Álvaro Cepeda Neri
Marcelo Ebrard (quien anda haciendo precampaña por la candidatura presidencial del PRD de Los Chuchos y Camacho, gestando la traición a López Obrador), había ya suscrito un compromiso con Amalia García, la todavía gobernadora de Zacatecas, donde gobernó y administró al estilo del despotismo matriarcal y con nepotismo para ayudar a su familia (sobre todo a su hija, a quien sondeó poner como sucesora), para que ésta fuera postulada a la jefatura de la ciudad de México. Pero como del plato a la boca se cae la sopa, resulta que con la arrasadora victoria del PRI recobrando la gubernatura, la señora, de diminuta figura, ha perdido toda posibilidad... a menos que echada por la borda del ebradorismo, el camachismo y el chuchismo, sea aceptada por el PRD de López Obrador... ¡Y en una de esas hasta se vaya al PRI, donde hasta este momento no tienen un candidato ni candidata al menos famosa. Salvo que los priístas se quieran deshacer de la perdedora Beatriz Paredes, la bolerista y cantautora que le fascina la bohemia.
Amalia García, por su abuso de poder y su imposición del candidato del PRD de Zacatecas, con el apoyo (financiero y su constante presencia) de Marcelo, permitió que el PRI ganara el cargo de manera apabullante en las urnas. Así, perdió hacha, cabalaza y miel. Y con el hacha sus advesarios y enemigos la van a partir políticamente en pedazos. Empero, sus ligas con Calderón (éste haciendo hasta lo imposible para que el PRI no regrese a la presidencia de la República y ser él quien la devuelva), aseguran que Amalia podría ser candidata del PAN en la capital del país para heredar a Ebrard la jefatura de la ciudad.
Descuartizada políticamente, la señora García es una perredista al agua y sus patadas de ahogada apenas le servirán para ver si algún piadoso de los chuchos quisiera aventarle un salvavidas. Pues, Marcelo Ebrard ya pintó su raya tras la espantosa derrota zacatecana... lo cual nos trae a la memoria la Toma de Zacatecas por mi General Pancho Villa, apenas mencionado por los calderonistas de las fiestas del Centenario de la Revolución. Le quitaron a la ya por muy poco tiempo gobernadora, el hacha y por lo tanto no podrá partir la calabaza y menos ponerle el piloncillo para hacer la miel. Y se queda con el sabor a hiel en la boca, porque hizo un coraje entripado.
Y así los varios PRD, como las facciones del PAN (la de Calderón, el traidor y pseudoperiodista de Espino; el de Creel y el de Javier Corral, entre otros) se desmoronan, sobreviviendo AMLO, el de los casi 15 millones de votos, como el capital político. Y los lópezobradoristas no ven con buenos ojos a doña Amalia (este nombre nos recuerda el de la esposa de mi General Lázaro Cárdenas: Doña Amalia Solórzano, la única de la época posrevolucionaria que merece el título de Primera Dama). Las tribus perredistas están de luto y no es para menos la toma de Zacatecas por el PRI. Se quedaron los ebradoristas sin precandidata para la ciudad de México... y ese mismo PRI también se les puede aparecer a los panistas.
Marcelo Ebrard (quien anda haciendo precampaña por la candidatura presidencial del PRD de Los Chuchos y Camacho, gestando la traición a López Obrador), había ya suscrito un compromiso con Amalia García, la todavía gobernadora de Zacatecas, donde gobernó y administró al estilo del despotismo matriarcal y con nepotismo para ayudar a su familia (sobre todo a su hija, a quien sondeó poner como sucesora), para que ésta fuera postulada a la jefatura de la ciudad de México. Pero como del plato a la boca se cae la sopa, resulta que con la arrasadora victoria del PRI recobrando la gubernatura, la señora, de diminuta figura, ha perdido toda posibilidad... a menos que echada por la borda del ebradorismo, el camachismo y el chuchismo, sea aceptada por el PRD de López Obrador... ¡Y en una de esas hasta se vaya al PRI, donde hasta este momento no tienen un candidato ni candidata al menos famosa. Salvo que los priístas se quieran deshacer de la perdedora Beatriz Paredes, la bolerista y cantautora que le fascina la bohemia.
Amalia García, por su abuso de poder y su imposición del candidato del PRD de Zacatecas, con el apoyo (financiero y su constante presencia) de Marcelo, permitió que el PRI ganara el cargo de manera apabullante en las urnas. Así, perdió hacha, cabalaza y miel. Y con el hacha sus advesarios y enemigos la van a partir políticamente en pedazos. Empero, sus ligas con Calderón (éste haciendo hasta lo imposible para que el PRI no regrese a la presidencia de la República y ser él quien la devuelva), aseguran que Amalia podría ser candidata del PAN en la capital del país para heredar a Ebrard la jefatura de la ciudad.
Descuartizada políticamente, la señora García es una perredista al agua y sus patadas de ahogada apenas le servirán para ver si algún piadoso de los chuchos quisiera aventarle un salvavidas. Pues, Marcelo Ebrard ya pintó su raya tras la espantosa derrota zacatecana... lo cual nos trae a la memoria la Toma de Zacatecas por mi General Pancho Villa, apenas mencionado por los calderonistas de las fiestas del Centenario de la Revolución. Le quitaron a la ya por muy poco tiempo gobernadora, el hacha y por lo tanto no podrá partir la calabaza y menos ponerle el piloncillo para hacer la miel. Y se queda con el sabor a hiel en la boca, porque hizo un coraje entripado.
Y así los varios PRD, como las facciones del PAN (la de Calderón, el traidor y pseudoperiodista de Espino; el de Creel y el de Javier Corral, entre otros) se desmoronan, sobreviviendo AMLO, el de los casi 15 millones de votos, como el capital político. Y los lópezobradoristas no ven con buenos ojos a doña Amalia (este nombre nos recuerda el de la esposa de mi General Lázaro Cárdenas: Doña Amalia Solórzano, la única de la época posrevolucionaria que merece el título de Primera Dama). Las tribus perredistas están de luto y no es para menos la toma de Zacatecas por el PRI. Se quedaron los ebradoristas sin precandidata para la ciudad de México... y ese mismo PRI también se les puede aparecer a los panistas.
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