El presidente del empleo… de sus amigos

Álvaro Cepeda Neri

El presidente del empleo (no porque él, directamente los pudiera crear, sino poner las condiciones para que en el mercado laboral, los empresarios generaran inversiones como concierne al capitalismo), ha fracasado en el cumplimiento de los compromisos de su campaña electoral. En estos tres años y medio Calderón debería darnos cuenta de que, para abatir el desempleo, estuvieran ocupadas cuando menos 4 millones de plazas de los 20 millones de mexicanos que siguen buscando una oportunidad. Calderón le ha mentido, además, a los mexicanos amparándose en las cifras alteradas del IMSS, ya que según él y su hombre de confianza Molinar Horcasitas, en el trimestre de enero a marzo, hubo un registro de casi 400 mil nuevos empleos.

Y en cambio el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, el INEGI (que ya inició la encuesta de población y vivienda), conforme a su encuesta Nacional de Ocupación, recién llevada a cabo, en esos tres meses se perdieron casi un millón de plazas, de una población ocupada (con los 12 millones dedicados al comercio ambulante, combatido a sol y sombra policiacamente por los gobiernos sobre todo del Distrito Federal y el Estado de México, Puebla, Morelos y Querétaro) de 44 millones. En esta cifra el INEGI toma en cuenta al resto de mexicanos que en las calles, los servicios domésticos, etc., prestan su fuerza de trabajo por días e incluso por horas y que no son empleados contratados.

Pero que no se trate de los amigos de Calderón, quien ha inflado la nómina burocrática a su servicio y de sus secretarios del despacho, como informa el reportero Ernesto Núñez (en el suplemento del diario Reforma: 16/V/10). Resulta que la familia Elizondo, de segundos apellidos: Flores y Torres, que son primos, tíos, hermanos y sobrinos, encabezados primero por Rodolfo Elizondo hasta su renuncia a la secretaría de Turismo (y en cuyo departamento se reúnen Calderón y el cardenal Rivera Carrera, para sus bohemias donde salen tan servidos, que sus guaruras tienen que llevarlos a rastras) y ahora por la poderosa Patricia Flores Elizondo, Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, lleva cobrados en dos años, cientos de millones de pesos, libres de paja y polvo, directamente a su ahorro.

Así, por el estilo de ese favoritismo, campea por toda la élite calderonista. Y es que los panistas de pedigree, del inglés al español pedigrí: árbol genealógico de un animal, y en el caso de los calderonistas animales sobre dos extremidades inferiores y párele usted de añadir, pues sólo alcanzaron la postura bípeda, se despachan con una pala para llevarse hasta el escritorio, pues saben (a pesar del grito de Calderón en la asamblea del PAN de… ¡vamos a ganar!... como no sea la calle y en muchos casos hasta la cárcel y el juicio político), que cuando mucho llegarán a la otra orilla sexenal. Esto si la consulta en marcha para plantear la destitución de Calderón, que promueve el Comité Civil Nacional para la Revocación del Mandato, no prospera (La Jornada: 23/V/10).

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