Álvaro Cepeda Neri
Sabido es que toda intervención, discurso (que le hace un joven de apellido Ledo) y documento, que dice y suscribe el señor Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (su ahora enemigo a muerte y “nuevo periodista” también lleva lo de Jesús y es Manuel de Jesús Espino Barrientos, ex policía en Sonora y vividor de la politiquería), como a todos los inquilinos de Los Pinos (inquilinos de a gratis), se los redacta un equipo dedicado a esta actividad. Éste, hoy está bajo las órdenes de la poderosa Jefa de la Oficina Presidencial: Patricia Flores. No pocas ocasiones los que actuaron como presidentes se han salido del guión (Fox lo hacía y dijo un montón de babosadas) metiendo la pata. Calderón lo hace muy seguido.
En los periódicos (domingo 13 de este junio), a dos planas (lo que debe haber tenido un costo millonario; pero no contrató a las revistas y muchos menos a Proceso y Contralínea, que los calderonistas tienen en su listado, creyentes fanáticos que son del “¡Ave María, Purísima!”) se publicó el documento titulado: La lucha por la seguridad pública, con dos “orejas”. Una que dice: Gobierno Federal (cuando el gobierno federal son los tres poderes). La otra tiene el sello calderonista de: Vivir mejor, y una figura con los colores de la descomposición de la luz. Y que a veces se la vemos en las camisas a Felipe de Jesús.
Han de ser más de 50 cuartillas, del mismo discurso calderonista sobre la inseguridad de la seguridad, que, sin decirlo en el texto, acumula más de 300 mil homicidios, de los que unos miles corresponden a niños, jóvenes, estudiantes y adultos que han sido privados de la vida por el fuego cruzado de militares, policías y sicarios. Es, un documento “profuso, difuso y confuso”, que dice más de lo mismo con lo que nos tiene hasta el copete (y eso que no lo tenemos como Don Copetes Peña Nieto). Dizque para hacernos saber que los baños de sangre, en esta “guerra de todos contra todos”, son el costo de buscar “el objetivo (para) recuperar la seguridad de las familias mexicanas”.
Televidentes y radioescuchas cambian de canal y de estación en cuanto Calderón sale con su discurso sangriento, por eso sus asesores en imagen le recomendaron publicar en la prensa escrita (que tanto desprecia), sus enfadosas explicaciones no pedidas. No es una rendición de cuentas. Se trata de otra justificación de Calderón para no cambiar de estrategia, si es que la hay, e insistir en que por nada del mundo retirará a las Fuerzas Armadas y policiacas federales. Y ese choque de trenes, sólo ha envalentonado a los criminales, y los soldados-policías únicamente se defienden de las emboscadas, mientras los narcos cometen toda clase de venganzas contra quienes los traicionan y contra inocentes a los que disparan como una provocación más al calderonismo, que ahora nos sale con su manifiesto que concluye con su lema: “La lucha vale la pena: es por México y por los mexicanos”. A Calderón hay que aplicarle lo “de defenderé hasta la muerte el derecho que tienes para decirlo, pero estaré hasta la muerte en contra de lo que dices”.
Sabido es que toda intervención, discurso (que le hace un joven de apellido Ledo) y documento, que dice y suscribe el señor Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (su ahora enemigo a muerte y “nuevo periodista” también lleva lo de Jesús y es Manuel de Jesús Espino Barrientos, ex policía en Sonora y vividor de la politiquería), como a todos los inquilinos de Los Pinos (inquilinos de a gratis), se los redacta un equipo dedicado a esta actividad. Éste, hoy está bajo las órdenes de la poderosa Jefa de la Oficina Presidencial: Patricia Flores. No pocas ocasiones los que actuaron como presidentes se han salido del guión (Fox lo hacía y dijo un montón de babosadas) metiendo la pata. Calderón lo hace muy seguido.
En los periódicos (domingo 13 de este junio), a dos planas (lo que debe haber tenido un costo millonario; pero no contrató a las revistas y muchos menos a Proceso y Contralínea, que los calderonistas tienen en su listado, creyentes fanáticos que son del “¡Ave María, Purísima!”) se publicó el documento titulado: La lucha por la seguridad pública, con dos “orejas”. Una que dice: Gobierno Federal (cuando el gobierno federal son los tres poderes). La otra tiene el sello calderonista de: Vivir mejor, y una figura con los colores de la descomposición de la luz. Y que a veces se la vemos en las camisas a Felipe de Jesús.
Han de ser más de 50 cuartillas, del mismo discurso calderonista sobre la inseguridad de la seguridad, que, sin decirlo en el texto, acumula más de 300 mil homicidios, de los que unos miles corresponden a niños, jóvenes, estudiantes y adultos que han sido privados de la vida por el fuego cruzado de militares, policías y sicarios. Es, un documento “profuso, difuso y confuso”, que dice más de lo mismo con lo que nos tiene hasta el copete (y eso que no lo tenemos como Don Copetes Peña Nieto). Dizque para hacernos saber que los baños de sangre, en esta “guerra de todos contra todos”, son el costo de buscar “el objetivo (para) recuperar la seguridad de las familias mexicanas”.
Televidentes y radioescuchas cambian de canal y de estación en cuanto Calderón sale con su discurso sangriento, por eso sus asesores en imagen le recomendaron publicar en la prensa escrita (que tanto desprecia), sus enfadosas explicaciones no pedidas. No es una rendición de cuentas. Se trata de otra justificación de Calderón para no cambiar de estrategia, si es que la hay, e insistir en que por nada del mundo retirará a las Fuerzas Armadas y policiacas federales. Y ese choque de trenes, sólo ha envalentonado a los criminales, y los soldados-policías únicamente se defienden de las emboscadas, mientras los narcos cometen toda clase de venganzas contra quienes los traicionan y contra inocentes a los que disparan como una provocación más al calderonismo, que ahora nos sale con su manifiesto que concluye con su lema: “La lucha vale la pena: es por México y por los mexicanos”. A Calderón hay que aplicarle lo “de defenderé hasta la muerte el derecho que tienes para decirlo, pero estaré hasta la muerte en contra de lo que dices”.
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