Michel Viatteau / AFP
TORONTO, Canadá — Un impresionante dispositivo de seguridad se inició este jueves en la región de Toronto (Canadá) que se dispone a recibir a decenas de jefes de Estado y de gobierno así como a miles de manifestantes en ocasión de las cumbres del G8 y del G20.
Pero las medidas de seguridad no han podido evitar la preparación de actos de violencia: la policía canadiense detuvo al conductor de un coche con cinco bombonas de gas a bordo, una motosierra y una ballesta artesanal en el centro de Toronto, cerca del lugar donde se celebra la cumbre del G20, según una periodista de la AFP que presenció los hechos.
La estación turística de Huntsville (a 200 kilómetros de Toronto), será la sede el G8 el viernes y el sábado y, posteriormente, la metrópoli canadiense recibirá al G20. Las dos reuniones servirán para abordar temas sensibles como la deuda pública, la regulación y los impuestos al sector financiero, además de la coordinación de políticas económicas de interés general.
En el pasado, las cumbres de los países más poderosos generaron manifestaciones (a veces violentas) y por ello Canadá ha preparado un meticuloso operativo de seguridad. El costo del dispositivo ronda los mil millones de dólares.
Como consecuencia, este jueves la metrópoli, situada en la orilla del lago Ontario, parecía una ciudad fantasma extrañamente silenciosa, habitada esencialmente por policías que se situaban en las aceras en pequeños grupos a la espera de hipotéticas manifestaciones.
"En la eventualidad de que los manifestantes adoptaran un comportamiento criminal, algo que no sería tolerado, nuestros policías tendrán toda una serie de opciones de intervención", explica serenamente el cabo Charles Vallée, portavoz de la Gendarmería Real de Canadá (policía federal).
Entre estos medios figuran los cañones de agua y de sonido, estos últimos pueden servir para difundir mensajes que pidan a los manifestantes que se dispersen o sonidos estridentes para echarlos. Una asociación ha hecho intervenir a la justicia para prohibirlos y espera una decisión el viernes.
Las principales manifestaciones anunciadas (y circunscritas a zonas autorizadas) tendrán lugar el sábado, cuando se inicie la reunión de los dirigentes de los veinte principales países industrializados y emergentes.
Los responsables canadienses consideran poco probable que los manifestantes perturben la reunión del G8 en Hutsville.
La policía detuvo el miércoles a un informático de 37 años, especialista en seguridad, y a su mujer. Los dos fueron procesados por tenencia de explosivos y de armas, indicó la policía en un comunicado sin aportar más detalles sobre un hipotético atentado.
TORONTO, Canadá — Un impresionante dispositivo de seguridad se inició este jueves en la región de Toronto (Canadá) que se dispone a recibir a decenas de jefes de Estado y de gobierno así como a miles de manifestantes en ocasión de las cumbres del G8 y del G20.
Pero las medidas de seguridad no han podido evitar la preparación de actos de violencia: la policía canadiense detuvo al conductor de un coche con cinco bombonas de gas a bordo, una motosierra y una ballesta artesanal en el centro de Toronto, cerca del lugar donde se celebra la cumbre del G20, según una periodista de la AFP que presenció los hechos.
La estación turística de Huntsville (a 200 kilómetros de Toronto), será la sede el G8 el viernes y el sábado y, posteriormente, la metrópoli canadiense recibirá al G20. Las dos reuniones servirán para abordar temas sensibles como la deuda pública, la regulación y los impuestos al sector financiero, además de la coordinación de políticas económicas de interés general.
En el pasado, las cumbres de los países más poderosos generaron manifestaciones (a veces violentas) y por ello Canadá ha preparado un meticuloso operativo de seguridad. El costo del dispositivo ronda los mil millones de dólares.
Como consecuencia, este jueves la metrópoli, situada en la orilla del lago Ontario, parecía una ciudad fantasma extrañamente silenciosa, habitada esencialmente por policías que se situaban en las aceras en pequeños grupos a la espera de hipotéticas manifestaciones.
"En la eventualidad de que los manifestantes adoptaran un comportamiento criminal, algo que no sería tolerado, nuestros policías tendrán toda una serie de opciones de intervención", explica serenamente el cabo Charles Vallée, portavoz de la Gendarmería Real de Canadá (policía federal).
Entre estos medios figuran los cañones de agua y de sonido, estos últimos pueden servir para difundir mensajes que pidan a los manifestantes que se dispersen o sonidos estridentes para echarlos. Una asociación ha hecho intervenir a la justicia para prohibirlos y espera una decisión el viernes.
Las principales manifestaciones anunciadas (y circunscritas a zonas autorizadas) tendrán lugar el sábado, cuando se inicie la reunión de los dirigentes de los veinte principales países industrializados y emergentes.
Los responsables canadienses consideran poco probable que los manifestantes perturben la reunión del G8 en Hutsville.
La policía detuvo el miércoles a un informático de 37 años, especialista en seguridad, y a su mujer. Los dos fueron procesados por tenencia de explosivos y de armas, indicó la policía en un comunicado sin aportar más detalles sobre un hipotético atentado.
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