Pleitos políticos por el FIFA Fan Fest

Francisco Garfias

La que sigue es una historia de rivalidades políticas y mezquindades, que estuvo a punto de culminar con la cancelación del famoso FIFA Fan Fest en la Ciudad de México. Este festival, reservado a siete ciudades del mundo, permitirá a los aficionados ver gratuitamente los 64 partidos del Mundial en pantallas gigantes que se instalarán en el Zócalo.

La versión de lo sucedido la tenemos del secretario de Turismo del DF, Alejandro Rojas Díaz Durán, pero también del intercambio de mensajes, vía internet, que hubo entre los representantes de FIFA y el alto funcionario del gobierno perredista local

El campamento de electricistas en huelga de hambre, instalado en la Plaza de la Constitución, motivó las dudas del organismo que preside Joseph Blatter sobre la pertinencia de celebrar el acontecimiento en el Zócalo. “No hay condiciones”, dijeron a la FIFA representantes del gobierno federal, según Rojas. “Patricia Flores (jefa de la oficina de la presidencia de la República) cabildeó para llevarse el evento al Hipódromo de las Américas o al Campo Marte”, aseguró.

Este reportero tuvo acceso a varios de los mensajes de Elena Mastrota, enviada de la FIFA para verificar si efectivamente no había condiciones. Lo que leímos confirma la intención de llevar el FIFA Fan Fest a otro lugar del DF. En uno de los mensajes, escritos en inglés,. la subordinada de Blatter manifiesta incluso que el Hipódromo no cumple con las condiciones requeridas par realizar el evento –está lejos del Centro– pero nada dice de llevarlo al Campo Marte.

En otro mensaje responde a Rojas, quien le advirtió que el GDF es un “gobierno democrático” que no reprime sindicatos. “En ningún momento la FIFA pedido al Gobierno del Distrito Federal alguna acción de fuerza o violencia para resolver el asunto de los sindicatos”, reviró Mastrota.
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Rojas jura, sin embargo, que “gente de la FIFA” la preguntó si no le preocupaba que el mundo se enterara de que lo que sucedía en el Zócalo. Las cosas llegaron a calentarse de tal manera, que el secretario de Turismo amenazó con vetar el evento, si se lo llevaban a otro lado.

Las cosas finalmente se calmaron. El GDF negoció con el SME que liberaran parte del Zócalo Solo se quedarán los 38 electricistas que ayunan y ocuparan el 8 por ciento de la plancha. “Ellos también van a ver futbol, pero sin claudicar en su causa”, puntualizó el funcionario.

El colmo: el mensaje enviado al celular de Rojas Díaz Durán no dejaba lugar a dudas. En la pantalla de su BlackBerry podía leerse que el embajador de México en Sudáfrica, Luís Cabrera, no asistirá a la ceremonia en la que, este miércoles, será develada la replica del Ángel de la Independencia, enviada por el GDF, en la emblemática plaza Melrose Arch, de Johanesburgo. “Se lo prohibieron en la cancillería….”, aseguro el secretario.

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El ministro Arturo Zaldívar, autor del dictamen preeliminar sobre el caso de la Guarderia ABC, ya no siente lo duro, sino lo tupido. Le va como en feria en la carta que Jesús Kumate, medalla Belisario Domínguez 2006, le envió a Guillermo Ortiz Mayagoitia, presidente de la SCJN, para manifestar su desacuerdo con las conclusiones del ministro ponente

Después de haber leído “cuidadosamente” el proyecto de dictamen, que deberá ser debatido por el pleno de la SCJN en las próximas semanas, el también ex secretario de salud se declara “preocupado” por la “interpretación” de Zaldivar, quien responsabiliza a Daniel Karam, director del Instituto, de negligencia medica.

“No encuentro argumentación válida para concluir que el director general del IMSS haya propiciado deficiencias en la atención médica”, subraya la misiva, cuya copia tiene este reportero.

Kumate recuerda que la Conamed, después de analizar los expedientes de los niños hospitalizados, concluyó que no existe prueba demostrativa de negligencia médica en la atención que se prestó a niños y adultos. No oculta su molestia con el ministro Zaldivar por cuestionar la capacidad del IMSS en el manejo de quemados.

“Mi preocupación no es reclamo, es la expresión de de interés por ser justos en la valoración de la labor del personal médico del IMSS”, puntualiza.

La molestia de Kumate es apenas un pálido reflejo de la irritación que Zaldívar produjo entre el personal médico del IMSS que, según sabemos, prepara una contraofensiva en defensa de los doctores que atendieron a los pequeños quemados.

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