Campos Elíseos / Katia D'Artigues
Hoy se cumplen sesenta días del secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Las diez cosas que sabemos:
1. Fuentes de primer nivel del Gobierno aseguran que es un secuestro realizado por profesionales que le extirparon su chip.
2. Tan profesionales que se adelantaban a lo que hacía la “inteligencia” del Estado. Como cuando intentaron tomar huellas digitales del teléfono público desde donde hablaron; contestaron con una foto y la amenaza de matar a Diego.
3. Su familia pidió a la PGR y la estatal retirarse… y lo hicieron abdicando a su papel como Estado. Se negocia ahora con un grupo extranjero.
4. Los hijos de Diego contactaron a controvertido general experto en guerrilla: Acosta Chaparro. Se retiró tras ser agredido a balazos.
5. Sus captores pidieron 50 mdd y la negociación ahora anda en 30 mdd.
6. Los secuestradores dejan recados en iglesias, tal y como fue en el secuestro de otro ícono: Fernando Gutiérrez Barrios. También por correo electrónico.
7. El EPR dice que no lo tiene. Pero expertos señalan todavía a un grupo escindido: el TDR, Tendencia Democrática Revolucionaria. 8. Empresarios secuestrados por tiempos largos, como Alfredo Harp Helú o Joaquín Vargas, ven similitudes…
9. También podría ser secuestro por venganza de algún controvertido caso que litigaba. Salvador García Soto ayer mencionó a un grupo de empresarios vinculados al narco en Quintana Roo.
10. A sus 69 años de edad, Diego estaba dejando en claro su herencia entre sus hijos, su nieto Diego (a quien le tiene prohibido decirle “abuelo”); su exesposa, Claudia, y su nueva pareja sentimental, la treintañera Liliana León, a quien le construyó la famosa “Carretera del amor”. Vaya afinando su garganta para cantar “Las Golondrinas”. En Los Pinos habrían tomado ya una decisión: cambiar el gabinete. Se necesita para tender puentes con el PRI… hasta que la próxima elección los separe. De regreso a su despacho o a Harvard o a esperar ser candidato a Ministro de la Suprema Corte con una escala en Alaska, se iría Fernando Gómez Mont.
Quedó damnificado tras acuerdos incumplidos, falta de comunicación —en el mejor de los casos— con el Presidente. Enfrentado con el PAN, con el PRI (quien no le perdona que un secretario de Gobernación no cumpla su palabra) y con los defensores de derechos humanos a quienes llamó “tontos útiles”. Quedó medio huérfano sin su mediador de cabecera tras la desaparición de Diego Fernández.
Ayer le preguntaban si creía que el Presidente lo mantuviera en su puesto a lo que respondió, al estilo de “El Jefe” Diego: “Yo sólo creo en Dios”. Otra que dejaría su puesto sería la “Mujer más poderosa de México”, como la bautizó la revista Quién: Patricia Flores, la única con derecho de picaporte presidencial. Y la que dos días antes de las elecciones comió con Peña Nieto.
Señalada como la creadora de la estrategia de filtración de llamadas a gobernadores, eso significaría darle su cabeza al PRI. O alguna “Salomé” cumpleañera este mes. O lo contrario: que fuera la primera secretaria de Gobernación del país. ¿O de algo más? Porque el Presidente quiere retomar la política. Por eso fue ayer “El Jefe” Manlio Fabio Beltrones. Se necesita tras la declaración de Beatriz Paredes, en otros tiempos compañera de bohemias del Presidente, tras recordarle que él ganó por 0.5 por ciento y ellos en Veracruz (el segundo estado más poblado del país) por seis veces más: 3 por ciento.
Por cierto, un chiste que le leí a Liébano Sáenz en Twitter (@liebano): “El perro es el mejor amigo del hombre, pero el mejor amigo del político es el chivo expiatorio”. Primero dijo que debíamos preocuparnos por las sequías, luego las inundaciones. ¿Quién? José Luis Luege, director de Conagua. Hoy en el blog: http://blogs.eluniversal.com.mx/camposeliseos. Hoy recuerdo a Daré Omar Valenzuela Contreras, quien no debió morir en la Guardería ABC.
Por inequidad en medios, tope de gastos de campaña rebasados, irregularidades en el proceso electoral, uso de recursos públicos, mañana Xóchitl Gálvez pedirá la anulación de la elección en Hidalgo
Hoy se cumplen sesenta días del secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Las diez cosas que sabemos:
1. Fuentes de primer nivel del Gobierno aseguran que es un secuestro realizado por profesionales que le extirparon su chip.
2. Tan profesionales que se adelantaban a lo que hacía la “inteligencia” del Estado. Como cuando intentaron tomar huellas digitales del teléfono público desde donde hablaron; contestaron con una foto y la amenaza de matar a Diego.
3. Su familia pidió a la PGR y la estatal retirarse… y lo hicieron abdicando a su papel como Estado. Se negocia ahora con un grupo extranjero.
4. Los hijos de Diego contactaron a controvertido general experto en guerrilla: Acosta Chaparro. Se retiró tras ser agredido a balazos.
5. Sus captores pidieron 50 mdd y la negociación ahora anda en 30 mdd.
6. Los secuestradores dejan recados en iglesias, tal y como fue en el secuestro de otro ícono: Fernando Gutiérrez Barrios. También por correo electrónico.
7. El EPR dice que no lo tiene. Pero expertos señalan todavía a un grupo escindido: el TDR, Tendencia Democrática Revolucionaria. 8. Empresarios secuestrados por tiempos largos, como Alfredo Harp Helú o Joaquín Vargas, ven similitudes…
9. También podría ser secuestro por venganza de algún controvertido caso que litigaba. Salvador García Soto ayer mencionó a un grupo de empresarios vinculados al narco en Quintana Roo.
10. A sus 69 años de edad, Diego estaba dejando en claro su herencia entre sus hijos, su nieto Diego (a quien le tiene prohibido decirle “abuelo”); su exesposa, Claudia, y su nueva pareja sentimental, la treintañera Liliana León, a quien le construyó la famosa “Carretera del amor”. Vaya afinando su garganta para cantar “Las Golondrinas”. En Los Pinos habrían tomado ya una decisión: cambiar el gabinete. Se necesita para tender puentes con el PRI… hasta que la próxima elección los separe. De regreso a su despacho o a Harvard o a esperar ser candidato a Ministro de la Suprema Corte con una escala en Alaska, se iría Fernando Gómez Mont.
Quedó damnificado tras acuerdos incumplidos, falta de comunicación —en el mejor de los casos— con el Presidente. Enfrentado con el PAN, con el PRI (quien no le perdona que un secretario de Gobernación no cumpla su palabra) y con los defensores de derechos humanos a quienes llamó “tontos útiles”. Quedó medio huérfano sin su mediador de cabecera tras la desaparición de Diego Fernández.
Ayer le preguntaban si creía que el Presidente lo mantuviera en su puesto a lo que respondió, al estilo de “El Jefe” Diego: “Yo sólo creo en Dios”. Otra que dejaría su puesto sería la “Mujer más poderosa de México”, como la bautizó la revista Quién: Patricia Flores, la única con derecho de picaporte presidencial. Y la que dos días antes de las elecciones comió con Peña Nieto.
Señalada como la creadora de la estrategia de filtración de llamadas a gobernadores, eso significaría darle su cabeza al PRI. O alguna “Salomé” cumpleañera este mes. O lo contrario: que fuera la primera secretaria de Gobernación del país. ¿O de algo más? Porque el Presidente quiere retomar la política. Por eso fue ayer “El Jefe” Manlio Fabio Beltrones. Se necesita tras la declaración de Beatriz Paredes, en otros tiempos compañera de bohemias del Presidente, tras recordarle que él ganó por 0.5 por ciento y ellos en Veracruz (el segundo estado más poblado del país) por seis veces más: 3 por ciento.
Por cierto, un chiste que le leí a Liébano Sáenz en Twitter (@liebano): “El perro es el mejor amigo del hombre, pero el mejor amigo del político es el chivo expiatorio”. Primero dijo que debíamos preocuparnos por las sequías, luego las inundaciones. ¿Quién? José Luis Luege, director de Conagua. Hoy en el blog: http://blogs.eluniversal.com.mx/camposeliseos. Hoy recuerdo a Daré Omar Valenzuela Contreras, quien no debió morir en la Guardería ABC.
Por inequidad en medios, tope de gastos de campaña rebasados, irregularidades en el proceso electoral, uso de recursos públicos, mañana Xóchitl Gálvez pedirá la anulación de la elección en Hidalgo
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