Con su triunfo se colocó en el umbral de octavos de final y dejó en la orilla a los galos
A la escuadra tricolor le bastará un empate ante Uruguay para instalarse en la siguiente ronda
Agencias
La selección mexicana enterró viejos demonios que le perseguían en sus enfrentamientos contra Francia y hoy, con su triunfo de 2-0, quedó en el umbral de octavos de final de la Copa del Mundo 2010 y dejó en la cornisa a les bleus.
El Tricolor suma ahora cuatro puntos en el grupo A, igual que su próximo rival, Uruguay –que lo aventaja en diferencia de goles–. De ese choque saldrá el ganador del sector, en el que todavía mantienen mínimas esperanzas los galos y la anfitriona Sudáfrica. Cada uno tiene un punto y jugarán entre sí el próximo martes. A uruguayos y mexicanos les bastará el empate para avanzar.
En una gélida noche, México pudo cantar el Cielito Lindo gracias a los goles y al futbol que estaban esperando en la banca.
En el estadio Peter Mokaba, ante unos 35 mil espectadores, el conjunto de Javier Aguirre estuvo cerca de marcar en el primer tiempo y sentenció en el segundo, cuando encontró la efectividad de la que venía careciendo.
A los 55 minutos el Vasco, con el propósito de romper el cero, redobló la apuesta al meter a otro delantero, el aclamado Chicharito Hernández, quien ocho minutos después dio la razón al entrenador.
Márquez mandó un servicio frontal y el ahora delantero del Manchester United capturó el balón, eludió al portero Lloris y marcó el gol con el arco vacío. Un tanto para la polémica, porque el mexicano estaba presuntamente en posición adelantada, pero el árbitro no la señaló.
Y al 79 fue el turno de Cuauhtémoc Blanco desde el punto penal, quien hacía poco había ingresado por Guille Franco.
Barrera, otro sustituto, fue derribado en el área por Abidal y el Cuau sentenció con tiro raso a la derecha del arquero Lloris para el 2-0 definitivo sobre un subcampeón mundial de pobrísimo nivel.
Las dos selecciones salieron a jugarse todo desde el arranque, conscientes de que se trataba de una verdadera final de grupo. Cada una, con sus características, buscaba el arco rival. Francia lateralizando más, México parado más atrás, pero con mayor verticalidad en sus avances.
En una remake de su debut ante Sudáfrica, el Tricolor se perdió dos goles, porque Vela y Franco hicieron todo bien, pero tiraron el balón muy por arriba de la portería.
El ingreso de Malouda desde el inicio pareció sentarle bien a les bleus porque se juntaba por derecha con Franck Ribéry y ambos exigían, aunque sin generar jugadas netas de gol. Anelka, en soledad absoluta en la delantera, bajaba y se diluía. A nadie sorprendió que el Puma se quedara en el vestuario en el descanso.
Los galos se mostraban sin resolución alguna. México en cambio estaba sólido en el fondo, beneficiado por el aporte de Héctor Moreno.
El que subía y con peligro era Carlos Salcido. Al minuto 26, el jugador del PSV Eindhoven dejó parados a dos rivales por izquierda y sacó el derechazo. Las piernas de Lloris salvaron a Francia.
Desde las tribunas, unos 15 mil hinchas del Tri eran amplia mayoría, se entusiasmaban con el olé, olé, y se daban ánimo volviendo a cantar el Cielito Lindo.
Vela se lesionó la pierna derecha y dejó su lugar a Pablo Barrera. En ese hecho empezó, quizá, a gestarse la victoria mexicana, porque el delantero de Pumas imprimió su ritmo.
En el complemento Aguirre siguió acertando con los cambios y llegaron los goles para dar a México su primera victoria en siete partidos contra los franceses, a los que en el pasado sólo habían podido sacarles un empate.
Además, el gol del Chicharito significó el número 50 de México en los mundiales.
Fue una noche histórica para el Tricolor, que le asestó un golpe casi de nocaut a Francia y pegó un salto que lo pone cerca de sellar su pasaporte a la siguiente ronda
A la escuadra tricolor le bastará un empate ante Uruguay para instalarse en la siguiente ronda
Agencias
La selección mexicana enterró viejos demonios que le perseguían en sus enfrentamientos contra Francia y hoy, con su triunfo de 2-0, quedó en el umbral de octavos de final de la Copa del Mundo 2010 y dejó en la cornisa a les bleus.
El Tricolor suma ahora cuatro puntos en el grupo A, igual que su próximo rival, Uruguay –que lo aventaja en diferencia de goles–. De ese choque saldrá el ganador del sector, en el que todavía mantienen mínimas esperanzas los galos y la anfitriona Sudáfrica. Cada uno tiene un punto y jugarán entre sí el próximo martes. A uruguayos y mexicanos les bastará el empate para avanzar.
En una gélida noche, México pudo cantar el Cielito Lindo gracias a los goles y al futbol que estaban esperando en la banca.
En el estadio Peter Mokaba, ante unos 35 mil espectadores, el conjunto de Javier Aguirre estuvo cerca de marcar en el primer tiempo y sentenció en el segundo, cuando encontró la efectividad de la que venía careciendo.
A los 55 minutos el Vasco, con el propósito de romper el cero, redobló la apuesta al meter a otro delantero, el aclamado Chicharito Hernández, quien ocho minutos después dio la razón al entrenador.
Márquez mandó un servicio frontal y el ahora delantero del Manchester United capturó el balón, eludió al portero Lloris y marcó el gol con el arco vacío. Un tanto para la polémica, porque el mexicano estaba presuntamente en posición adelantada, pero el árbitro no la señaló.
Y al 79 fue el turno de Cuauhtémoc Blanco desde el punto penal, quien hacía poco había ingresado por Guille Franco.
Barrera, otro sustituto, fue derribado en el área por Abidal y el Cuau sentenció con tiro raso a la derecha del arquero Lloris para el 2-0 definitivo sobre un subcampeón mundial de pobrísimo nivel.
Las dos selecciones salieron a jugarse todo desde el arranque, conscientes de que se trataba de una verdadera final de grupo. Cada una, con sus características, buscaba el arco rival. Francia lateralizando más, México parado más atrás, pero con mayor verticalidad en sus avances.
En una remake de su debut ante Sudáfrica, el Tricolor se perdió dos goles, porque Vela y Franco hicieron todo bien, pero tiraron el balón muy por arriba de la portería.
El ingreso de Malouda desde el inicio pareció sentarle bien a les bleus porque se juntaba por derecha con Franck Ribéry y ambos exigían, aunque sin generar jugadas netas de gol. Anelka, en soledad absoluta en la delantera, bajaba y se diluía. A nadie sorprendió que el Puma se quedara en el vestuario en el descanso.
Los galos se mostraban sin resolución alguna. México en cambio estaba sólido en el fondo, beneficiado por el aporte de Héctor Moreno.
El que subía y con peligro era Carlos Salcido. Al minuto 26, el jugador del PSV Eindhoven dejó parados a dos rivales por izquierda y sacó el derechazo. Las piernas de Lloris salvaron a Francia.
Desde las tribunas, unos 15 mil hinchas del Tri eran amplia mayoría, se entusiasmaban con el olé, olé, y se daban ánimo volviendo a cantar el Cielito Lindo.
Vela se lesionó la pierna derecha y dejó su lugar a Pablo Barrera. En ese hecho empezó, quizá, a gestarse la victoria mexicana, porque el delantero de Pumas imprimió su ritmo.
En el complemento Aguirre siguió acertando con los cambios y llegaron los goles para dar a México su primera victoria en siete partidos contra los franceses, a los que en el pasado sólo habían podido sacarles un empate.
Además, el gol del Chicharito significó el número 50 de México en los mundiales.
Fue una noche histórica para el Tricolor, que le asestó un golpe casi de nocaut a Francia y pegó un salto que lo pone cerca de sellar su pasaporte a la siguiente ronda
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