Alberto Nájar / BBC Mundo
Casi un mes después de la desaparición del ex candidato a la presidencia de México, Diego Fernández de Cevallos, el caso sigue envuelto en el misterio.
Hasta ahora poco se sabe del paradero de uno de los políticos más influyentes del país, ni tampoco se ha determinado la identidad de sus captores.
El gobierno canceló las investigaciones a petición de la familia, que solicitó espacio para negociar directamente con los probables secuestradores.
Algunos medios de comunicación guardan silencio, especialmente Televisa, la cadena de televisión más grande del país, que desde los primeros días del caso anunció que no publicaría nada sobre el tema.
Es un escenario que poco ayuda a resolver el problema de inseguridad, advierte José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
"Puede marcar un precedente malo para la sociedad. El mensaje es: ante un secuestro los mexicanos tienen que negociar con sus recursos e iniciativas", dice en conversación con BBC Mundo.
Guerrilla
Recientemente uno de los colaboradores más cercanos del llamado Jefe Diego, el abogado Fauzi Hamdam, dijo a la periodista Carmen Aristegui que Fernández está vivo, y que detrás de su desaparición se encontraba una organización muy poderosa.
"Es un grupo, vamos a decirlo así, de poder muy importante. Se ve claramente por todas sus acciones externas y señales".
El comentario desató una serie de publicaciones sobre la identidad de estos grupos. La versión más frecuente es que los captores forman parte de algún grupo guerrillero.
No sería la primera vez que participen en un secuestro de alto impacto, afirma Antonio Ortega.
"Ya los tuvimos en los 70 con el secuestro del cónsul de Estados Unidos en Guadalajara y un gobernador. Luego secuestraron grandes empresarios con la misma forma de operación", explica.
Chip
Algunos de estos secuestros, sobre todo los de empresarios, fueron atribuidos al Ejército Popular Revolucionario (EPR), uno de los grupos guerrilleros más antiguos del país, y según autoridades, también uno de los más grandes y activos.
Sin embargo, días después que desapareció "el Jefe Diego", el EPR emitió un comunicado para deslindarse.
Mientras, las versiones siguen. El diario Excélsior, por ejemplo, publicó que la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) encontró el chip de localización satelital que había sido implantado a Fernández de Cevallos.
El dispositivo, del tamaño de un grano de arroz, habría aparecido en una carretera del norteño estado de San Luis Potosí, a 40 kilómetros del sitio donde ocurrió el secuestro.
La versión no fue confirmada ni desmentida por la PGR, que a partir del 22 de mayo pasado suspendió oficialmente las investigaciones sobre el caso.
Fernández de Cevallos, miembro del Partido Acción Nacional (PAN), está desaparecido desde el 14 de mayo.
Varios integrantes del gabinete presidencial, como el fiscal general, Arturo Chávez, y el ministro de Gobernación Fernando Gómez, fueron colaboradores suyos en su despacho jurídico.
Casi un mes después de la desaparición del ex candidato a la presidencia de México, Diego Fernández de Cevallos, el caso sigue envuelto en el misterio.
Hasta ahora poco se sabe del paradero de uno de los políticos más influyentes del país, ni tampoco se ha determinado la identidad de sus captores.
El gobierno canceló las investigaciones a petición de la familia, que solicitó espacio para negociar directamente con los probables secuestradores.
Algunos medios de comunicación guardan silencio, especialmente Televisa, la cadena de televisión más grande del país, que desde los primeros días del caso anunció que no publicaría nada sobre el tema.
Es un escenario que poco ayuda a resolver el problema de inseguridad, advierte José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
"Puede marcar un precedente malo para la sociedad. El mensaje es: ante un secuestro los mexicanos tienen que negociar con sus recursos e iniciativas", dice en conversación con BBC Mundo.
Guerrilla
Recientemente uno de los colaboradores más cercanos del llamado Jefe Diego, el abogado Fauzi Hamdam, dijo a la periodista Carmen Aristegui que Fernández está vivo, y que detrás de su desaparición se encontraba una organización muy poderosa.
"Es un grupo, vamos a decirlo así, de poder muy importante. Se ve claramente por todas sus acciones externas y señales".
El comentario desató una serie de publicaciones sobre la identidad de estos grupos. La versión más frecuente es que los captores forman parte de algún grupo guerrillero.
No sería la primera vez que participen en un secuestro de alto impacto, afirma Antonio Ortega.
"Ya los tuvimos en los 70 con el secuestro del cónsul de Estados Unidos en Guadalajara y un gobernador. Luego secuestraron grandes empresarios con la misma forma de operación", explica.
Chip
Algunos de estos secuestros, sobre todo los de empresarios, fueron atribuidos al Ejército Popular Revolucionario (EPR), uno de los grupos guerrilleros más antiguos del país, y según autoridades, también uno de los más grandes y activos.
Sin embargo, días después que desapareció "el Jefe Diego", el EPR emitió un comunicado para deslindarse.
Mientras, las versiones siguen. El diario Excélsior, por ejemplo, publicó que la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) encontró el chip de localización satelital que había sido implantado a Fernández de Cevallos.
El dispositivo, del tamaño de un grano de arroz, habría aparecido en una carretera del norteño estado de San Luis Potosí, a 40 kilómetros del sitio donde ocurrió el secuestro.
La versión no fue confirmada ni desmentida por la PGR, que a partir del 22 de mayo pasado suspendió oficialmente las investigaciones sobre el caso.
Fernández de Cevallos, miembro del Partido Acción Nacional (PAN), está desaparecido desde el 14 de mayo.
Varios integrantes del gabinete presidencial, como el fiscal general, Arturo Chávez, y el ministro de Gobernación Fernando Gómez, fueron colaboradores suyos en su despacho jurídico.
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