domingo, junio 27, 2010

Argentina ganó 3-1 y dejó otra vez a México con la sangre en el ojo

Daniel Merolla / AFP

JOHANNESBURGO — Argentina dejó de nuevo a México con la sangre en el ojo en un Mundial al eliminarlo y pasar a cuartos de final de Sudáfrica (3-1), con dos goles de Carlos Tevez, el primero en claro fuera de juego, y uno de Gonzalo Higuaín pese a la dura batalla que le planteó el Tri.

La Albiceleste, después de derrotar este domingo en Johannesburgo a la selección azteca, jugará el partido de cuartos de final, el sábado en Ciudad del Cabo, contra Alemania, que derrotó a Inglaterra por 4-1 en Bloemfontein.

Los argentinos habían eliminado a los mexicanos en Alemania-2006, también en octavos de final.

El primer gol nació de un rebote en el arquero Oscar Pérez y un pase de cabeza, en todo el sentido de la palabra, con inteligencia, dado por Leo Messi a Tevez, quien anotó con otro cabezazo, en la boca del arco, a los 26 minutos, aunque en clara posición de fuera de juego.

Cuando todas las miradas en el Estadio Soccer City se posaban en el festejo del Apache, el árbitro italiano Roberto Rosetti dejó fija su vista en su asistente, como esperando una ayuda, como si la duda de si fue válido el gol o no lo carcomiera, era evidente. Estaba parado con el silbato en la mano.

Pero cuando fue a consultarlo y despertó la idea de la protesta mexicana, no había nada que hacer porque el juez de línea había corrido hacia el centro de la cancha y Rosetti no podía sancionar una duda, no está en el reglamento.

"Hay un antes y un después del gol que recibimos. Cuando nos estábamos componiendo recibimos el segundo. Son dos errores que hace que cambie dramática y drásticamente el curso del partido", afirmó el técnico mexicano Javier Aguirre.

Maradona, por su parte, cargó contra Rosetti, por no haber protegido a Leo Messi.

"Lo mismo que sentí yo cuando a Messi no lo dejan jugar y le pegan terribles patadas y el árbitro no dice absolutamente nada", declaró Maradona al ser interrogado sobre "la calentura" que sintió Aguirre cuando Tevez marcó el primer gol en fuera de juego.

México estaba aún de pie tras ese primer gol, pero a los 33, se arrojó a la hoguera Ricardo Osorio al regalarle la pelota a Higuaín para que el delantero asestara un gol capaz de tirarle la moral al suelo a cualquiera.

Con este tanto, Higuaín se colocó al frente de la tabla de anotadores con cuatro goles.

Se apagaba México y sólo el amor propio lo mantenía con vida cuando Tevez le clavó en el ángulo un misil galáctico, a los 52.

"Sí, necesitaba algo así para reafirmar que estoy bien, que estoy contento y que tengo hambre de gloria con esta camiseta. Me faltaba algo así", declaró Tevez respecto a sus dos goles.

Pero al perder Argentina el control de la pelota, los mexicanos despertaron y Javier Hernández embocó su golazo a los 71, con un gran jugada personal, escapándose hacia la izquierda.

La antigua sabiduría del fútbol enseña que los goles que se fallan en el arco contrario se sufren en el propio y el adagio le cupo como anillo al dedo a México, que tuvo tres momentos claros para cambiar el rumbo del encuentro.

Un sorprendente misil al inicio del partido desde 40 metros, lanzado por Carlos Salcido, pegó en el travesaño de un desconcentrado Sergio Romero y otro remate a quemarropa de Giovani Dos Santos describió una curva extraña hacia afuera cuando se estaba metiendo en la meta de la Albiceleste.

Para colmo, otro disparo de Javier Hernández hizo vivir un nuevo susto a Romero, a quien por primera vez en lo que va de la Copa del Mundo se pudo ver en acción, porque en la primera ronda parecía un espectador privilegiado.

En aquellos momentos, el partido era un concierto Tricolor a toda orquesta, porque el planteo del DT Javier Aguirre le había encontrado la mano al funcionamiento argentino, con marcaje individual tipo 'stopper' a Messi, Tevez e Higuaín.

Una clave de la mecánica del Tri era la combinación entre el despliegue de Gerardo Torrado, Andrés Guardado, Efraín Juárez y Adolfo Bautista para asfixiar los canales de arranque de Argentina.

Ahogados Maxi Rodríguez y Ángel Di María, a Javier Mascherano no se le podía reclamar que tomara una función de armado que no está en su idiosincracia de recuperador de balones.

Entonces Argentina se encomendó a Messi, quien fabricó la jugada del primer gol y México entró en una fase de nerviosismo que la Albiceleste aprovechó para hacer salir las genialidades de jugadores como Higuaín y Tevez, que resolvieron el partido.

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