HISTORIA | REVELACION SOBRE UN FAMOSO REY INGLES
LONDRES
La historia de la pelota es tan rica que se alimenta en forma permanente. Porque agrega capítulos, claro. Pero también porque nutre los ya escritos, hasta los más añejos... Según un informe de la Universidad de Southampton, a Enrique VIII, aquel polémico rey británico del siglo XVI de la Dinastia de los Tudor, le encantaba jugar al fútbol. Y hasta encargó que le diseñaran un par de botines.
La perla, que reafirma la idea de que los ingleses fueron los inventores del fútbol, la capturó la historiadora Maria Hayward.
Mientras reunía material sobre la primera esposa del rey (Catalina de Aragón), la historiadora descubrió un documento de 1526 en el cual Enrique VIII pedía al zapatero de la realeza, Cornelius Johnson, que le elaborara los botines, valuados en esos días en unos 4 chelines, equivalentes a unos 150 euros actuales, unos 560 pesos nuestros.
Claro que el fútbol, en aquella época, era muy diferente al actual. Cientos de hombres reco rrían varios kilómetros intentando introducir en su pueblo la pelota de vejiga de cerdo. Se trataba en esos tiempos de un juego sin ningún tipo de reglas, sin límites, que en muchísimas ocasiones derivaba en enfrentamientos y golpes...
Más allá de que parecía disfrutar con cada cabeza decapitada, más allá de practicar tenis, esgrima y caza, Enrique VIII vibraba con el fútbol. Hasta que en 1538, cansado de que la pelota generara tantos disturbios, la censuró. A pesar de sus tachones...
LONDRES
La historia de la pelota es tan rica que se alimenta en forma permanente. Porque agrega capítulos, claro. Pero también porque nutre los ya escritos, hasta los más añejos... Según un informe de la Universidad de Southampton, a Enrique VIII, aquel polémico rey británico del siglo XVI de la Dinastia de los Tudor, le encantaba jugar al fútbol. Y hasta encargó que le diseñaran un par de botines.
La perla, que reafirma la idea de que los ingleses fueron los inventores del fútbol, la capturó la historiadora Maria Hayward.
Mientras reunía material sobre la primera esposa del rey (Catalina de Aragón), la historiadora descubrió un documento de 1526 en el cual Enrique VIII pedía al zapatero de la realeza, Cornelius Johnson, que le elaborara los botines, valuados en esos días en unos 4 chelines, equivalentes a unos 150 euros actuales, unos 560 pesos nuestros.
Claro que el fútbol, en aquella época, era muy diferente al actual. Cientos de hombres reco rrían varios kilómetros intentando introducir en su pueblo la pelota de vejiga de cerdo. Se trataba en esos tiempos de un juego sin ningún tipo de reglas, sin límites, que en muchísimas ocasiones derivaba en enfrentamientos y golpes...
Más allá de que parecía disfrutar con cada cabeza decapitada, más allá de practicar tenis, esgrima y caza, Enrique VIII vibraba con el fútbol. Hasta que en 1538, cansado de que la pelota generara tantos disturbios, la censuró. A pesar de sus tachones...
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