David Aponte / Contraflujo
Los criminales dieron los primeros avisos en la elección federal de 2009. Las primeras balas contra los votos fueron al aire, a manera de intimidación. Desde el año pasado, los grupos de la delincuencia, los narcos, cerraron territorios a los candidatos a puestos de elección popular, principalmente a los aspirantes a diputados federales y locales y a los políticos que buscaban las alcaldías. Los equipos de campaña recibieron amenazas y ataques que no pasaron a mayores. En algunas ocasiones, los criminales los echaron de las comunidades, de las poblaciones, de las áreas que controlan. Los actos de proselitismo no pudieron celebrarse en algunas zonas de Baja California, Durango, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Veracruz y, por supuesto, Tamaulipas.
Fueron los primeros avisos del poder de facto de los grupos criminales, que bloquearon la entrada de los comicios en sus territorios. Los delincuentes marcaron poco a poco las elecciones de 2009 con su poder: balas al aire en lugar de votos de los ciudadanos. ¿Para qué quieren autoridades políticas, funcionarios que administren los recursos de las demarcaciones? Ellos son los que imponen el poder y la fuerza en algunas zonas del país, incluido el estado de Tamaulipas. Los candidatos de distintos partidos dieron aviso a sus dirigentes. Pero nadie hizo caso de los amagos de los criminales.
El México veinte-diez escaló en las pretensiones de los jefes del crimen organizado, de los capos de la droga. Algunos territorios fueron totalmente cerrados a las campañas electorales. ¿En dónde, en qué estado? Sí, en Tamaulipas. Políticos del PAN y el PRD se hicieron a un lado en la zona norte del estado, en la llamada frontera chica. Sencillamente, abandonaron las plazas y no compitieron por temor. Las balas se impusieron a la posibilidad de los votos.
A mediados de mayo, los criminales asesinaron al candidato panista a la alcaldía de Valle Hermoso, José Mario Guajardo Varela. El mensaje no podía ser más contundente. Por primera vez, la delincuencia alcanzaba a la clase política con su estrategia de balas contra los votos. No se hizo nada ante el segundo aviso en la entidad disputada por el crimen (algunas instalaciones de Pemex están tomadas por los criminales).
Las elecciones siguieron en un veinte-diez que puede marcar al país. Durante las últimas semanas, hubo otras acciones violentas en distintos estados del país donde habrá elecciones (14 estados renuevan autoridades locales). Los hechos se vieron de manera aislada y bajo la óptica de la confrontación político-electoral:
El martes 22 de junio, una granada de fragmentación explotó en los alrededores de una bodega del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes. El inmueble contiene las boletas electorales que se utilizarán en la jornada del domingo 4 de julio. Sólo hubo daños materiales y el hecho fue utilizado para atizar la guerra de declaraciones entre los candidatos del PRI y el PAN.
El miércoles 26 de mayo, encapuchados armados irrumpieron en la casa de campaña de Carlos Lozano de la Torre, aspirante de la coalición Aliados por tu Bienestar (PRI, PVEM y Nueva Alianza). La acción no tuvo consecuencias violentas. El priísta dejó el hecho en el terreno político y acusó a militantes panistas de la provocación.
Otras acciones de violencia se registraron en Sinaloa, estado donde habrá elecciones para la renovación del gobierno estatal. En siete días se registraron tres ataques a sedes de los partidos políticos:
El 12 de junio, estalló una bomba molotov en las oficinas del Comité Estatal del PAN, ubicadas en el segundo cuadro de la ciudad de Culiacán. No se registraron daños de consideración, pero el fuego consumió propaganda electoral del candidato de la coalición PAN-PRD-Convergencia, Mario López Valdez, conocido como Malova.
El 17 de junio, una semana después del primer ataque, se registraron dos nuevas acciones con bombas molotov: las oficinas de la casa de campaña de Mario Zamora Gastélum, candidato de la alianza Para Ayudar a la Gente (PRI-PVEM) a la alcaldía de Ahome. El hecho fue en la madrugada y no hubo heridos ni daños al interior del inmueble.
La misma noche, con 15 minutos de diferencia, desconocidos lanzaron bombas molotov contra las oficinas del PRD en Culiacán, ubicada en la esquina de Ángel Flores y avenida Jesús Andrade. El ataque fue reportado a las 3:30 de la madrugada a los servicios de emergencia. Las autoridades federales iniciaron una averiguación previa por los hechos contra las instalaciones de los partidos. Fueron los primeros avisos, que el PRI, PAN y PRD atribuyeron a la guerra sucia política, a una manera de desalentar el voto de los ciudadanos.
Sin embargo, los criminales escalaron la violencia contra la clase política. A unos días de los comicios de 4 de julio, asesinaron al doctor Rodolfo Torre Cantú, candidato de la alianza PRI-PVEM-Nueva Alianza al gobierno de Tamaulipas. Por primera vez, tocaron a un aspirante a un gobierno estatal, en un acto de violencia que roza las esferas más altas del poder político, en un hecho de desafío a las instituciones de México, en un acto para mostrar que nadie es inmune a la violencia del crimen organizado.
Los criminales dieron los primeros avisos en las elecciones de 2009. ¿Impondrán su política de terror en los comicios del domingo, sus balas por los votos de los ciudadanos? El 4 de julio, la sociedad mexicana deberá tomar una decisión, que en mucho definirá el futuro de México.
Los criminales dieron los primeros avisos en la elección federal de 2009. Las primeras balas contra los votos fueron al aire, a manera de intimidación. Desde el año pasado, los grupos de la delincuencia, los narcos, cerraron territorios a los candidatos a puestos de elección popular, principalmente a los aspirantes a diputados federales y locales y a los políticos que buscaban las alcaldías. Los equipos de campaña recibieron amenazas y ataques que no pasaron a mayores. En algunas ocasiones, los criminales los echaron de las comunidades, de las poblaciones, de las áreas que controlan. Los actos de proselitismo no pudieron celebrarse en algunas zonas de Baja California, Durango, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Veracruz y, por supuesto, Tamaulipas.
Fueron los primeros avisos del poder de facto de los grupos criminales, que bloquearon la entrada de los comicios en sus territorios. Los delincuentes marcaron poco a poco las elecciones de 2009 con su poder: balas al aire en lugar de votos de los ciudadanos. ¿Para qué quieren autoridades políticas, funcionarios que administren los recursos de las demarcaciones? Ellos son los que imponen el poder y la fuerza en algunas zonas del país, incluido el estado de Tamaulipas. Los candidatos de distintos partidos dieron aviso a sus dirigentes. Pero nadie hizo caso de los amagos de los criminales.
El México veinte-diez escaló en las pretensiones de los jefes del crimen organizado, de los capos de la droga. Algunos territorios fueron totalmente cerrados a las campañas electorales. ¿En dónde, en qué estado? Sí, en Tamaulipas. Políticos del PAN y el PRD se hicieron a un lado en la zona norte del estado, en la llamada frontera chica. Sencillamente, abandonaron las plazas y no compitieron por temor. Las balas se impusieron a la posibilidad de los votos.
A mediados de mayo, los criminales asesinaron al candidato panista a la alcaldía de Valle Hermoso, José Mario Guajardo Varela. El mensaje no podía ser más contundente. Por primera vez, la delincuencia alcanzaba a la clase política con su estrategia de balas contra los votos. No se hizo nada ante el segundo aviso en la entidad disputada por el crimen (algunas instalaciones de Pemex están tomadas por los criminales).
Las elecciones siguieron en un veinte-diez que puede marcar al país. Durante las últimas semanas, hubo otras acciones violentas en distintos estados del país donde habrá elecciones (14 estados renuevan autoridades locales). Los hechos se vieron de manera aislada y bajo la óptica de la confrontación político-electoral:
El martes 22 de junio, una granada de fragmentación explotó en los alrededores de una bodega del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes. El inmueble contiene las boletas electorales que se utilizarán en la jornada del domingo 4 de julio. Sólo hubo daños materiales y el hecho fue utilizado para atizar la guerra de declaraciones entre los candidatos del PRI y el PAN.
El miércoles 26 de mayo, encapuchados armados irrumpieron en la casa de campaña de Carlos Lozano de la Torre, aspirante de la coalición Aliados por tu Bienestar (PRI, PVEM y Nueva Alianza). La acción no tuvo consecuencias violentas. El priísta dejó el hecho en el terreno político y acusó a militantes panistas de la provocación.
Otras acciones de violencia se registraron en Sinaloa, estado donde habrá elecciones para la renovación del gobierno estatal. En siete días se registraron tres ataques a sedes de los partidos políticos:
El 12 de junio, estalló una bomba molotov en las oficinas del Comité Estatal del PAN, ubicadas en el segundo cuadro de la ciudad de Culiacán. No se registraron daños de consideración, pero el fuego consumió propaganda electoral del candidato de la coalición PAN-PRD-Convergencia, Mario López Valdez, conocido como Malova.
El 17 de junio, una semana después del primer ataque, se registraron dos nuevas acciones con bombas molotov: las oficinas de la casa de campaña de Mario Zamora Gastélum, candidato de la alianza Para Ayudar a la Gente (PRI-PVEM) a la alcaldía de Ahome. El hecho fue en la madrugada y no hubo heridos ni daños al interior del inmueble.
La misma noche, con 15 minutos de diferencia, desconocidos lanzaron bombas molotov contra las oficinas del PRD en Culiacán, ubicada en la esquina de Ángel Flores y avenida Jesús Andrade. El ataque fue reportado a las 3:30 de la madrugada a los servicios de emergencia. Las autoridades federales iniciaron una averiguación previa por los hechos contra las instalaciones de los partidos. Fueron los primeros avisos, que el PRI, PAN y PRD atribuyeron a la guerra sucia política, a una manera de desalentar el voto de los ciudadanos.
Sin embargo, los criminales escalaron la violencia contra la clase política. A unos días de los comicios de 4 de julio, asesinaron al doctor Rodolfo Torre Cantú, candidato de la alianza PRI-PVEM-Nueva Alianza al gobierno de Tamaulipas. Por primera vez, tocaron a un aspirante a un gobierno estatal, en un acto de violencia que roza las esferas más altas del poder político, en un hecho de desafío a las instituciones de México, en un acto para mostrar que nadie es inmune a la violencia del crimen organizado.
Los criminales dieron los primeros avisos en las elecciones de 2009. ¿Impondrán su política de terror en los comicios del domingo, sus balas por los votos de los ciudadanos? El 4 de julio, la sociedad mexicana deberá tomar una decisión, que en mucho definirá el futuro de México.
Comentarios