur, otros en una embajada. No tardaremos en saberlo.
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