Prensa Latina
La muerte de uno de los principales cabecillas del cartel de Sinaloa, Ignacio (Nacho) Coronel Villareal, en enfrentamiento con militares en Jalisco, centro-occidente de México, podría desatar más violencia entre narcotraficantes, estiman expertos nacionales.
La Secretaría de la Defensa Nacional confirmó que el deceso tuvo lugar cuando el capo trató de evadir la detención y al huir perdió la vida en la refriega, ocurrida en el municipio de Zapopan.
Para especialistas en narcotráfico y fuerzas armadas, el fallecimiento de Coronel Villarreal provocará una escalada inmediata de violencia en Nayarit, Colima y Jalisco.
En esos estados operaban personas al servicio del buscado delincuente y tras su desaparición física el grupo Los Zetas intentará arrebatar el control territorial de esas entidades para el tráfico y distribución de drogas.
Para el ex fiscal antidroga Samuel González Ruiz, tendrá lugar una sucesión ordenada de los grupos del cartel del Pacífico-Sinaloa, pues Nacho no era la pieza más importante de esa agrupación criminal, sólo controlaba 20 por ciento de las acciones delictivas y de las ganancias de ese cartel.
José Luis Piñeyro, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, refirió que otra consecuencia del fallecimiento del delincuente podrá ser la fragmentación y el surgimiento de minicarteles.
Pero resultaría algo muy improbable que la detención de los grandes capos de la droga vaya a reducir de forma significativa el narcotráfico en México, dijo el profesor consultado por el diario La Jornada.
Después de golpes militares, el grupo criminal afectado pasa por un período de recomposición interna o de alianzas con otros carteles, lo que debilitará muy poco al de Sinaloa, señalaron ambos entrevistados.
Según González Ruiz, con la desaparición física de Coronel Villarreal para nada podría afirmarse que se haya debilitado el cartel de Sinaloa.
Ese grupo, explicó, no opera como estructura unitaria o ejército militar; está compuesto por distintos niveles de asociación y agrupaciones.
Ayer el presidente Felipe Calderón ratificó que su gobierno profundizará la lucha contra el hampa.
"Seguiremos firmes en el combate a la delincuencia que afecta nuestras sociedades, que afecta a nuestras comunidades. Vamos a profundizar el esfuerzo", indicó el mandatario.
La muerte de uno de los principales cabecillas del cartel de Sinaloa, Ignacio (Nacho) Coronel Villareal, en enfrentamiento con militares en Jalisco, centro-occidente de México, podría desatar más violencia entre narcotraficantes, estiman expertos nacionales.
La Secretaría de la Defensa Nacional confirmó que el deceso tuvo lugar cuando el capo trató de evadir la detención y al huir perdió la vida en la refriega, ocurrida en el municipio de Zapopan.
Para especialistas en narcotráfico y fuerzas armadas, el fallecimiento de Coronel Villarreal provocará una escalada inmediata de violencia en Nayarit, Colima y Jalisco.
En esos estados operaban personas al servicio del buscado delincuente y tras su desaparición física el grupo Los Zetas intentará arrebatar el control territorial de esas entidades para el tráfico y distribución de drogas.
Para el ex fiscal antidroga Samuel González Ruiz, tendrá lugar una sucesión ordenada de los grupos del cartel del Pacífico-Sinaloa, pues Nacho no era la pieza más importante de esa agrupación criminal, sólo controlaba 20 por ciento de las acciones delictivas y de las ganancias de ese cartel.
José Luis Piñeyro, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, refirió que otra consecuencia del fallecimiento del delincuente podrá ser la fragmentación y el surgimiento de minicarteles.
Pero resultaría algo muy improbable que la detención de los grandes capos de la droga vaya a reducir de forma significativa el narcotráfico en México, dijo el profesor consultado por el diario La Jornada.
Después de golpes militares, el grupo criminal afectado pasa por un período de recomposición interna o de alianzas con otros carteles, lo que debilitará muy poco al de Sinaloa, señalaron ambos entrevistados.
Según González Ruiz, con la desaparición física de Coronel Villarreal para nada podría afirmarse que se haya debilitado el cartel de Sinaloa.
Ese grupo, explicó, no opera como estructura unitaria o ejército militar; está compuesto por distintos niveles de asociación y agrupaciones.
Ayer el presidente Felipe Calderón ratificó que su gobierno profundizará la lucha contra el hampa.
"Seguiremos firmes en el combate a la delincuencia que afecta nuestras sociedades, que afecta a nuestras comunidades. Vamos a profundizar el esfuerzo", indicó el mandatario.
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