Los días más violentos

Vivimos los días más violentos del sexenio. Los medios de comunicación llegaron a contar, en un solo día, hasta 68 ejecutados en distintos estados de la República. Un triste récord. La sangrienta jornada elevó a casi 4,800 el número de muertes vinculadas con el crimen organizado en lo que va del año.

Francisco Garfias



Y la cuenta sube cotidianamente…

Esta realidad que vivimos obligó al primer mandatario a pronunciar, el martes pasado, un mensaje en cadena nacional, en el que cambió por completo el discurso, repartió culpas a diestra y siniestra. y llamó a la ciudadanía participar en el combate al crimen organizado, a través de la denuncia y la aportación de datos, pero sin dar garantías, al que lo haga, de que no ñe va a costar su vida o la de sus seres queridos. ¿Así cómo?

Felipe dijo si hay armas en México es por culpa de que se levantó la prohibición en Estados Unidos, y no por la corrupción en las aduanas, por donde esta transitan. Reconoció implícitamente que algunos estados y municipios están bajo control del crimen organizado, vía la intimidación o la corrupción que ejercen los carteles de la droga.

Ese día nos enteramos que dejamos de estar en “guerra” contra el narco. Ahora es una lucha no solo del Presidente de la República. “Es de todos”, destacó.

Sobran ejemplos para ilustrar la afirmación de que vivimos los días más violentos del sexenio. Una docena de policías federales fueron acribillados impunemente en Zitacuaro, Michoacán, por la llamada Familia, en respuesta a la captura de uno de sus jefes.

En Chihuahua fueron masacradas 27 personas en un centro de rehabilitación por las rivalidades entre chapos y zetas-beltranes. En un penal de Mazatlán masacraron a decenas de personas por las mismas razones. En Ciudad Juárez mataron a un alcalde; otra docena perecieron en enfrentamientos en Tamaulipas entre el Ejército y los narcos.

Hemos llegado a lo insólito. Hay narcobloqueos en Monterrey. Importantes vialidades bloqueadas en la industriosa ciudad, sin que las policías se atrevan siquiera a acercarse. O en Nayarit, donde tuvieron que adelantar el fin del ciclo escolar debido a la sicosis provocada entre padres de familia por los rumores de que habría una vendetta en colegios de Tepic, a causa de los enfrentamientos entre grupos criminales.

El Presidente tocó, en su mensaje, un punto neurálgico. El crimen organizado cobra de cuotas de protección o derecho de piso a ciudadanos honestos. Ningún gobierno lo puede permitir. Ese, reveló el presidente, fue el principal motivo por el que resolvió entrarle de frente a la lucha contra los carteles de la droga.

La violencia incontrolable comienza a despertar tentaciones de pactar con los criminales a cambio del retorno a la tranquilidad. Seria un tremendo error. El poder de las bandas se multiplicaría y acabaríamos, como advirtió alguna vez el visionario Gerardo Ruiz Mateos, secretario de Economía, con un narcopresidente.

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