Tras el decreto de extinción, "perdí 10 kilos de la pura pena"
Patricia Muñoz Ríos / La Jornada
La madrugada de ayer domingo debió ser trasladado de emergencia a los servicios hospitalarios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el trabajador del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Rodrigo Daniel Gutiérrez Villegas, quien se encontraba en huelga de hambre desde hace casi dos meses.
Gutiérrez Villegas empezó a presentar problemas gástricos y de diversa índole, lo que comprometió su salud, según los reportes médicos de los doctores que apoyan el campamento instalado en el Zócalo capitalino.
Por ello, de inmediato fueron pedidos los servicios de ambulancia para enviar al trabajador a recibir atención en la clínica 26 del IMSS, aseguró un vocero del SME.
También se informó que en el transcurso de la mañana de ayer fue trasladado a Urgencias Isaías Vázquez, otro trabajador en ayuno que manifestó sentirse mal y que tras la revisión médica se determinó que lo mejor sería transferirlo al hospital a fin de que sea examinado.
Cabe referir, según comentaron trabajadores que ya estuvieron en huelga de hambre y que han sido dados de alta de la clínica 26 del IMSS, que les ha resultado muy difícil recuperarse, ya que quedan sumamente débiles y afectados en diversos órganos. Por ejemplo, si bien el organismo requiere proteínas, no las pueden consumir, ya que deben empezar a ingerir los alimentos poco a poco. Además necesitan una medicación permanente y el organismo queda sumamente afectado sobre todo riñones e hígado, y se altera la presión arterial, entre otros.
"Nos ha costado mucho trabajo la recuperación, tratamientos y mucha fuerza de voluntad para salir adelante de todos los problemas ocasionados por el fuerte ayuno al que nos sometimos en esta protesta para buscar rescatar nuestra fuente de trabajo", señaló la primera trabajadora que tuvo que salir de esta huelga de hambre, porque las fuerzas no le dieron para más. Tras el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, explica, perdió 10 kilogramos "de la pura pena", es decir, antes de la huelga. No obstante, asegura que volvería a ponerse en ayuno "en esta lucha".
Patricia Muñoz Ríos / La Jornada
La madrugada de ayer domingo debió ser trasladado de emergencia a los servicios hospitalarios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el trabajador del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Rodrigo Daniel Gutiérrez Villegas, quien se encontraba en huelga de hambre desde hace casi dos meses.
Gutiérrez Villegas empezó a presentar problemas gástricos y de diversa índole, lo que comprometió su salud, según los reportes médicos de los doctores que apoyan el campamento instalado en el Zócalo capitalino.
Por ello, de inmediato fueron pedidos los servicios de ambulancia para enviar al trabajador a recibir atención en la clínica 26 del IMSS, aseguró un vocero del SME.
También se informó que en el transcurso de la mañana de ayer fue trasladado a Urgencias Isaías Vázquez, otro trabajador en ayuno que manifestó sentirse mal y que tras la revisión médica se determinó que lo mejor sería transferirlo al hospital a fin de que sea examinado.
Cabe referir, según comentaron trabajadores que ya estuvieron en huelga de hambre y que han sido dados de alta de la clínica 26 del IMSS, que les ha resultado muy difícil recuperarse, ya que quedan sumamente débiles y afectados en diversos órganos. Por ejemplo, si bien el organismo requiere proteínas, no las pueden consumir, ya que deben empezar a ingerir los alimentos poco a poco. Además necesitan una medicación permanente y el organismo queda sumamente afectado sobre todo riñones e hígado, y se altera la presión arterial, entre otros.
"Nos ha costado mucho trabajo la recuperación, tratamientos y mucha fuerza de voluntad para salir adelante de todos los problemas ocasionados por el fuerte ayuno al que nos sometimos en esta protesta para buscar rescatar nuestra fuente de trabajo", señaló la primera trabajadora que tuvo que salir de esta huelga de hambre, porque las fuerzas no le dieron para más. Tras el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, explica, perdió 10 kilogramos "de la pura pena", es decir, antes de la huelga. No obstante, asegura que volvería a ponerse en ayuno "en esta lucha".
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