Samuel R. G. / uzkediam@gmail.com
El mensaje es claro. Todos los espacios de "análisis" de Televisa el mismo día que la mal llamada "selección nacional de fútbol" terminó de hacer el ridículo perdiendo 3-1 con Argentina, los dedicaron a hacer burla de lo que ocurrió con el "Tri" para calmar el enojo de los aficionados.
La experiencia de Sudáfrica 2010 ha sido distinta a la de mundiales anteriores, de la decepción se pasó a la rabia, al coraje, a la ira, al enojo. La gente ya no cree en la selección de Televisa, menos ahora porque ha sido evidente que tanto el gobierno federal como el duopolio de televisoras en México, fueron los que obligaron al ahora llamado "Asco" Aguirre a regresar como entrenador del negocio, perdón, de la selección. Lo que mal empieza, mal termina.
El también llamado Javier "Aguille" no tomó las riendas del equipo, se apoyó en el impuesto Mario Carrillo, convocó a jugadores que le pedían sus amigos dueños de equipos de fútbol de primera división, tuvo que convocar algunos que para ese tiempo estaban en buena forma (Chicharito, Guardado, Barrera, entre otros), pero Aguirre nunca tuvo intenciones de armar una real selección nacional de fútbol.
Quizás en el fondo hizo bien, ¿para qué armar un equipo ganador que sirve a los intereses de unos cuantos empresarios y políticos? Aunque no lo justifica, solamente esa línea podría explicar un poco las extrañas (por no decir absurdas y estúpidas) alineaciones del "Asco" Aguirre.
Desde que se perdió el partido con Uruguay y se supo que México enfrentaría en octavos de final a la selección de Argentina, la suerte de Aguirre como entrenador del seleccionado mexicano de futbol, quedó sellada. Lo mismo el destino del tricolor, que aunque hubiera dado el partido del siglo ya desde los altos mandos de la FIFA había línea para que se perjudicara a los de Aguirre a través del árbitro Rosetti, los que quieran saber más sobre esto investiguen el peso que tiene el presidente de la AFA Julio Grondona sobre el presidente de la FIFA y los arbitros a nivel mundial (o vean un partido de Copa Libertadores en donde un equipo mexicano participe para que se les aclare la visión).
El dueño del Tri, el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga, ya sabía que el juego contra Argentina del domingo, y los eventuales subsecuentes partidos, no le salvarían la cabeza al efímero vocero de Calderón, Javier Aguirre. Azcárraga ya había decidido que el próximo entrenador del Tricolor sería José Manuel "El Chepo" de la Torre, actual entrenador del Toluca.
Antes de eso se tienen que presentar varias cosas. Primero, correr del seleccionado al director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre, porque los dos hermanos no caben en el seleccionado (Néstor es hermano del Chepo, para los que aún no entienden). Acto seguido, se notificaría al propietario del Toluca, Valentín Díez Morado, que su entrenador pasaría a ser el de la selección, sí, solamente se le avisaría, no se le pediría su opinión al respecto.
Desde hace tiempo (casi igual que como con el América) Azcárraga no está contento con el Tri, no necesariamente por razones deportivas (eso a fin de cuentas les "vale madre" a los amos del dinero), sino porque no está a la altura del negocio. La "selección mexicana" genera miles y millones de dólares pero el jugoso negocio no viene por brindar un buen espectáculo (hacer buen fútbol) sino por la ´fabrica de las ilusiones (el Tri algún día jugará mejor y estará al nivel de Brasil, Alemania, Italia).
Otro que no está contento es el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, porque siendo México uno de los tres mejores mercados del mundo para los negocios del balompié mundial, su forma de juego no está a la altura del negocio y empieza a generarles preocupación, el negocio se puede caer pues el aficionado exige cada día más.
Pero eso no es todo, el "patrón" Azcárraga no parará ahí con las sacudidas. Otro hombre que está en la cuerda floja es Justino Compeán, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, quien a pesar de que reportó buenos números, principalmente por los amistosos de flojera que hace el Tri en gringolandia, se tendría que ir para tratar de buscar una persona igual agachona pero que pueda combinar las buenas ganancias con una mejora en el fútbol.
Pero no piensen que las cosas van a cambiar de fondo, así es esto de las patadas. Lo que importa, importa realmente, es únicamente el negocio.
En ESPN dicen la verdad...
Como extra quiero agregar que tanto Héctor Huerta, como Carlos Albert, José Ramón Fernández y David Failtenson, han hecho duras criticas a los directivos del fútbol mexicano, pero sus comentarios atinados los han llevado a otro nivel. Estos verdaderos analistas han señalado que el cambio que requiere el fútbol va de la mano de un cambio que urge en la cultura deportiva del país y por ende en la política que aplican los gobiernos en materia de deporte. Estamos hablando de lo mismo, se debe hacer a un lado el objetivo de lucrar con el deporte para generar talentos que pongan en alto el nombre de México. Es obviamente algo "utópico", al menos así lo es para el caso de México, pero creo que el modelo de otros países más avanzados puede servir de ejemplo para que en México las cosas cambien...
El mensaje es claro. Todos los espacios de "análisis" de Televisa el mismo día que la mal llamada "selección nacional de fútbol" terminó de hacer el ridículo perdiendo 3-1 con Argentina, los dedicaron a hacer burla de lo que ocurrió con el "Tri" para calmar el enojo de los aficionados.
La experiencia de Sudáfrica 2010 ha sido distinta a la de mundiales anteriores, de la decepción se pasó a la rabia, al coraje, a la ira, al enojo. La gente ya no cree en la selección de Televisa, menos ahora porque ha sido evidente que tanto el gobierno federal como el duopolio de televisoras en México, fueron los que obligaron al ahora llamado "Asco" Aguirre a regresar como entrenador del negocio, perdón, de la selección. Lo que mal empieza, mal termina.
El también llamado Javier "Aguille" no tomó las riendas del equipo, se apoyó en el impuesto Mario Carrillo, convocó a jugadores que le pedían sus amigos dueños de equipos de fútbol de primera división, tuvo que convocar algunos que para ese tiempo estaban en buena forma (Chicharito, Guardado, Barrera, entre otros), pero Aguirre nunca tuvo intenciones de armar una real selección nacional de fútbol.
Quizás en el fondo hizo bien, ¿para qué armar un equipo ganador que sirve a los intereses de unos cuantos empresarios y políticos? Aunque no lo justifica, solamente esa línea podría explicar un poco las extrañas (por no decir absurdas y estúpidas) alineaciones del "Asco" Aguirre.
Desde que se perdió el partido con Uruguay y se supo que México enfrentaría en octavos de final a la selección de Argentina, la suerte de Aguirre como entrenador del seleccionado mexicano de futbol, quedó sellada. Lo mismo el destino del tricolor, que aunque hubiera dado el partido del siglo ya desde los altos mandos de la FIFA había línea para que se perjudicara a los de Aguirre a través del árbitro Rosetti, los que quieran saber más sobre esto investiguen el peso que tiene el presidente de la AFA Julio Grondona sobre el presidente de la FIFA y los arbitros a nivel mundial (o vean un partido de Copa Libertadores en donde un equipo mexicano participe para que se les aclare la visión).
El dueño del Tri, el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga, ya sabía que el juego contra Argentina del domingo, y los eventuales subsecuentes partidos, no le salvarían la cabeza al efímero vocero de Calderón, Javier Aguirre. Azcárraga ya había decidido que el próximo entrenador del Tricolor sería José Manuel "El Chepo" de la Torre, actual entrenador del Toluca.
Antes de eso se tienen que presentar varias cosas. Primero, correr del seleccionado al director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre, porque los dos hermanos no caben en el seleccionado (Néstor es hermano del Chepo, para los que aún no entienden). Acto seguido, se notificaría al propietario del Toluca, Valentín Díez Morado, que su entrenador pasaría a ser el de la selección, sí, solamente se le avisaría, no se le pediría su opinión al respecto.
Desde hace tiempo (casi igual que como con el América) Azcárraga no está contento con el Tri, no necesariamente por razones deportivas (eso a fin de cuentas les "vale madre" a los amos del dinero), sino porque no está a la altura del negocio. La "selección mexicana" genera miles y millones de dólares pero el jugoso negocio no viene por brindar un buen espectáculo (hacer buen fútbol) sino por la ´fabrica de las ilusiones (el Tri algún día jugará mejor y estará al nivel de Brasil, Alemania, Italia).
Otro que no está contento es el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, porque siendo México uno de los tres mejores mercados del mundo para los negocios del balompié mundial, su forma de juego no está a la altura del negocio y empieza a generarles preocupación, el negocio se puede caer pues el aficionado exige cada día más.
Pero eso no es todo, el "patrón" Azcárraga no parará ahí con las sacudidas. Otro hombre que está en la cuerda floja es Justino Compeán, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, quien a pesar de que reportó buenos números, principalmente por los amistosos de flojera que hace el Tri en gringolandia, se tendría que ir para tratar de buscar una persona igual agachona pero que pueda combinar las buenas ganancias con una mejora en el fútbol.
Pero no piensen que las cosas van a cambiar de fondo, así es esto de las patadas. Lo que importa, importa realmente, es únicamente el negocio.
En ESPN dicen la verdad...
Como extra quiero agregar que tanto Héctor Huerta, como Carlos Albert, José Ramón Fernández y David Failtenson, han hecho duras criticas a los directivos del fútbol mexicano, pero sus comentarios atinados los han llevado a otro nivel. Estos verdaderos analistas han señalado que el cambio que requiere el fútbol va de la mano de un cambio que urge en la cultura deportiva del país y por ende en la política que aplican los gobiernos en materia de deporte. Estamos hablando de lo mismo, se debe hacer a un lado el objetivo de lucrar con el deporte para generar talentos que pongan en alto el nombre de México. Es obviamente algo "utópico", al menos así lo es para el caso de México, pero creo que el modelo de otros países más avanzados puede servir de ejemplo para que en México las cosas cambien...
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