¿Dónde se lavan 29 mil millones de dólares?

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Por sucio, por negro que sea, el dinero producido por el contrabando y consumo de estupefacientes alivia las economías de los países donde se blanquea, lo que despierta la conciencia de los gobernantes y los obliga a abrir los ojos ante los daños colaterales de la globalización conceptualizada desde la ideología monroista, ajena a como se ha desarrollado en Europa.

Ese despertar de conciencias, ese “empoderamiento” producido por el lavado de dinero, obligó al gobierno de Estados Unidos a enseñar las orejas, mostrar la codicia y las miles de millones de razones por las cuales presiona a los Estados de su esfera de influencia a someterse a su geoestrategia de seguridad nacional para combatir a los cárteles.

John Morton, subsecretario estadounidense del Departamento de Seguridad Interna del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), presentó el informe Estados Unidos-México: estudio binacional de bienes ilícitos, en cuyas conclusiones se señala que entre 75 y 90 por ciento del dinero de procedencia ilícita que se introduce a México se hace en efectivo y mediante distintos métodos, como el llamado cruce hormiga, por el que una persona transporta cantidades de entre 5 mil y 10 mil dólares.

Abundó: “Entre 19 mil y 29 mil millones de dólares son introducidos ilegalmente cada año a territorio mexicano desde Estados Unidos, como producto de los pagos por la venta de drogas que reciben los grupos criminales que se dedican al narcotráfico, secuestro, extorsión y tráfico de migrantes; menos de la mitad de esos recursos son lavados a través del sistema financiero y el resto es almacenado o gastado en efectivo”.

La información del estudio está cuidadosamente manipulada, porque la diferencia de 10 mil millones de dólares entre el mínimo y el máximo de dinero lavado en México sólo indica que sí tienen los instrumentos y la estrategia para determinar a través de cuales instituciones bancarias y financieras se inserta el dinero en las economías, o si se hace por medio de la economía informal, que es como llega a las comunidades que desean beneficiar los barones de la droga. Ocultar la derrama de 19 mil a 29 mil millones de dólares es casi imposible; ese dinero impide que ciertas economías nacionales se colapsen, y hace que algunos bancos o corredurías bursátiles beneficien con desmedida a sus accionistas.

Dice el informe que las ciudades de Chicago, Nueva York, Charlotte, Atlanta y Los Ángeles son áreas en las que se recolectan las ganancias que obtienen los cárteles mexicanos; otras como Phoenix, Tucson, El Paso, Dallas y Houston, forman parte de esta ruta del dinero, donde los recursos recolectados son reducidos para facilitar su tráfico hacia México. Acá, Culiacán, Monterrey y Guadalajara son puntos de destino, aunque también en la ruta del lavado de dinero se ha identificado que los aeropuertos internacionales de Guadalajara, Distrito Federal y Cancún, son utilizados para enviar recursos a Panamá, Colombia y Venezuela.

¿Cuánto tiempo se necesita para lavar cantidades que oscilan entre 19 mil o 29 mil millones de dólares? No es importante saberlo, lo que sí lo es, es determinar quiénes y cómo se benefician de esa actividad. Por lo pronto, para encontrar una respuesta lógica, hemos de meditar en los motivos que determinaron a las organizaciones bancarias extranjeras a adquirir lo que quedaba de la banca nacional. Uno es el pago puntual de los intereses y amortizaciones del Fobaproa; el otro, y el más importante, la posibilidad de beneficiarse de ese lavado de dinero.

Por ello, Ignacio Deschamps, presidente de la Asociación de Bancos de México, admite que una parte de los recursos del crimen organizado sí llega al sistema financiero mexicano, pero de manera lícita; explicó que la banca mexicana tiene controles para prevenir el lavado de dinero.

Sin embargo, no queda clara la apreciación del señor Deschamps, pues cómo puede determinarse que esa enorme masa de efectivo que se lava en buena parte del sistema bancario que opera en México pero cuyas acciones tienen asiento en Europa y Estados Unidos, y cuyos dividendos no se reparten en este país, llega a sus bóvedas de manera lícita.

No entiendo. ¿Qué hace lícito el dinero producido por el narcotráfico? ¿En qué tramo de su inserción en la economía pierde ese carácter negro, sucio, ilegal, para convertirse en recursos financieros honorables y honrados? ¡Vamos!, el blanqueo en las instituciones financieras o en la economía informal no lo hace más o menos lícito, pero cómo alivia las carencias económicas de las naciones o de los bancos y las casas de bolsa donde se inserta a la honorable formalidad.

No detectar entre 19 mil y 29 mil millones de dólares que se mueven en una economía nacional, es no querer verlos.

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