Eje Central
Desde hace tiempo el empresario mexicano Carlos Slim se metió al terreno de las comunicaciones en el campo de batalla de Estados Unidos.
Le ha ido muy bien con América Móvil, pero le fue mal con CompUSA, que terminó vendiendo.
Luego, con su enorme liquidez, le prestó a The New York Times poco más de 257 millones de dólares que le oxigenó las finanzas y le alejó las puertas de una crisis financiera (a cambio de un paquete accionario, el mayor fuera de las acciones controladoras de la familia Sulzberger).
Hace no mucho se metió al asunto de los bienes raíces en Manhattan, uno de los cinco grandes barrios de la ciudad de Nueva York, el más caro y conocido.
En junio sacó del bolsillo 140 millones de dólares para comprar un edificio de 11 pisos para oficinas sobre la Quinta Avenida, en lo que le llaman Midtown, cerca de las torres donde se encuentran los cuarteles generales de los conglomerados mediáticos, las grandes firmas de relaciones públicas, la ONU y hasta Broadway.
En estos días, según revela The Wall Steet Journal, compró la única mansión que queda en pie sobre la Quinta Avenida, una preciosa casa tipo townhouse (de cuatro pisos por 9 metros de ancho) frente al MoMa, como le dicen al afamado Museo de Arte Moderno.
La mansión tiene 100 años y sólo ha tenido tres familias propietarias: las del dueño original Benjamín Duke, el magnate tabacalero, Tamir Sapir, superpetrolero ruso, y ahora Slim.
¿El precio?: 44 millones de dólares. No se espanten. Logró una rebaja de seis del costo puesto por el corredor de bienes raíces.
Desde hace tiempo el empresario mexicano Carlos Slim se metió al terreno de las comunicaciones en el campo de batalla de Estados Unidos.
Le ha ido muy bien con América Móvil, pero le fue mal con CompUSA, que terminó vendiendo.
Luego, con su enorme liquidez, le prestó a The New York Times poco más de 257 millones de dólares que le oxigenó las finanzas y le alejó las puertas de una crisis financiera (a cambio de un paquete accionario, el mayor fuera de las acciones controladoras de la familia Sulzberger).
Hace no mucho se metió al asunto de los bienes raíces en Manhattan, uno de los cinco grandes barrios de la ciudad de Nueva York, el más caro y conocido.
En junio sacó del bolsillo 140 millones de dólares para comprar un edificio de 11 pisos para oficinas sobre la Quinta Avenida, en lo que le llaman Midtown, cerca de las torres donde se encuentran los cuarteles generales de los conglomerados mediáticos, las grandes firmas de relaciones públicas, la ONU y hasta Broadway.
En estos días, según revela The Wall Steet Journal, compró la única mansión que queda en pie sobre la Quinta Avenida, una preciosa casa tipo townhouse (de cuatro pisos por 9 metros de ancho) frente al MoMa, como le dicen al afamado Museo de Arte Moderno.
La mansión tiene 100 años y sólo ha tenido tres familias propietarias: las del dueño original Benjamín Duke, el magnate tabacalero, Tamir Sapir, superpetrolero ruso, y ahora Slim.
¿El precio?: 44 millones de dólares. No se espanten. Logró una rebaja de seis del costo puesto por el corredor de bienes raíces.
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