Teodoro Rentería Arróyave
El periodista y comunicador de San Miguel, Lima, Perú, Jorge Luis Tineo Rendón, analiza y describe como pocos la consabida frase: “Es una Verdad de Perogrullo”, al decir que miles de veces hemos escuchado y/o leído a periodistas, escritores, analistas, políticos, columnistas y demás profesionales ligados al ámbito de las ciencias sociales utilizar esa frase y agrega que por lo general, tiene un sentido abiertamente despectivo, como para desautorizar o minimizar el peso de alguna declaración del interlocutor.
Nada más apartado de nuestro propósito al recordarla y manejarla en esta entrega, en referencia al llamado de unidad que hizo Emilio Gamboa Patrón al asumir la Secretaría General de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, CNOP, del Partido Revolucionario Institucional, PRI, y que fue la parte medular de su discurso, porque no obstante que por sabido –el mensaje-, se debería de callar, es necesario recordarlo y mencionarlo, ya que los miembros de todo gremio lo olvidan con frecuencia y ello es el motivo del desastre en que se encuentran todos y cada uno de los partidos políticos del país.
Para nadie es un secreto, que si bien es cierto que influyeron fuerzas extrapartidarias y hasta extranjeras en la pérdida del poder del tricolor en el 2000, la verdad sea dicha, que la pulverización del PRI fue el principal elemento y quedó comprobado fehacientemente seis años después, cuando las elecciones del 2006 los sorprendió más que desunidos despedazados.
Ahora que el PRI ha empezado a recuperar a sus electores y está en la ganancia efectiva de las elecciones -las del 2009 lo convirtió en la primera fuerza política del país-, es también de mencionar que además de los magros, por decir lo menos, resultados del ó de los gobiernos panistas y perredistas, el fenómeno de desunión, más a fondo, de pugnas internas que son parte de esos desastres de gobernabilidad, es lo que ha propiciado lo que ahora se augura como el regreso del PRI.
Siempre hemos afirmado en referencia al Partido de la Revolución Democrática, que México merece un partido de izquierda, fuerte, poderoso y fundamentalmente congruente con su ideología; también, siempre hemos respetado al Partido Acción Nacional en los sentimientos humanísticos que le imprimieron sus fundadores desde la perspectiva ideología de derecha que le es propia, por ello jamás claudicaremos a nuestro análisis de que resulta una traición a los militantes, a sus historias y precisamente a sus luchas ideológicas que las dirigencias de los mismos, producto de la coyunturas actuales, se fusiones en alianzas antinatura, porque según lo han declarado, solos por su debilidad dejarían el campo libre al priísmo, es decir el poder por el poder mismo.
Prueba de todo lo que afirmamos, son las decenas de renuncias de personajes emblemáticos en ambos partidos, en forma muy grave las ocurridas en Acción Nacional, y desde luego la eterna y cada día más aguda disgregación, pulverización o división en tribus en el de la Revolución Democrática, y esto lo sostenemos porque es la realidad de los partidos, pese a los insultos y amenazas de los intolerantes anónimos que se aprovechan de la libertad que ofrece La Red.
Perogrullo es un personaje de ficción, diríamos, de lo obvio; el colega Jorge Luis Tineo Rendón, en su otra acepción, asegura que la verdad de Perogrullo, también obedece a una especie de fascinación en utilizar la frase original con el objetivo de parecer versado o de contar con recursos técnicos capaces de desbaratar cualquier argumento sin necesidad de ampliar el análisis.
Para qué más, cuando Gamboa Patrón afirma: “En esta misión, mi objetivo es promover la unidad interna. Somos parte del gran esfuerzo del priísmo nacional. La unidad es nuestro escudo, el trabajo es nuestra fortaleza. Sin unidad la ideología y la propuesta son insuficientes”. Aunque duela, el llamado, la sentencia final del político yucateco, que logró como no se había visto en una década unificar al priísmo, es válida para todos los partidos y para todo gremio.
El periodista y comunicador de San Miguel, Lima, Perú, Jorge Luis Tineo Rendón, analiza y describe como pocos la consabida frase: “Es una Verdad de Perogrullo”, al decir que miles de veces hemos escuchado y/o leído a periodistas, escritores, analistas, políticos, columnistas y demás profesionales ligados al ámbito de las ciencias sociales utilizar esa frase y agrega que por lo general, tiene un sentido abiertamente despectivo, como para desautorizar o minimizar el peso de alguna declaración del interlocutor.
Nada más apartado de nuestro propósito al recordarla y manejarla en esta entrega, en referencia al llamado de unidad que hizo Emilio Gamboa Patrón al asumir la Secretaría General de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, CNOP, del Partido Revolucionario Institucional, PRI, y que fue la parte medular de su discurso, porque no obstante que por sabido –el mensaje-, se debería de callar, es necesario recordarlo y mencionarlo, ya que los miembros de todo gremio lo olvidan con frecuencia y ello es el motivo del desastre en que se encuentran todos y cada uno de los partidos políticos del país.
Para nadie es un secreto, que si bien es cierto que influyeron fuerzas extrapartidarias y hasta extranjeras en la pérdida del poder del tricolor en el 2000, la verdad sea dicha, que la pulverización del PRI fue el principal elemento y quedó comprobado fehacientemente seis años después, cuando las elecciones del 2006 los sorprendió más que desunidos despedazados.
Ahora que el PRI ha empezado a recuperar a sus electores y está en la ganancia efectiva de las elecciones -las del 2009 lo convirtió en la primera fuerza política del país-, es también de mencionar que además de los magros, por decir lo menos, resultados del ó de los gobiernos panistas y perredistas, el fenómeno de desunión, más a fondo, de pugnas internas que son parte de esos desastres de gobernabilidad, es lo que ha propiciado lo que ahora se augura como el regreso del PRI.
Siempre hemos afirmado en referencia al Partido de la Revolución Democrática, que México merece un partido de izquierda, fuerte, poderoso y fundamentalmente congruente con su ideología; también, siempre hemos respetado al Partido Acción Nacional en los sentimientos humanísticos que le imprimieron sus fundadores desde la perspectiva ideología de derecha que le es propia, por ello jamás claudicaremos a nuestro análisis de que resulta una traición a los militantes, a sus historias y precisamente a sus luchas ideológicas que las dirigencias de los mismos, producto de la coyunturas actuales, se fusiones en alianzas antinatura, porque según lo han declarado, solos por su debilidad dejarían el campo libre al priísmo, es decir el poder por el poder mismo.
Prueba de todo lo que afirmamos, son las decenas de renuncias de personajes emblemáticos en ambos partidos, en forma muy grave las ocurridas en Acción Nacional, y desde luego la eterna y cada día más aguda disgregación, pulverización o división en tribus en el de la Revolución Democrática, y esto lo sostenemos porque es la realidad de los partidos, pese a los insultos y amenazas de los intolerantes anónimos que se aprovechan de la libertad que ofrece La Red.
Perogrullo es un personaje de ficción, diríamos, de lo obvio; el colega Jorge Luis Tineo Rendón, en su otra acepción, asegura que la verdad de Perogrullo, también obedece a una especie de fascinación en utilizar la frase original con el objetivo de parecer versado o de contar con recursos técnicos capaces de desbaratar cualquier argumento sin necesidad de ampliar el análisis.
Para qué más, cuando Gamboa Patrón afirma: “En esta misión, mi objetivo es promover la unidad interna. Somos parte del gran esfuerzo del priísmo nacional. La unidad es nuestro escudo, el trabajo es nuestra fortaleza. Sin unidad la ideología y la propuesta son insuficientes”. Aunque duela, el llamado, la sentencia final del político yucateco, que logró como no se había visto en una década unificar al priísmo, es válida para todos los partidos y para todo gremio.
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