Teodoro Rentería Arróyave
Lo peor que le puede suceder a un país, es que los seres humanos que lo conforman sientan, piensen, acepten que la violencia con todas sus secuelas de muerte, degeneración, corrupción, marginación, pobreza y desquiciamiento social son cosas comunes y que empecemos a convivir con las mismas como algo cotidiano en estos tiempos de zozobra y humillación colectiva.
Desde hace mucho tiempo los periodistas hemos señalado a todos aquellos, principalmente miembros o actores de la política, que le apuestan a contrapelo de la democracia, al enfrentamiento, al insulto, a las descalificaciones y por tanto a la violencia.
Desde el gobierno federal, impunemente se les califica a los defensores de los derechos humanos “tontos inútiles” y a los periodistas culpables de la violencia. Ignoramos que cifras o que hechos requieren estos funcionarios para tener cuando menos la dignidad de renunciar.
Por lo pronto habría que decirles que ya suman 107 los periodistas asesinados de 1983 a la fecha, 41 de ellos en lo que va de la actual administración federal panista -uno por mes-, permanecen 12 comunicadores desaparecidos, además de los asesinatos de dos candidatos en Tamaulipas, uno priísta a la gubernatura y otro panista a una alcaldía.
En consecuencia nuevamente el gremio organizado emite la carta pública dirigida en primer lugar al presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y que a la letra dice:
“Los homicidios de los colegas Juan Francisco Rodríguez Ríos, dirigente de la sección 34 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, en Coyuca de Benítez, Guerrero, y de Miguel Ángel Bueno Méndez, reportero del Diario Nuestro Distrito, en Huixquilucan, Estado de México, ratifican la necesidad urgente de asumir acciones concretas desde el gobierno federal y las entidades federativas, para ampliar la protección a la libre expresión de las ideas, específicamente al trabajo periodístico.
Juan Francisco se desempeñaba como corresponsal del periódico El Sol de Acapulco, en el municipio de Coyuca de Benítez, en el Estado de Guerrero. Como muchos de los periodistas, que tienen que realizar diversas actividades para ayudarse económicamente, el colega tenía un negocio –un café internet-, en donde fue asesinado a tiros junto con su esposa, María Elvira Hernández Galeana. Los hechos ocurrieron este lunes a las 21:30 horas, perpetrados por dos sujetos que utilizaron pistolas calibre .380.
Por lo que respecta al otro crimen, el compañero Miguel Ángel Bueno Méndez fue “levantado” y ejecutado junto con otra persona. El cuerpo del periodista fue encontrado en el camino nuevo a Huixquilucan, en la colonia Canteras, en los límites con el municipio de Naucalpan, dentro de un vehículo Ford Ghia, con placas de circulación MMS 2207.
Con estos dos crímenes suman 107 los colegas asesinados de 1983 a la fecha, 41 en lo que va de la actual administración federal.
El periodismo organizado del país exige el castigo a los responsables de estos reprobables sucesos y demanda la creación de la Comisión de Riesgo, como un instrumento nacional que demuestre auténtica voluntad política de la autoridad federal por atender la situación crítica de violencia que vive la libre expresión de las ideas.
Firman el documento: Roberto Piñón Olivas y Raúl Gómez Espinosa, presidente y secretario general de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, respectivamente y el autor vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas FELAP-México.
Lo peor que le puede suceder a un país, es que los seres humanos que lo conforman sientan, piensen, acepten que la violencia con todas sus secuelas de muerte, degeneración, corrupción, marginación, pobreza y desquiciamiento social son cosas comunes y que empecemos a convivir con las mismas como algo cotidiano en estos tiempos de zozobra y humillación colectiva.
Desde hace mucho tiempo los periodistas hemos señalado a todos aquellos, principalmente miembros o actores de la política, que le apuestan a contrapelo de la democracia, al enfrentamiento, al insulto, a las descalificaciones y por tanto a la violencia.
Desde el gobierno federal, impunemente se les califica a los defensores de los derechos humanos “tontos inútiles” y a los periodistas culpables de la violencia. Ignoramos que cifras o que hechos requieren estos funcionarios para tener cuando menos la dignidad de renunciar.
Por lo pronto habría que decirles que ya suman 107 los periodistas asesinados de 1983 a la fecha, 41 de ellos en lo que va de la actual administración federal panista -uno por mes-, permanecen 12 comunicadores desaparecidos, además de los asesinatos de dos candidatos en Tamaulipas, uno priísta a la gubernatura y otro panista a una alcaldía.
En consecuencia nuevamente el gremio organizado emite la carta pública dirigida en primer lugar al presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y que a la letra dice:
“Los homicidios de los colegas Juan Francisco Rodríguez Ríos, dirigente de la sección 34 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, en Coyuca de Benítez, Guerrero, y de Miguel Ángel Bueno Méndez, reportero del Diario Nuestro Distrito, en Huixquilucan, Estado de México, ratifican la necesidad urgente de asumir acciones concretas desde el gobierno federal y las entidades federativas, para ampliar la protección a la libre expresión de las ideas, específicamente al trabajo periodístico.
Juan Francisco se desempeñaba como corresponsal del periódico El Sol de Acapulco, en el municipio de Coyuca de Benítez, en el Estado de Guerrero. Como muchos de los periodistas, que tienen que realizar diversas actividades para ayudarse económicamente, el colega tenía un negocio –un café internet-, en donde fue asesinado a tiros junto con su esposa, María Elvira Hernández Galeana. Los hechos ocurrieron este lunes a las 21:30 horas, perpetrados por dos sujetos que utilizaron pistolas calibre .380.
Por lo que respecta al otro crimen, el compañero Miguel Ángel Bueno Méndez fue “levantado” y ejecutado junto con otra persona. El cuerpo del periodista fue encontrado en el camino nuevo a Huixquilucan, en la colonia Canteras, en los límites con el municipio de Naucalpan, dentro de un vehículo Ford Ghia, con placas de circulación MMS 2207.
Con estos dos crímenes suman 107 los colegas asesinados de 1983 a la fecha, 41 en lo que va de la actual administración federal.
El periodismo organizado del país exige el castigo a los responsables de estos reprobables sucesos y demanda la creación de la Comisión de Riesgo, como un instrumento nacional que demuestre auténtica voluntad política de la autoridad federal por atender la situación crítica de violencia que vive la libre expresión de las ideas.
Firman el documento: Roberto Piñón Olivas y Raúl Gómez Espinosa, presidente y secretario general de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, respectivamente y el autor vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas FELAP-México.
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