EL SEÑOR LICENCIADO va por todo el país exultante de sapiencia y de un gran prestigio ganado a golpe de billetazos. ¡Qué astuto! ¡Qué buen litigante! ¡Qué gran abogado es! ¿Y político? ¡Muy político! ¡Muy!
Ha defendido en tribunales a los grandes empresarios, “hermanos incómodos”, banqueros y defraudadores que el “capitalismo salvaje” tuvo a bien darnos a los mexicanos.
Y gracias a sus conexiones con no pocos miembros de la judicatura, a todos les ha evitado pasar años y años en la cárcel, donde aún deberían estar. ¡Qué gran litigante!, ¿o no?
Toma la pluma el señor licenciado, y produce textos que son poesía. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, su “Carta a Sabina”, donde el licenciado compite consigo mismo al dejar muy atrás su otro prodigioso texto conocido como “Mi renuncia al PAN”?
Lirismo, métrica, vocabulario, construcción gramatical, ¡qué bárbaro!…
Ni siquiera Monsi llegó nunca a redactar así:
“… me gustaría hacer algunas precisiones con respecto a sus declaraciones”, lo que sin duda es un maravilloso verso sin esfuerzo, al inicio de su muy celebrada correspondencia al cantante hispano.
¿Cómo le habrá quedado el ojo a don Joaquín, quien cobra millonadas dizque por ser músico, poeta y loco?
Y oratoriamente, el licenciado, tampoco tiene par.
La viril enjundia engola sus cuerdas vocales con las que admonitoriamente revela a sus azorados escuchas secretos del arcano de la burocracia federal:
– “nosotros no lo hicimos”, si se refiere a las grabaciones subrepticias…
– “el lenguaje de los medios de comunicación fomenta la violencia”, si de justificar los casi 25 mil muertos de la estúpida guerra contra la delincuencia se trata…
– y hasta “la Corte actuó con libertad en el caso ABC”, frase pronunciada con reciedumbre y veracidad sin par, luego de que él y el también muy viril Juan Molinar, estuviesen presionando a los ministros con visitas a sus cubiles.
Frases que son oro molido y a las que se debiera solidificar para trasladarlas a los muros y frontispicios de cuanto edificio público haya en el territorio nacional. Que las repitan los adultos. Que todos los niños las aprendan. Que nosotros los viejos nos recrimínenos el no haberlas escuchado a tiempo.
Son sus grandes dotes políticas, sin embargo, las que me provocan la más grande admiración por el señor licenciado. La mía, al menos.
Porque, mire usted, eso de ir y meterse a la cueva del lobo un día sí y otro también… y salir de ella indemne –salvo una que otra mentada de madre– y hasta glorificado, no tiene par.
Vea usted su más reciente visita a Ciudad Juárez, donde mantuvo un cordialísimo tête à tête –un mano a mano, pues– con representantes de los medios, quienes con justificada razón lo querían crucificar por su colérica acusación de fomentar la violencia, y de lo que salió poniendo pies en polvorosa, cual habitualmente lo hacen los superhéroes de los cómics de Marvel.
O su más bravío y reciente señalamiento a los defensores de los derechos humanos de ser “tontos útiles” de la delincuencia, dicho en sus perplejas caras, mismas que denotaban no dar crédito a la bien hilvanada sarta de estu… pendas imputaciones que el señor licenciado les lanzaba.
¡Qué bárbaro! ¡Qué bruto, el señor licenciado!
Y uno se pregunta, si es tan muy muy el licenciado, ¿qué hace como fauna de acompañamiento del poco versado y menos ilustrado señor Felipe Calderón?
El licenciado, me cái, debería ser “presidente de la ONU”.
A menos que él mismo sea un tonto útil de Calderón, ¿o no?
Índice Flamígero: De antología el reclamo telefónico que Fernando Gómez Mont hiciera a César Nava ¿Velázquez?, tras que el dirigente del PAN diera a conocer ilegales grabaciones telefónicas. “Estás en flagrancia”, gritaba el ocupante de Bucareli. “¡En flagracia!”. Lástima que no haya registro de esa comunicación. ¿O sí? + + + Lo que sí provocó el bisoño dirigente panista –“el hombre más inteligente” que la cantante Patylú ha conocido–, fue la rápida remoción de “El Pelón” Osuna que ocupaba la Cofetel. Las razónes son obvias: fue él quien entregó las grabaciones de Luis Téllez a la ex subsecretaria Purificación Carpinteyro. ¿Cómo ve usted la rapidez de reflejos de la fallida Administración?
Comentarios