Jesusa Cervantes
Faltan dos semanas para los comicios del 4 de julio, cuando se disputarán 12 gubernaturas. Los priistas, así lo han manifestado en diversas ocasiones, están muy seguros de ganar en todas; pero una duda los está poniendo a temblar: una acción legal que pudiera emprender el gobierno federal en contra de alguno de sus candidatos; es decir, que sean víctimas de un nuevo “michoacanazo”
Dos semanas atrás empezó a circular una versión entre varios legisladores: Una preocupación de si el gobierno de Felpe Calderón emitirá alguna orden de aprensión contra algún candidato.
Primero se dijo que tenían conocimiento de que sería en contra del gobernador de Veracruz o su candidato a la gubernatura. También se incluyó si el golpe pudiera ser en Sinaloa.
Lo cierto es que la semana que acaba de concluir, salieron a la luz pública distintas grabaciones del gobernador priista de Veracruz, Fidel Herrera, en las que presuntamente apoyaría con dinero del erario estatal a los candidatos del PRI. Por curioso que parezca este escándalo dio tranquilidad a los priistas, pues se trató de un asunto electoral y no de otra índole… ¿del narcotráfico?
La duda de los priista era si el “golpe” que preparaba el gobierno de Felipe Calderón tendría que ver con temas del narcotráfico. Y aunque Veracruz ya quedó descartado el tema, entre los priistas aún persiste el temor de que se desate un problema relacionado con temas del narcotráfico en el estado de Sinaloa, donde su candidato a gobernador, Jesús Vizcarra ha sido mencionado de tener nexos con cárteles de la droga.
Legisladores consultados sobre el tema comentaron que para ellos las acusaciones en contra del candidato del PRD en Quintana Roo, Greg Sánchez, relacionadas con el narcotráfico fueron un simple ensayo de lo que pudiera ocurrir con el caso Sinaloa, y específicamente contra el presidente municipal de Culiacán con licencia y hoy candidato al gobierno de estado, Jesús Vizcarra, a quien se le ha señalado con un vínculo familiar con un capo de aquella localidad ya fallecido.
El temor de los priistas es que a Jesús Vizcarra, a unos días de la elección, se le pretenda vincular de nueva cuenta con el narcotráfico. El escándalo en Veracruz por las grabaciones telefónicas del gobernador no les preocupa; lo consideran un asunto zanjado.
Por otra parte, algunos legisladores consideran que si efectivamente hay algo en contra de Jesús Vizcarra, puede ser que el gobierno federal decida no sacarlo a la luz y convertirlo en moneda de cambio ante un posible conflicto poselectoral.
Es decir, que si Oaxaca y Sinaloa, por poner un ejemplo, tienen una contienda muy cerrada y ambas elecciones derivan en conflicto poselectoral, se pueda negociar una por otra.
“Para nosotros --han comentado los priistas--, es más importante, por el número de votantes y el significado mediático, Oaxaca; y si de negociar se trata, se aceptaría perder Sinaloa a cambio de que se quede en los cajones de la Procuraduría General de la República una posible denuncia contra Jesús Vizcarra y el narcotráfico.
Así, Vizcarra aceptaría su derrota a cambio de que no salieran a relucir posibles vínculos con el narcotráfico; pero esto es una simple especulación de los propios legisladores del PRI.
Habrá que esperar cómo se desarrollan las elecciones el próximo 4 de julio, si hay conflicto poselectoral y cómo se solucionan.
Otro de los estados que mantiene preocupados al PRI, no por un posible golpeteo del gobierno, sino porque el PAN pudiera darle una sorpresa electoral, es Puebla, uno de los bastiones priistas, que le aporta importantes cifras de votos y de legisladores federales. De ese tema, nos ocuparemos después.
Sólo nos queda esperar los resultados del próximo 4 de julio para poder vislumbrar cómo serán las elecciones presidenciales del 2012.
Faltan dos semanas para los comicios del 4 de julio, cuando se disputarán 12 gubernaturas. Los priistas, así lo han manifestado en diversas ocasiones, están muy seguros de ganar en todas; pero una duda los está poniendo a temblar: una acción legal que pudiera emprender el gobierno federal en contra de alguno de sus candidatos; es decir, que sean víctimas de un nuevo “michoacanazo”
Dos semanas atrás empezó a circular una versión entre varios legisladores: Una preocupación de si el gobierno de Felpe Calderón emitirá alguna orden de aprensión contra algún candidato.
Primero se dijo que tenían conocimiento de que sería en contra del gobernador de Veracruz o su candidato a la gubernatura. También se incluyó si el golpe pudiera ser en Sinaloa.
Lo cierto es que la semana que acaba de concluir, salieron a la luz pública distintas grabaciones del gobernador priista de Veracruz, Fidel Herrera, en las que presuntamente apoyaría con dinero del erario estatal a los candidatos del PRI. Por curioso que parezca este escándalo dio tranquilidad a los priistas, pues se trató de un asunto electoral y no de otra índole… ¿del narcotráfico?
La duda de los priista era si el “golpe” que preparaba el gobierno de Felipe Calderón tendría que ver con temas del narcotráfico. Y aunque Veracruz ya quedó descartado el tema, entre los priistas aún persiste el temor de que se desate un problema relacionado con temas del narcotráfico en el estado de Sinaloa, donde su candidato a gobernador, Jesús Vizcarra ha sido mencionado de tener nexos con cárteles de la droga.
Legisladores consultados sobre el tema comentaron que para ellos las acusaciones en contra del candidato del PRD en Quintana Roo, Greg Sánchez, relacionadas con el narcotráfico fueron un simple ensayo de lo que pudiera ocurrir con el caso Sinaloa, y específicamente contra el presidente municipal de Culiacán con licencia y hoy candidato al gobierno de estado, Jesús Vizcarra, a quien se le ha señalado con un vínculo familiar con un capo de aquella localidad ya fallecido.
El temor de los priistas es que a Jesús Vizcarra, a unos días de la elección, se le pretenda vincular de nueva cuenta con el narcotráfico. El escándalo en Veracruz por las grabaciones telefónicas del gobernador no les preocupa; lo consideran un asunto zanjado.
Por otra parte, algunos legisladores consideran que si efectivamente hay algo en contra de Jesús Vizcarra, puede ser que el gobierno federal decida no sacarlo a la luz y convertirlo en moneda de cambio ante un posible conflicto poselectoral.
Es decir, que si Oaxaca y Sinaloa, por poner un ejemplo, tienen una contienda muy cerrada y ambas elecciones derivan en conflicto poselectoral, se pueda negociar una por otra.
“Para nosotros --han comentado los priistas--, es más importante, por el número de votantes y el significado mediático, Oaxaca; y si de negociar se trata, se aceptaría perder Sinaloa a cambio de que se quede en los cajones de la Procuraduría General de la República una posible denuncia contra Jesús Vizcarra y el narcotráfico.
Así, Vizcarra aceptaría su derrota a cambio de que no salieran a relucir posibles vínculos con el narcotráfico; pero esto es una simple especulación de los propios legisladores del PRI.
Habrá que esperar cómo se desarrollan las elecciones el próximo 4 de julio, si hay conflicto poselectoral y cómo se solucionan.
Otro de los estados que mantiene preocupados al PRI, no por un posible golpeteo del gobierno, sino porque el PAN pudiera darle una sorpresa electoral, es Puebla, uno de los bastiones priistas, que le aporta importantes cifras de votos y de legisladores federales. De ese tema, nos ocuparemos después.
Sólo nos queda esperar los resultados del próximo 4 de julio para poder vislumbrar cómo serán las elecciones presidenciales del 2012.
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