Martha Anaya / Crónica de Política
Emilio Azcárraga Jean se removió en su asiento. Lo que escuchaba en el magno escenario de su “Iniciativa México” no parecía caerle en gracia.
Y es que el tono del discurso del rector de la UNAM, José Narro Robles, se alejó de pronto del optimismo y la mirada maravillosa que propuso el propio presidente de Televisa, y situó los reflectores en la incómoda y “jodida” (Javier Aguirre dixit) realidad de nuestro país y las nuevas calamidades que nos afectan:
“La inseguridad y la violencia que se enseñorean en nuestra vida cotidiana; la expulsión de cientos de miles de migrantes por falta de oportunidades; las crisis financieras repetidas y el debilitamiento de los valores y principios que nos deben dar sustento; los delicados trances ambientales y los aprietos hídricos y sanitarios que nos amenazan de forma creciente; las increíbles paradojas políticas que paralizan al país y lo ponen en grave desventaja frente a otras sociedades que han resuelto, de mejor manera, la ecuación de la gobernabilidad y el desarrollo, que les ha permitido alcanzar acuerdos esenciales sin tanta dificultad”.
Francisco Ealy Ortiz, director de El Universal, miraba el reloj repetidamente, cruzaba comentarios con Mario Vázquez Raña, director de la Organización Editorial Mexicana y éste, a su vez, con Rogerio Azcárraga, cabeza de Radio Fórmula.
Las palabras de Narro resultaban no sólo profundas sino hasta irreverentes; no contagiaban entusiasmo sino que llevaban al pensamiento crítico e incluso iban a contracorriente de lo que algunas de las imágenes del video con que inició la ceremonia pretendían exhibir: a los partidos políticos y sus pleitos en el Congreso.
Diría el rector de la Universidad Nacional:
“Para algunos, lo que ha fallado es la política. Creo que, en su caso, algunos políticos no han estado a la altura. En la perspectiva de los críticos, nuestra democracia incipiente se ha malogrado. No coincido con ellos. Es verdad que la democracia no resuelve todo, pero también lo es que sin ella, no se solventa nada. Un régimen democrático consistente requiere de otros elementos: de una ética colectiva adecuada, de una economía social, de un proyecto de desarrollo humano centrado en el bienestar y el progreso de las personas y la colectividad y no en la simple ganancia financiera del individuo y las corporaciones”.
Carlos Loret de Mola y Sergio Sarmiento condujeron el programa –una hora—, transmitido en vivo con las principales televisoras enlazadas. Anunciaban a los asistentes y participantes de esta “Iniciativa México” ideada y convocada por Televisa para “exaltar al México dinámico y emprendedor” y “alentar nuevos liderazgos sociales en el país”.
Presidentes, directores y/o representantes de Televisa, TV Azteca, Canal 11, Grupo Imagen, Radiorama, Acir, Multimedios, Radio Fórmula, Núcleo Radiomil, Cadena Raza, Imagen, El Universal, Milenio, El Financiero, El Economista, Organización Editorial Mexicana, Novedades, el Sur de Acapulco, La Voz de Michoacán, El Siglo de Torreón, asistían al arranque formal de la Iniciativa, que inició en los hechos con el promocional de Javier Aguirre, director técnico de la Selección Méxicana de Futbol, el pasado 9 de mayo.
-México no requiere que le bajen los ánimos, sino que levante los anhelos-, apuntaría Emilio Azcárraga Jean.
-Se trata de una alianza que recupere la esperanza-, añadiría a su vez Ricardo salinas Pliego, presidente de TV Azteca.
Pero lo que ambos personajes subrayarían sería que ellos –Televisa y TV Azteca, Azcárraga y Salinas Pliego— lo que dejaron de lado sus diferencias para llevar a cabo esta Iniciativa porque “algo nos une; creemos en México”.
Emilio Azcárraga pediría incluso que en cien años “se recuerde que pudimos poner de la lado nuestras diferencias”.
Sí, añadiría Salinas Pliego, las dejamos de lado “por el bien de México”.
La voz de José Narro, sin embargo, se empecinaba en ir al fondo de la situación que nos agobia para poder resolverla:
“Para muchos de nosotros, lo que tenemos que hacer es diseñar un proyecto diferente. Aquel que nos trajo a este punto se ha agotado y tiene que cambiar. Debemos acordarlo con la participación de todos. Debemos proponernos un modelo que distribuya de mejor manera la riqueza nacional y el trabajo colectivo. Tenemos que plantearnos nuevas hazañas nacionales, especialmente de orden social, que resuelvan los saldos históricos y que anticipen las necesidades venideras. Tenemos que forjar un nuevo pacto nacional que responda a nuestra realidad. Debemos cambiar la polaridad y transformar el ambiente de desesperanza y frustración, para recuperar el ánimo y favorecer el compromiso”.
Y más:
“Un asunto que resulta urgente consiste en consolidar lo mucho que se ha logrado. En especial, debemos fortalecer el régimen democrático y a sus instituciones. Entre muchas otras, debo mencionar a las instituciones públicas de salud, educación, ciencia y cultura. Todo aquello que artificialmente tienda a debilitarlas, es igual a una zancadilla al porvenir.”
Pero por más que dijera el apasionado rector de la UNAM, la “Iniciativa México” estaba muy alejada de sus planteamientos. Eran lenguajes distintos, mundos distantes. Resultaba un crítico, un “necio” en recordar nuestros problemas y nuestras miserias, cuando de lo que se trataba ahora, con la iniciativa de Televisa, era de ver y exaltar lo bonito.
El ex rector puma, Juan Ramón de la Fuente, era testigo presencial de ello, junto con Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles.
Emilio Azcárraga Jean se removió en su asiento. Lo que escuchaba en el magno escenario de su “Iniciativa México” no parecía caerle en gracia.
Y es que el tono del discurso del rector de la UNAM, José Narro Robles, se alejó de pronto del optimismo y la mirada maravillosa que propuso el propio presidente de Televisa, y situó los reflectores en la incómoda y “jodida” (Javier Aguirre dixit) realidad de nuestro país y las nuevas calamidades que nos afectan:
“La inseguridad y la violencia que se enseñorean en nuestra vida cotidiana; la expulsión de cientos de miles de migrantes por falta de oportunidades; las crisis financieras repetidas y el debilitamiento de los valores y principios que nos deben dar sustento; los delicados trances ambientales y los aprietos hídricos y sanitarios que nos amenazan de forma creciente; las increíbles paradojas políticas que paralizan al país y lo ponen en grave desventaja frente a otras sociedades que han resuelto, de mejor manera, la ecuación de la gobernabilidad y el desarrollo, que les ha permitido alcanzar acuerdos esenciales sin tanta dificultad”.
Francisco Ealy Ortiz, director de El Universal, miraba el reloj repetidamente, cruzaba comentarios con Mario Vázquez Raña, director de la Organización Editorial Mexicana y éste, a su vez, con Rogerio Azcárraga, cabeza de Radio Fórmula.
Las palabras de Narro resultaban no sólo profundas sino hasta irreverentes; no contagiaban entusiasmo sino que llevaban al pensamiento crítico e incluso iban a contracorriente de lo que algunas de las imágenes del video con que inició la ceremonia pretendían exhibir: a los partidos políticos y sus pleitos en el Congreso.
Diría el rector de la Universidad Nacional:
“Para algunos, lo que ha fallado es la política. Creo que, en su caso, algunos políticos no han estado a la altura. En la perspectiva de los críticos, nuestra democracia incipiente se ha malogrado. No coincido con ellos. Es verdad que la democracia no resuelve todo, pero también lo es que sin ella, no se solventa nada. Un régimen democrático consistente requiere de otros elementos: de una ética colectiva adecuada, de una economía social, de un proyecto de desarrollo humano centrado en el bienestar y el progreso de las personas y la colectividad y no en la simple ganancia financiera del individuo y las corporaciones”.
Carlos Loret de Mola y Sergio Sarmiento condujeron el programa –una hora—, transmitido en vivo con las principales televisoras enlazadas. Anunciaban a los asistentes y participantes de esta “Iniciativa México” ideada y convocada por Televisa para “exaltar al México dinámico y emprendedor” y “alentar nuevos liderazgos sociales en el país”.
Presidentes, directores y/o representantes de Televisa, TV Azteca, Canal 11, Grupo Imagen, Radiorama, Acir, Multimedios, Radio Fórmula, Núcleo Radiomil, Cadena Raza, Imagen, El Universal, Milenio, El Financiero, El Economista, Organización Editorial Mexicana, Novedades, el Sur de Acapulco, La Voz de Michoacán, El Siglo de Torreón, asistían al arranque formal de la Iniciativa, que inició en los hechos con el promocional de Javier Aguirre, director técnico de la Selección Méxicana de Futbol, el pasado 9 de mayo.
-México no requiere que le bajen los ánimos, sino que levante los anhelos-, apuntaría Emilio Azcárraga Jean.
-Se trata de una alianza que recupere la esperanza-, añadiría a su vez Ricardo salinas Pliego, presidente de TV Azteca.
Pero lo que ambos personajes subrayarían sería que ellos –Televisa y TV Azteca, Azcárraga y Salinas Pliego— lo que dejaron de lado sus diferencias para llevar a cabo esta Iniciativa porque “algo nos une; creemos en México”.
Emilio Azcárraga pediría incluso que en cien años “se recuerde que pudimos poner de la lado nuestras diferencias”.
Sí, añadiría Salinas Pliego, las dejamos de lado “por el bien de México”.
La voz de José Narro, sin embargo, se empecinaba en ir al fondo de la situación que nos agobia para poder resolverla:
“Para muchos de nosotros, lo que tenemos que hacer es diseñar un proyecto diferente. Aquel que nos trajo a este punto se ha agotado y tiene que cambiar. Debemos acordarlo con la participación de todos. Debemos proponernos un modelo que distribuya de mejor manera la riqueza nacional y el trabajo colectivo. Tenemos que plantearnos nuevas hazañas nacionales, especialmente de orden social, que resuelvan los saldos históricos y que anticipen las necesidades venideras. Tenemos que forjar un nuevo pacto nacional que responda a nuestra realidad. Debemos cambiar la polaridad y transformar el ambiente de desesperanza y frustración, para recuperar el ánimo y favorecer el compromiso”.
Y más:
“Un asunto que resulta urgente consiste en consolidar lo mucho que se ha logrado. En especial, debemos fortalecer el régimen democrático y a sus instituciones. Entre muchas otras, debo mencionar a las instituciones públicas de salud, educación, ciencia y cultura. Todo aquello que artificialmente tienda a debilitarlas, es igual a una zancadilla al porvenir.”
Pero por más que dijera el apasionado rector de la UNAM, la “Iniciativa México” estaba muy alejada de sus planteamientos. Eran lenguajes distintos, mundos distantes. Resultaba un crítico, un “necio” en recordar nuestros problemas y nuestras miserias, cuando de lo que se trataba ahora, con la iniciativa de Televisa, era de ver y exaltar lo bonito.
El ex rector puma, Juan Ramón de la Fuente, era testigo presencial de ello, junto con Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles.
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