AMLO, primer capítulo

Martha Anaya / Crónica de Política

Si para los seguidores de Andrés Manuel López Obrador el acto de ayer en el zócalo significó, sin duda alguna, que el tabasqueño será el candidato de la izquierda en 2012, para muchos otros no es tal y se aprestan a contenerlo.

Si los lopezobradoristas piensan que con la demostración de fuerza del domingo ya doblaron los brazos de Marcelo Ebrard, Manuel Camacho Solís y de los “Chuchos”, pues tampoco debieran cantar victoria.

Si en el movimiento del Peje algunos dan por seguro que el Partido del Trabajo ofrecerá su membrete para la candidatura presidencial de López Obrador, más valdría que se fueran con tiento con sus actuales aliados.

Las reacciones provocadas por el lanzamiento formal de Andrés Manuel para contender por el Presidencia de la República en el 2012 comenzaron a mostrar ayer su rostro y a delinear la ruta por la que intentarán acotarlo:

Primero: los perredistas solicitarán al IFE “que norme lo que pueden y no pueden hacer los precandidatos presidenciales, de acuerdo con las reglas de sus partidos”.

Segundo: demostrar que AMLO es ya, oficialmente, precandidato presidencial para obligarlo a que se sujete a la norma que fije su partido, es decir, el PRD y no que se siga moviendo por la libre y continúe recorriendo el país cobijado bajo el paraguas del “movimiento”.

Tercero: adelantar fechas y lanzar otras candidaturas.

Cuarto: operar políticamente en los meses por venir para, llegado el momento, “convencer” al PT y a Convergencia de no otorgarle el registro a Andrés Manuel.

Ese es parte del plan que se está delineando desde el DIA (Diálogo para la Reconstrucción de México) para enfrentar al ex candidato presidencial en sus aspiraciones y evitar que les gane de mano la partida en la candidatura para el 2012.

Ven y saben que AMLO va con todo por esa posición, que se moverá en un terreno que, de confrontarlo sin inteligencia, bien puede derivar en la salida de López Obrador del PRD y/o en el fracaso del cacareado candidato de unidad de las izquierdas.

Pero ambos grupos han decidido caminar por el filo de la navaja hacia esa fecha. Andrés Manuel ya dijo que va con su movimiento por el 2012 –no mencionó bajo qué partido—y que seguirá recorriendo el país. Desde el DIA (y seguramente con el apoyo del PRI y del gobierno, además de la dirigencia del PRD) iniciarán su propia ruta para contenerlo.

Bien delineó ayer el senador Carlos Navarrete (miembro de los “Chuchos”) lo que se viene. Con tacto, pero con jiribilla, dio la bienvenida “a la primera candidatura formal de las fuerzas de izquierda”. Andrés Manuel, subrayó, “tiene el honroso cargo de precandidato presidencial para el 2012.”

Acto seguido mencionó así como al pasar: “ya habrá tiempo de que tanto los partidos, PRD, PT y Convergencia, como en Instituto Federal Electoral normen lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer los precandidatos presidenciales, de acuerdo con las reglas de sus partidos”. Lo cual podría, por ejemplo, prohibir que AMLO recorriera el país de nueva cuenta puesto que ya sería considerado precandidato.

Insistió luego en que “por ahí de octubre o diciembre de 2011” (Uffff!), el PRD, PT y Convergencia tendrían que determinar bajo qué método medir quién de los candidatos formales que se presenten tiene mejores preferencias y condiciones para competir y elegir así a un candidato único.

Por ahora, precisó Navarrete, digamos que “apenas está empezando a escribirse esta historia y el primer capítulo ya está escrito: un precandidato presidencial que se llama Andrés Manuel López Obrador”.

Es su punto de vista. AMLO tiene otra apuesta: una historia de un solo capítulo.

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