Teodoro Rentería Arróyave
Ya lo sabemos, que es costumbre de todos los que defienden sin consideración alguna, sin mayor análisis y sobre todo con actitud que raya en el fanatismo al sionismo, acusar a los que se “atreven” a criticar al estado Israelí, de antijudíos, sin tomar en cuenta las aberraciones y los crímenes que comete, como el actual contra activistas humanitarios que ha merecida la condena mundial.
La masacre cometida por Israel en contra de activistas humanitarios en Franja de Gaza, en efecto, ha merecido el repudio y la condena mundial; como se sabe la marina israelí tomó la madrugada de este lunes por asalto la Flotilla de la Libertad que navegaba –atención-, en aguas internacionales del Mar Mediterráneo en dirección a la franja de Gaza con ayuda alimentaria, mato a 19 activistas indefensos y mantiene arrestados a otros 600.
Todos ellos formaban parte de un contingente internacional que pretendía entregar 10 mil toneladas de alimentos, medicamentos y otros artículos de primera necesidad, en solidaridad con los habitantes del territorio palestino sometido a un bloqueo marítimo, terrestre y aéreo inhumano y pedestre desde 2007 por el propio estado Hebreo.
No contentos con la acción sangrienta, que ha provocado manifestaciones de rechazo en todo el orbe, el gobierno israelita anunció que por órdenes de las fuerzas armadas quedaba impuesta la censura militar, lo que impidió a todos los medios, incluidas las agencias internacionales, conocer una versión independiente de los hechos y la cifra exacta de muertos y heridos.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-moon; la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN; la Organización de Estados Americanos, OEA; la Unión Europea, lo mismo que China y otras decenas de países de inmediato se unieron a la condena.
Turquía, cuyos ciudadanos murieron en el desconsiderado ataque, al condenar el uso de la violencia contra la flotilla humanitaria, califico el asalto de “terrorismo de estado”.
“Israel genocida”, es el grito que se esparce en todo el mundo en las marchas pública de repudio a la acción monstruosa de las fuerzas armadas israelíes. “Aprehendieron bien de los nazis”, quieren a sus odiados enemigos en el cementerio o en las cárceles, se denuncia en todas partes.
El bloque europeo pidió una investigación inmediata e imparcial sobre la operación israelí, en tanto José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, dijo que “nada puede justificar el uso desmedido de la fuerza militar para atacar” un convoy civil desarmado.
México de inmediato se adhirió a la condena al ataque israelí a buques civiles con ayuda humanitaria. Como mexicanos, como semejantes de judíos y mártires nos sumamos a la misma y no somos, entiéndase, antijudíos.
Ya lo sabemos, que es costumbre de todos los que defienden sin consideración alguna, sin mayor análisis y sobre todo con actitud que raya en el fanatismo al sionismo, acusar a los que se “atreven” a criticar al estado Israelí, de antijudíos, sin tomar en cuenta las aberraciones y los crímenes que comete, como el actual contra activistas humanitarios que ha merecida la condena mundial.
La masacre cometida por Israel en contra de activistas humanitarios en Franja de Gaza, en efecto, ha merecido el repudio y la condena mundial; como se sabe la marina israelí tomó la madrugada de este lunes por asalto la Flotilla de la Libertad que navegaba –atención-, en aguas internacionales del Mar Mediterráneo en dirección a la franja de Gaza con ayuda alimentaria, mato a 19 activistas indefensos y mantiene arrestados a otros 600.
Todos ellos formaban parte de un contingente internacional que pretendía entregar 10 mil toneladas de alimentos, medicamentos y otros artículos de primera necesidad, en solidaridad con los habitantes del territorio palestino sometido a un bloqueo marítimo, terrestre y aéreo inhumano y pedestre desde 2007 por el propio estado Hebreo.
No contentos con la acción sangrienta, que ha provocado manifestaciones de rechazo en todo el orbe, el gobierno israelita anunció que por órdenes de las fuerzas armadas quedaba impuesta la censura militar, lo que impidió a todos los medios, incluidas las agencias internacionales, conocer una versión independiente de los hechos y la cifra exacta de muertos y heridos.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-moon; la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN; la Organización de Estados Americanos, OEA; la Unión Europea, lo mismo que China y otras decenas de países de inmediato se unieron a la condena.
Turquía, cuyos ciudadanos murieron en el desconsiderado ataque, al condenar el uso de la violencia contra la flotilla humanitaria, califico el asalto de “terrorismo de estado”.
“Israel genocida”, es el grito que se esparce en todo el mundo en las marchas pública de repudio a la acción monstruosa de las fuerzas armadas israelíes. “Aprehendieron bien de los nazis”, quieren a sus odiados enemigos en el cementerio o en las cárceles, se denuncia en todas partes.
El bloque europeo pidió una investigación inmediata e imparcial sobre la operación israelí, en tanto José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, dijo que “nada puede justificar el uso desmedido de la fuerza militar para atacar” un convoy civil desarmado.
México de inmediato se adhirió a la condena al ataque israelí a buques civiles con ayuda humanitaria. Como mexicanos, como semejantes de judíos y mártires nos sumamos a la misma y no somos, entiéndase, antijudíos.
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