Hasta el embajador...

Teodoro Rentería Arróyave

MATAMOROS, TAMAULIPAS. Otra vez a la carga contra los medios de comunicación. De nuevo el gobierno federal, por medio de su secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, amenaza con la pérdida de las libertades por “el clima de linchamiento”, asegura, “que propician los medios”; por su parte el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto rechazó tajante que los medios sean responsables de fomentar la violencia.

Las equidistantes posiciones se presentaron en el marco del Foro Binacional de Medios de Comunicación, los retos de la inseguridad y la violencia México-Estados Unidos, que se llevó al cabo en el estado de México y en el que participaron fundamentalmente representantes de medios, servidores públicos y diplomáticos.

También contrastó la posición oficial con el discurso del embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, quien después de reconocer la labor de los medios de comunicación y de los periodistas mexicanos “valientes en el contexto de lucha contra el crimen organizado”, abogó en su favor al afirmar que “la prensa requiere un apoyo judicial fuerte que lleve a juicio a los responsables de los ataques a periodistas y mejore su seguridad”.

En efecto, más que la actuación, la visión que cada uno de los protagonistas y el gobierno federal en particular tienen de los medios fue lo que provocó el fuerte debate en el que queda claro que el denostador número uno del periodismo es el gobierno federal panista, algo que desde luego no es nuevo, puesto que sucede desde los tiempos de Vicente Fox Quesada.

Dicha actitud de descalificación quedó de manifiesto en las propias palabras del encargado de la política interior del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, de ahí la importancia de trascribir los dichos de Gómez Mont: “la opinión pública se construye fundamentalmente desde los medios y la forma en que se comunica la violencia, ya sea desde el gobierno o desde éstos, incide en la realidad.

“Eso obliga a que los propios medios revisen su lenguaje en cuanto a la precisión de las calificaciones que imputan para que no se construyan juicios acelerados y contumaces: hay presuntos responsables acusados y asesinos y ladrones. En un sistema democrático esas calificaciones solo suceden cuando un proceso legal ha concluido”… “La libertad como ejercicio de opciones que siempre tiene efectos sobre los demás”.

Es de resaltar que con una sola frase el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, hizo pedazos la posición gubernamental: “Lo que no es cierto es que los medios sean responsables de fomentar más violencia o de mantener la inseguridad como la prioridad de la agenda nacional… combatir el crimen y hacer valer la ley no es un asunto solo de los medios, tampoco de partidos ni responsabilidad de un solo gobierno, es una obligación de Estado, de todo el Estado mexicano”.

Bien que los gobernadores, como ahora Peña Nieto lo hizo, no se plieguen a los designios del gobierno central, el cual ha exagerado su enojo con los medios que hasta el embajador estadounidense tiene que salir a enmendarle la plana. De acuerdo, de insólito se podría calificar el debate, lo crudo es que así sucedió y quedó para la memoria histórica.

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