Pedro Echeverría V.
Mi respuesta a Juanito Guanabacoa
1. En la izquierda radical está la gente más honesta y luchadora y de ésta pienso que la mejor está en el zapatismo o es simpatizante de él. Desafortunadamente no ha podido salir de su estancamiento iniciado en 2001 después de la gran marcha Chiapas-DF y de la aprobación legislativa de la ley antiindígena. Surgió en el estado Chiapas -quizá el más miserable de la República- pero desde enero de 1994 se transformó en lucha nacional que sacudió la conciencia de millones de mexicanos. Hoy parece estancado. Los zapatistas se levantaron como una guerrilla que denunció con toda la razón al gobierno de Salinas, al Estado mexicano y a los poderosos empresarios, pero pronto declaró que no buscaba el poder, que estaba armado pero luchaba contra las armas y que era un movimiento que buscaba despertar la conciencia de las masas para que el gobierno obedezca y sirva a la población.
2. Dado que nunca fui “adherente” -ni me pareció necesario- como me exigían en 2006, he estado un poco aislado de sus reuniones; sin embargo fui de los primeros periodistas que llegó a Chiapas (San Cristóbal) a los dos días del levantamiento, participé organizando la Convención de Aguas Calientes, estuve semanas en las pláticas de San Andrés Larráizar, he estado en la mayoría (casi todas) de las reuniones nacionales amplias, fui parte de toda la marcha Chiapas-DF, participé en Ocosingo en la reuniones preparatorias de la Otra Campaña y fui de los organizadores de la primera visita de Marcos a Yucatán, así también estuve en Oventic –junto con los dirigentes de Atenco que ahora están en la cárcel- en la fundación de los Caracoles. He escrito alrededor de 100 artículos en defensa del zapatismo, además de 1100 (mil cien) carteles anarco-zapatistas expuestos semanalmente en la Plaza Principal de Mérida.
3. Sin embargo, cuando uno escribe poco importa la historia personal, lo que vale son las ideas. El zapatismo se debilitó al mismo ritmo en que se desplomó la izquierda y centroizquierda mexicana. Los dirigentes cometen errores (Marcos, Cuauhtémoc, López Obrador) pero, aunque imprimen su sello, lo determinante es el momento, el período, la coyuntura en que cada quien se desarrolla (Plejanov y el papel del…) Recuerdo que alguna vez el mismo Marcos se pregunto algo así: No somos un grupo que esté usando las armas y a la ofensiva, tampoco somos un partido legal o electoral, ¿qué somos entonces? Esa pregunta me pareció fundamental, pero me parece que se perdió entre tanto discurso. No fue o sigue siendo un problema de Marcos y del EZLN, también fue el de López Obrador, de la APPO, de los Electricistas. ¿Se piensa acaso que es muy fácil definir estrategias políticas? Lo que parece fácil es el activismo.
4. Lo he dicho muchas veces: es relativamente fácil estar en las barricadas confrontándose con el poder y mucho más fácil opinar desde el cubículo periodístico y universitario tomando vino o café y cobrando un alto salario. La bronca es que partir de vivir la represión al mismo tiempo sientas la responsabilidad de plantear salidas que permitan avanzar al movimiento. Ahí entran los liderazgos honestos (solo los honestos que se pueden contar y son pocos) que durante las 24 horas del día buscan ideas y salidas y no surgen éstas. Por ese motivo no me atrevo a culpar a los pocos dirigentes honestos y cuando más les he puesto alguna interrogación. Obviamente no estoy hablando de los gobiernos o dirigentes del PRI, PAN y ahora PRD que colectivamente son unos verdaderos sátrapas cuyo interés único ha sido acumular dinero y poder. En lo que hasta hoy sigue siendo izquierda hay que tener esperanzas.
5. El zapatismo está estancado, está copado y sigue estando presente la búsqueda de estrategias que permitan avanzar el movimiento. Ningún organismo de izquierda ha encontrado el hilo de la unidad para conformar un gran movimiento que obligue a la burguesía a obedecer. Todas las organizaciones de izquierda están jodidas por sus luchas aisladas, gremiales, particulares. Cuenta el EZLN -además de los miles de indígenas que conforman su estructura- con miles de jóvenes que, ligados a los jóvenes anarquistas de todo el país, van conformando una vanguardia radical de lucha. Sin duda han “pecado” muchas veces de sectarismo –como en 2005-2006- y se han aislado por propia voluntad de muchas luchas sociales (por “no ser zapatistas”), aunque ese “aislamiento” ha sido muchas veces por el protagonismo que se registra entre otros grupos de centroizquierda (PRD) o, inclusive, por “traiciones”.
6. Los gobiernos profascistas de Fox y Calderón se han aprovechado del desplome de la izquierda para gobernar en estrecha alianza PAN-PRI. Tengo la convicción de que los golpes que en los últimos 15 años ha sufrido la izquierda serán suficientes para levantarse nuevamente con ideas que orienten la práctica política. No podría decir cuál de las estrategias políticas: si la electoral, la guerrillera o de la lucha de masas en plazas y calles o la huelga general es la más adecuada. Yo diría que todas son válidas y habría que desarrollarlas y apoyarlas de acuerdo a las circunstancias de cada región. Lo importante es pensar, analizar, discutir para luego avanzar. Casi toda la izquierda mexicana –mientras se defiende de la represión, lucha por su trabajo y por salarios menos miserables- está en permanente búsqueda de la estrategia y se enfrenta a las fuerzas opresoras. En esa tarea está el zapatismo, el lópezobradorismo, la APPO, los electricistas, mineros, la CNTE, los Villas, etcétera.
7. En fin la riqueza ideológica del zapatismo es conocida por muchos e ignorada por la mayoría del pueblo porque los medios de información se han encargado de tergiversarla y calumniarla; pero lo mismo ha sucedido con todas las batallas y luchas de izquierda en todos los países. Muchas cosas positivas, a favor del pueblo explotado pueden suceder en México en este año. Si no hay un gran estallido social que obligue a gobiernos y partidos a cumplir con el pueblo, puede comenzar a consolidarse en los siguientes años una gran organización unitaria de izquierda radical que eche por la borda todos los oportunismos y sectarismos. El EZLN y demás organismos pueden conformar un frente donde quepan todas las estrategias anticapitalistas y socialistas que obliguen al gobierno “a gobernar obedeciendo al pueblo”. En lugar de historia, mi querido Juanito, cumplo con el artículo que me enjaretaste.
Mi respuesta a Juanito Guanabacoa
1. En la izquierda radical está la gente más honesta y luchadora y de ésta pienso que la mejor está en el zapatismo o es simpatizante de él. Desafortunadamente no ha podido salir de su estancamiento iniciado en 2001 después de la gran marcha Chiapas-DF y de la aprobación legislativa de la ley antiindígena. Surgió en el estado Chiapas -quizá el más miserable de la República- pero desde enero de 1994 se transformó en lucha nacional que sacudió la conciencia de millones de mexicanos. Hoy parece estancado. Los zapatistas se levantaron como una guerrilla que denunció con toda la razón al gobierno de Salinas, al Estado mexicano y a los poderosos empresarios, pero pronto declaró que no buscaba el poder, que estaba armado pero luchaba contra las armas y que era un movimiento que buscaba despertar la conciencia de las masas para que el gobierno obedezca y sirva a la población.
2. Dado que nunca fui “adherente” -ni me pareció necesario- como me exigían en 2006, he estado un poco aislado de sus reuniones; sin embargo fui de los primeros periodistas que llegó a Chiapas (San Cristóbal) a los dos días del levantamiento, participé organizando la Convención de Aguas Calientes, estuve semanas en las pláticas de San Andrés Larráizar, he estado en la mayoría (casi todas) de las reuniones nacionales amplias, fui parte de toda la marcha Chiapas-DF, participé en Ocosingo en la reuniones preparatorias de la Otra Campaña y fui de los organizadores de la primera visita de Marcos a Yucatán, así también estuve en Oventic –junto con los dirigentes de Atenco que ahora están en la cárcel- en la fundación de los Caracoles. He escrito alrededor de 100 artículos en defensa del zapatismo, además de 1100 (mil cien) carteles anarco-zapatistas expuestos semanalmente en la Plaza Principal de Mérida.
3. Sin embargo, cuando uno escribe poco importa la historia personal, lo que vale son las ideas. El zapatismo se debilitó al mismo ritmo en que se desplomó la izquierda y centroizquierda mexicana. Los dirigentes cometen errores (Marcos, Cuauhtémoc, López Obrador) pero, aunque imprimen su sello, lo determinante es el momento, el período, la coyuntura en que cada quien se desarrolla (Plejanov y el papel del…) Recuerdo que alguna vez el mismo Marcos se pregunto algo así: No somos un grupo que esté usando las armas y a la ofensiva, tampoco somos un partido legal o electoral, ¿qué somos entonces? Esa pregunta me pareció fundamental, pero me parece que se perdió entre tanto discurso. No fue o sigue siendo un problema de Marcos y del EZLN, también fue el de López Obrador, de la APPO, de los Electricistas. ¿Se piensa acaso que es muy fácil definir estrategias políticas? Lo que parece fácil es el activismo.
4. Lo he dicho muchas veces: es relativamente fácil estar en las barricadas confrontándose con el poder y mucho más fácil opinar desde el cubículo periodístico y universitario tomando vino o café y cobrando un alto salario. La bronca es que partir de vivir la represión al mismo tiempo sientas la responsabilidad de plantear salidas que permitan avanzar al movimiento. Ahí entran los liderazgos honestos (solo los honestos que se pueden contar y son pocos) que durante las 24 horas del día buscan ideas y salidas y no surgen éstas. Por ese motivo no me atrevo a culpar a los pocos dirigentes honestos y cuando más les he puesto alguna interrogación. Obviamente no estoy hablando de los gobiernos o dirigentes del PRI, PAN y ahora PRD que colectivamente son unos verdaderos sátrapas cuyo interés único ha sido acumular dinero y poder. En lo que hasta hoy sigue siendo izquierda hay que tener esperanzas.
5. El zapatismo está estancado, está copado y sigue estando presente la búsqueda de estrategias que permitan avanzar el movimiento. Ningún organismo de izquierda ha encontrado el hilo de la unidad para conformar un gran movimiento que obligue a la burguesía a obedecer. Todas las organizaciones de izquierda están jodidas por sus luchas aisladas, gremiales, particulares. Cuenta el EZLN -además de los miles de indígenas que conforman su estructura- con miles de jóvenes que, ligados a los jóvenes anarquistas de todo el país, van conformando una vanguardia radical de lucha. Sin duda han “pecado” muchas veces de sectarismo –como en 2005-2006- y se han aislado por propia voluntad de muchas luchas sociales (por “no ser zapatistas”), aunque ese “aislamiento” ha sido muchas veces por el protagonismo que se registra entre otros grupos de centroizquierda (PRD) o, inclusive, por “traiciones”.
6. Los gobiernos profascistas de Fox y Calderón se han aprovechado del desplome de la izquierda para gobernar en estrecha alianza PAN-PRI. Tengo la convicción de que los golpes que en los últimos 15 años ha sufrido la izquierda serán suficientes para levantarse nuevamente con ideas que orienten la práctica política. No podría decir cuál de las estrategias políticas: si la electoral, la guerrillera o de la lucha de masas en plazas y calles o la huelga general es la más adecuada. Yo diría que todas son válidas y habría que desarrollarlas y apoyarlas de acuerdo a las circunstancias de cada región. Lo importante es pensar, analizar, discutir para luego avanzar. Casi toda la izquierda mexicana –mientras se defiende de la represión, lucha por su trabajo y por salarios menos miserables- está en permanente búsqueda de la estrategia y se enfrenta a las fuerzas opresoras. En esa tarea está el zapatismo, el lópezobradorismo, la APPO, los electricistas, mineros, la CNTE, los Villas, etcétera.
7. En fin la riqueza ideológica del zapatismo es conocida por muchos e ignorada por la mayoría del pueblo porque los medios de información se han encargado de tergiversarla y calumniarla; pero lo mismo ha sucedido con todas las batallas y luchas de izquierda en todos los países. Muchas cosas positivas, a favor del pueblo explotado pueden suceder en México en este año. Si no hay un gran estallido social que obligue a gobiernos y partidos a cumplir con el pueblo, puede comenzar a consolidarse en los siguientes años una gran organización unitaria de izquierda radical que eche por la borda todos los oportunismos y sectarismos. El EZLN y demás organismos pueden conformar un frente donde quepan todas las estrategias anticapitalistas y socialistas que obliguen al gobierno “a gobernar obedeciendo al pueblo”. En lugar de historia, mi querido Juanito, cumplo con el artículo que me enjaretaste.
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